Los primeros fotogramas de esta película son muy simbólicos.
El deshielo en el Pirineo vuelve a mostrar la roca debajo de la nieve. Así en
la vida de la gente el hielo mantiene las cosas ocultas pero al mismo tiempo
frescas y dispuestas a salir con el primer rayo de sol.
La pieza clave de esta película es el regreso de un
adolescente, Gabriel, al que se le dio por desaparecido cuando tenía 8 años. Las
dudas sobre su identidad, las suyas propias y las de su madre y el resto de la
familia, pasan a un segundo término enseguida y toma protagonismo la
recuperación de la identidad pérdida.
Nos embarcamos en el mismo viaje que la madre. Ella no tiene
espacio para dudas ni para ambigüedades porque arrastra una carga mucho más
pesada. Hechos del pasado, escondidos y mal resueltos. Emma Suárez ya hace
mucho tiempo que es una actriz muy solvente, pero en este papel transpira vulnerabilidad por todos sus poros y, precisamente, en esa vulnerabilidad ha encontrado su fuerza, durante todos los años que su hijo estuvo perdido, para mantener el hogar a costa
de perder su propia vida.
Sergi López, es el cuñado y tío de Gabriel. Es quien más desconfía de la identidad de Gabriel y tiene razones de peso para hacerlo. Un hombre muy arisco que esconde una gran violencia, siempre a punto de estallar. Casi durante toda la película lleva una
escopeta de caza; en los últimos años ha mantenido una relación escondida con su cuñada. Posiblemente desde que murió su hermano o quizá desde antes.
Álex Monner interpreta a Gabriel, el niño perdido que vuelve
convertido en un adolescente. Se integra enseguida en la pandilla de
adolescentes del pueblo, sus antiguos amigos, y comienza a recordar cosas, pero no puede recordar
nada sobre la muerte de su padre. Como adolescente es bravucón y fantasioso;
pero en este caso, no podemos estar seguros de que parte de lo que dice no haya
sido verdad. En los últimos años ha vivido en Francia, en un centro de acogida
y allí los informes son secretos, ni siquiera se pueden revelar a la familia. Sus
tatuajes dicen mucho de él y su capacidad para autolesionarse y oir (o recordar) voces también.
La película me ha gustado mucho. Se rodó en el pirineo
aragonés, en catalán, castellano y francés. Yo he cometido el error (involuntario)
de verla en versión doblada y es imprescindible verla en versión original. Siempre he dicho que deberíamos hacer el esfuerzo de ver cine en versión original,
pero mucho más si (únicamente) una parte de la película es en catalán. Otra
cosa me parece un auténtico despropósito.
Por lo que he leído de las críticas, en esta película, el
idioma es utilizado como vehículo para la recuperación de la identidad. Gabriel
ha pasado los últimos años viviendo en Francia y se expresa en francés pero con
acento catalán; el hecho de mostrar este acento, este detalle hace que puedan
localizar a su posible familia. Así que cuando vuelve a su pueblo, empieza a
perder el acento francés y a relacionarse en catalán como estaba acostumbrado a
hacerlo. Además, su madre, que había nacido en un pueblo del sur, hablaba con
él en castellano y así es como recuperan su relación. Salí enfadada del cine
porque todo esto lamentablemente se pierde en la versión doblada. Se pierde, por
pereza intelectual, la parte más interesante de la película. Una pena.
Por lo demás, una muy buena película. Con una fotografía muy
adecuada, fría y áspera, como corresponde al paisaje del Pirineo, pero, como
con el deshielo, con la posibilidad de renacer.
Dirección: Isaki Lacuesta, Isa Campo
Guion: Isa Campo, Isaki Lacuesta, Fran Araújo
Música: Gerard Gil
Fotografía: Diego Dussuel
Intérpretes: Álex Monner, Emma Suárez, Sergi López, Bruno Todeschini
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