En 1937, George Orwell trabajaba como periodista y fue
enviado a cubrir la Guerra Civil española. Inmediatamente tomó partido. Era un
ciudadano británico que había nacido en las colonias y que había sido testigo
del racismo con el que se trataba a los no blancos. Se declaraba firmemente
antiimperialista y en los meses que pasó en España se convirtió en un ferviente
antifascista.
Orwell al fondo. Fotografía de Agustí Centelles |
De su experiencia en la sierra de Alcubierre y en el cerco
de Huesca, surgió en forma de autobiografía novelada y crónica periodística, Homenaje a Cataluña, terminado en
diciembre de 1937. La exposición aprovecha que se cumplen los 70 años de su
estancia en Huesca para dar un repaso de cómo fue la guerra allí y cómo fue
también la represión posterior.
Eric Arthur Blair, su verdadero nombre, había tenido siempre
clara su vocación de escritor, aunque para seguir la tradición familiar,
después de sus estudios en Eton había ingresado en la policía colonial
británica. Pronto dejaría ese trabajo para dedicarse a escribir.
Había viajado por el norte de Inglaterra para informarse de
las condiciones de vida de los mineros, escribiendo El camino a Wigan Pier, donde por primera vez dejaba apartada la novela
y se implicaba en una crónica con análisis sociológico. Poco después, se sintió atraído por la situación en España. A pesar
de pertenecer a la burguesía acomodada, no ocultaba sus simpatías por los
trabajadores sobre todo si estaban implicados en una revolución con un halo de romanticismo, como ocurría en los primeros meses de guerra en España.
Se trasladó a España con ayuda del Partido Laborista y aquí
se incorporó al POUM, el Partido Obrero de Unificación Marxista opuesto al estalinismo y que, posteriormente, sería acusado de ser un partido fascista y perseguido por
parte de la izquierda ortodoxa (y autoritaria) dominada por la Unión Soviética. En la exposición se
puede ver un cuadro pintado por Eugenio Granell en 1991, también militante del
POUM, con un título muy significativo. Es Elegía por Andrés Nin
asesinado por el estalinismo y vuelto a asesinar por la cobardía del silencio
de los intelectuales de igual calaña, dedicado a Andreu Nin, fundador del
POUM, que fue asesinado en septiembre de 1937, en circunstancias que nunca se han aclarado pero en el trascurso de las purgas
ordenadas contra el POUM y los anarquistas.
Orwell fue destinado a la Caserna Lenin y queda constancia
de ello a través de unas fotografías tomadas por Agustí Centelles, en la que
sobresale claramente su cabeza por encima del resto de sus camaradas. Una de esas fotografías da inicio a la exposición. Estuvo en
España aproximadamente desde enero a junio de 1937.
Eugenio Granell. Elegia a Andrés Nin |
Después sería herido gravemente en la garganta y tendría que
dejar el frente. De regreso a Reino Unido, sus amigos insistieron en que se
dedicase a la novela pero él siguió escribiendo sobre la Guerra Civil y
posteriormente sobre el fascismo durante la II Guerra Mundial. No tenía ninguna
duda de que la situación en España le había hecho significarse para siempre
contra el fascismo. Así lo reconoció en Recordando
la Guerra Civil española o en Por qué
escribo. Murió todavía joven, en 1950 y entre su abundante producción
literaria dejó dos de las novelas políticas más influyentes durante toda la
segunda mitad del siglo XX: Rebelión en
la granja y 1984.
Las armas de un reportero |
La exposición muestra abundantes documentos, carteles y
fotografías de los dos bandos contendientes y también de las luchas dentro del
seno de la izquierda. Se han aportado también testimonios, dibujos y diarios de
milicianos, de conductores de ambulancias, de los protagonistas directos de la guerra, que no salen en los libros de los estudiosos, pero que constituyen documentos de
gran valor sentimental, para las familias de los autores, y de la vida
cotidiana y la microhistoria para el resto.
Detente |
También pueden verse las mencionadas fotografías de Agustí Centelles y también de los fotógrafos locales. Y lo que más me llamó la atención fueron los detentes bordados o pintados que trataban de proteger a los soldados de las balas y las bayonetas. Ver los detentes e imaginar las horas que algunas mujeres pasaron preparándolos con todo su amor y toda su fe da mucha pena; por más que nos empeñemos la fe no puede parar las balas. También están las armas de los periodistas, una máquina de escribir portátil y cámaras de fotos. Referencias también a la participación de las mujeres en la contienda con fotografías de Simone Weil, la virgen roja, torpe y miope pero comprometida con la causa de los obreros o una nota de prensa sobre la muerte de Felicia Browne, la primera miliciana británica muerta en España, una artista, dibujante y escultora de gran talento. Una exposición muy recomendable y especialmente la visita guiada. Y si se tiene tiempo el resto del museo es también muy interesante.
Dibujos de Felicia Browne, realizados durante su estancia en Tardienta (Huesca) |
Orwell toma café en Huesca
Museo de Huesca
Plaza de la Universidad, 1
del 17 de febrero al 25 de junio
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