lunes, 31 de agosto de 2015

Cine: La vida perra de Juanita Narboni de Farida Benlyacid (2005)

Lo que más sorprende de Juanita Narboni es su capacidad para amargarse la vida. Es gibraltareña, hija de padre inglés y madre española, pero parece que haya nacido en la España profunda de la posguerra. Es un personaje desvalido y aislado gracias a su propio egoísmo y a su miedo a vivir. Sus insistentes monólogos son un verdadero tormento para quienes la escuchan, si es que la escucha alguien. Juanita (genial Mariola Fuentes) vive en Tánger y en esta película, en paralelo, se narra la decadencia de las dos. La ciudad y la persona. Tánger entra dentro de esa categoría de ciudades mediterráneas míticas, hasta el punto de que se llega a dudar que haya existido tal y como la describen. Es como la España de las tres culturas, que suponemos que coexistieron con tensiones pero con mucha tolerancia. Sin embargo, esa Tánger cosmopolita, refugio de escritores (como lo fue también París para la generación perdida) y ciudad puta, parece una ensoñación de occidentales que vivían allí porque les resultaba mucho más barato para emborracharse. 


Es una adaptación de la novela de Vázquez Molina, escritor maldito (aunque en 1962 también fue Premio Planeta), que no he leído todavía, y que muchos críticos consideran como una de las novelas más originales del siglo XX. Vázquez Molina había nacido en Tánger y asistía a las fiestas y juergas de los occidentales que vivieron allí como Barbara Hutton, Paul y Jane Bowles y otros artistas con cierta querencia por la barra del bar.

Juanita antes de la decadencia
A pesar de su estatuto de ciudad internacional o precisamente por ello, Tánger no se libró de los acontecimientos más importantes del siglo XX. La Guerra Civil Española dejó allí su huella y también en las amigas de Juanita, que quedaron atrapadas en la península y de ellas nunca más se supo; la II Guerra Mundial hizo lo mismo y esta vez Elena (la hermana guarra y la hermana puta, tal y como ella la llama) abandonó a Juanita para siempre; después Tánger se incorporó a Marruecos y entonces murió la ciudad mítica. Los judíos marroquíes emigraron y los occidentales también se fueron. En ese momento se hace patente que aunque, aparentemente, se viviera esa coexistencia entre culturas, en realidad no era así. Compartían juergas y vida fácil; pero en las dificultades cada uno se refugió en sus grupos de origen.

Juanita y su decadencia


En la película esto se ve perfectamente, cuando casi al final, la criada, que ha compartido toda su vida con Juanita y con su familia, desaparece. Después de 40 años compartiendo todos los días de su vida, Juanita no sabe dónde vive ni siquiera sabe cuál es su verdadero nombre, porque ensimismada en su egoísmo y amargura nunca se ha preocupado de conocer a su criada. Tristes vidas.

Muy buena la interpretación de Mariola Fuentes que consigue darle vida a esta muerta viviente, pesarosa y amargada.



Directora: Farida Benlyacid
Guion: Gerardo Bellod (adaptación de la novela de Vázquez Molina)
Fotografía: José Luis Alcaine
Intérpretes: Mariola Fuentes, Salima BenMoumen, Lou Douillon y Chete Lere


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