jueves, 25 de junio de 2015

Exposición Pintura: Rogier van der Weyden (2015)

Rogier Van der Weyden o Roger de le Pasture nació en Tournai (Bélgica) en 1399. Y pertenece a los pintores conocidos como Primitivos flamencos. El Museo del Prado tiene una buena colección de este estilo de pintura, proveniente de las Colecciones Reales. Parece que los reyes españoles desde Juan II de Castilla hasta Felipe II estuvieron muy interesados en adquirir sus obras.

Personalmente, durante el bachillerato recuerdo que El Descendimiento fue el primer cuadro que me explicaron con detalle en el colegio. Yo creo que por eso he tenido siempre un especial interés por ese cuadro y por su autor. Siempre que voy al Museo del Prado aprovecho para verlo y no me canso de contemplarlo. Es el único cuadro del que tengo un póster en mi casa. Además cuando estuve viviendo en Villalba, cerca de El Escorial vi que había allí una copia realizada por Michel de Coxcie y también descubrí otro cuadro de Van der Weyden que no conocía: El Calvario que ahora ha sido magníficamente restaurado. En El Descendimiento, el autor debió pasar muchas horas estudiando geometría para distribuir a los personajes en un espacio tan pequeños para las dimensiones de las figuras y conseguir esa armonía de emociones, además de no descuidar detalles como la nariz enrojecida de María de Cleofás llorando.

El Descendimiento 


Detalle de El Descendimiento

Con motivo de esta restauración se han reunido en esta exposición otras obras de la época que arropan a las principales piezas de Van der Weyden: los ya mencionados, El Descendimiento y El Calvario, y otras como El Tríptico de Miraflores o la Madonna Durán. 

El Calvario, detalle. Lágrimas de Cristo 


Dos cosas llaman la atención de este pintor: el tratamiento escultórico que da a sus pinturas y la pasión por el mínimo detalle reproducido con minuciosidad. La excelente restauración de El calvario ha permitido descubrir las lágrimas de Cristo crucificado y recuperar el verdadero color de las túnicas de la virgen y san Juan, oscurecidas por el paso del tiempo. Estas túnicas dan la sensación de ser sudarios, de manera que, simbólicamente, los vivos estarían más muertos que el mismo crucificado. Sus pliegues realzan el volumen de las figuras y el paño de honor del fondo de la pintura, de un precioso color rojo enmarca la escena que no puede ser más sencilla. Es el último cuadro del autor, fechado en 1455; no se debió a ningún encargo y por esto actuó con total libertad para pintarlo. Sólo el rojo de la pasión y el blanco de la muerte aportan color a la profunda emoción de los personajes.

El Calvario restaurado

En la Madonna Durán, 1435-1438, el autor utilizó casi exclusivamente también esos dos colores. El manto de la Virgen es rojo y la túnica del niño blanca. Las dos figuras están situadas en una hornacina, simulando ser esculturas. En ese espacio cerrado, la Virgen sentada es el trono donde su hijo reposa. El niño juega, arrugando el libro que lee la virgen.


Madonna Durán, detalle. El niño arrugando el libro

 Por último, también me gustaría destacar un tapiz de lana y seda perteneciente al Museo de Tapices de La Seo-Cabildo Metropolitano de Zaragoza, realizado hacia 1450-1460 y que representa varias escenas de la vida de Jefté. La última de estas escenas en la parte derecha del tapiz, es una batalla donde apenas pueden distinguirse los caballeros de sus caballos. Jefté es un personaje bíblico, uno de los jueces de Israel y guerrero que dirige sus tropas en la guerra contra los amonitas. 

Jefté y los amonitas

Una preciosa exposición, lástima que termine el día 28 de junio. Os dejo un video sobre la restauración de El Calvario, merece la pena verlo. Y después de septiembre se podrá seguir visitando en el Monasterio de El Escorial. Si alguien sigue interesado en van der Weyden existen videos en Youtube sobre el ciclo de conferencias que el Museo del Prado ha estado haciendo sobre el autor. 


Museo Nacional del Prado. 
24 marzo-28 junio 2015

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