miércoles, 13 de mayo de 2015

Teatro: El mercader de Venecia de Shakespeare (2014)

Shakespeare escribió El mercader de Venecia en 1598. Bloom, prestigioso crítico literario en su libro Shakespeare. La invención de lo humano, clasifica esta obra como “alta comedia” y no titubea a la hora de calificarla como antisemita. Además yo creo que se lamenta de alguna manera de que no se interprete a Shylock con toda la carga del estereotipo negativo de “el judío”. Deberíamos ser capaces de poder manifestar abiertamente la importancia que tienen los estereotipos para nuestra convivencia como humanos, porque al fin y al cabo, son los primeros atajos que utilizamos para conocer quién es el otro, para “malentender” quién es el otro; pero esto no significaría que no pudiéramos traspasar esa barrera y realmente dedicarnos a conocer a las personas que hay debajo de los estereotipos. Si pudiéramos conseguir esto, no sería necesario disculpar que una obra magistral como ésta pueda ser considerada antisemita.

Shylock, Antonio y Porcia


Pero desde otra lectura, El mercader de Venecia es una clara muestra de la picardía y el ingenio de las mujeres; de cómo imbuir un nuevo espíritu en las leyes y las normas de los hombres para salir airosas de una situación complicada.

En la obra hay tres personajes principales: Antonio, el mercader, representa el buen cristiano, cumplidor de las leyes, con éxito profesional y con un rigor moral digno de un inquisidor; desprecia e insultas a los judíos porque se enriquecen con las desgracias ajenas. Shylock el judío, está acostumbrado a la violencia de Antonio; no se avergüenza de ganar dinero como prestamista, pero, durante muchos años, ha alimentado un gran odio y resentimiento contra todos aquellos que le desprecian, especialmente Antonio. Tiene ahora la oportunidad de vengarse de todos ellos y no está dispuesto a renunciar a ella. Sin embargo sus deseos de venganza al final se volverán contra él y se verá obligado a convertirse al cristianismo bajo amenaza de pena de muerte. No puede haber una tortura diaria más sofisticada que arrebatarle a alguien una dimensión de su identidad tan profunda como la religiosa.

Isabel Rodes como Porcia
El tercer personaje es Porcia. La bella y perspicaz Porcia, para salvar de la muerte a Antonio, muy querido amigo de su marido, urde un inteligente y audaz plan que ejecutará a la perfección y que además servirá como triquiñuela para enamorar todavía más a su marido. Por lo demás la obra se completa también con las cuitas, enredos y finales felices de otras parejas de enamorados.

La adaptación de la compañía Noviembre Teatro me ha parecido muy fresca y dinámica. Muy adecuada también al momento actual en que los banqueros, bancarios, usureros y prestamistas varios, nos han estafado de esta manera tan evidente, además culpándonos a nosotros de su codicia. Magnífico vestuario y escenario sobrio pero colmado con la presencia e interpretación de los actores. Especialmente Arturo Querejeta da vida a un Shylock sufriente como un perro apaleado a quien le llega la hora de la venganza y la crueldad. 



También hay algo que no me ha gustado nada, aunque reconozco que tiene su mérito. En la obra original uno de los pretendientes de Porcia es el Príncipe de Aragón y en esta adaptación lo han incluido como el típico aragonés baturro, que me produce una cierta urticaria y no puedo soportar. Aunque reconozco que está muy bien interpretado y que al público de Zaragoza le encantó. 



Compañía: Noviembre Teatro 
Dirección: Eduardo Vasco
Adaptación: Yolanda Pallín
Escenografía: Carolina González 
Vestuario: Lorenzo Caprile. 
Intérpretes: Arturo Querejeta, Francesco Carril, Isabel Rodes, Francisco Rojas, Fernando Sendino, Rafael Ortíz, Héctor Carballo, Cristina Adua, Lorena López, Jorge Bedoya. 

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