lunes, 17 de abril de 2017

Cine: Dulcinea de Vicente Escrivá (1962)

Dulcinea fue dirigida por Vicente Escrivá en 1962. Está basada en una obra teatral de Gaston Baty, un escritor francés muy influido por el expresionismo y conocido por haber adaptado la novela Madame Bovary al teatro. 

Vicente Escrivá trabajó como guionista y director y en sus últimos años también creó alguna serie de televisión. Fue guionista de muchas películas entre las que destacan Agustina de Aragón y también de La leona de Castilla, ese tipo de superproducciones históricas de CIFESA, que tanto éxito tenían en los años 1950. Pero esta película se sale de ese estilo. No es heroica ni mucho menos complaciente con el espectador.

Aldonza y el ventero
Basándose en los personajes del Quijote el autor, y posteriormente el director, imaginan la vida de una mujer, una “moza del partido”. Una moza del partido o moza de fortuna (en este caso de mala fortuna) era, en el siglo XVI una prostituta callejera. Una pobre mujer, posiblemente abandonada al nacer, que no tenía donde caerse muerta. 


Por caridad (esa repugnante y abusiva caridad revestida de engreimiento) se permitía a estas mujeres trabajar en las ventas, como criadas y como putas. Aldonza es una de estas mujeres, deslomada de acarrear agua y explotada por su ventero durante todo el día y molida a golpes por los puteros por la noche. Es una joven hermosa y muy devota de la virgen, aunque, por caridad, también le esté prohibido entrar a la iglesia.


En la venta donde trabaja, todos hablan del caballero don Quijote. Incluso unos títeres representan sus historias. Aldonza se refugia en la fantasía de justicia que el caballero representa. Como Cervantes escribe, Sancho había salido en busca de Dulcinea para entregarle una carta de don Quijote. Una carta hermosa en la cual empieza llamándola Dulcísima señora, esperanza de mi herido corazón. Nadie podría negarse a una carta así. Como Sancho no sabe quién es Dulcinea o quizá porque es un vago redomado, entrega la carta a la primera mujer joven y hermosa que ve. La apaleada Aldonza recibe la carta como una señal de cambio en su vida que le impulsa a salir en busca del caballero.

Sancho ve a Aldonza y la convierte en Dulcinea
En esa búsqueda vivirá su propia aventura, trágica y amarga. Se encuentra con personajes tan miserables como ella y tan acostumbrados a sufrir el abuso como ella y por esto, terminará por creer que su tarea es redimir a los humillados, a los enfermos y a los mendigos, aunque éstos pretendan también abusar de ella, y combatir las injusticias como hizo don Quijote. A partir de aquí la película recuerda a Viridiana de Buñuel y El proceso de Juana de Arco de Robert Bresson. La fotografía en blanco y negro, muy contrastada, expresa toda la dureza del paisaje inhóspito de la Mancha.


Es una película muy interesante que supongo se revalorizará con el tiempo porque en su momento no tuvo mucho éxito. Yo la vi en la Filmoteca de Zaragoza, programada en el ciclo dedicado a Cervantes y a Shakespeare, por el cuarto centenario. Como curiosidad la actriz que interpreta a Dulcinea es Millie Perkins, famosa por haber encarnado también a otra heroína trágica, Ana Frank.


Dirección: Vicente Escrivá
Guion: Vicente Escrivá y Ramón Faraldo
Música: Giovanni Fusco
Fotografía: Godofredo Pacheco
Intérprete: Millie Perkins, Folco Lulli, Walter Santesso, Vittoria Prada, Pepe Rubio, Antonio Ferrandis.

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