Como desde los 15 años son feminista radical, me he ocupado
siempre de bucear en las estanterías de las librerías para encontrar biografías
de mujeres excepcionales. Las encontraba principalmente en la Librería de Mujeres de Zaragoza, que
primero estuvo en la calle Maestro Marquina y después en San Juan de la Cruz.
Allí me compré mi primer libro feminista que todavía conservo. El segundo sexo de Simone de Beauvoir,
en dos tomos, de la Editorial Siglo XXI. Y allí seguiría comprando si no la
hubiesen cerrado hace años. Una lástima.
Recuerdos |
Encontré también la biografía de Tina Modotti, de Pino Cacucci, en la
editorial Circe que todavía funciona y que sigue editando títulos muy
interesantes. Yo había conocido ya a Tina Modotti por su faceta de fotógrafa pero este libro me descubrió su
compromiso político.
Había emigrado muy joven a Estados Unidos desde Italia y
allí empezó a trabajar siendo una adolescente. Intervino también en películas
mudas en el floreciente Hollywood y empezó a interesarse por la fotografía.
Edward Weston sería su maestro y juntos se trasladarían a México. Allí conoció
también a pintores de la época: Frida Kahlo y Diego Rivera, entre otros de la
Unión Mexicana de Artistas.
A pesar de haber tenido influencia del pictorialismo de
Weston y de haber comenzado con una fotografía más formalista, en México se
desarrolló vivamente su espíritu crítico y su compromiso político con la
revolución rusa. Optó entonces por la fotografía documental y el reportaje para
la prensa: niños pobres, campesinos, manos
de trabajadores y trabajadoras quemadas por el sol y sus célebres bodegones con
sombreros mexicanos y mazorcas de maíz, hoces y martillos. Su compromiso
político le impulsó a militar en el Partido Comunista Mexicano desde 1927, hasta que la expulsaron
del país por su activismo y volvió a Europa.
Estuvo en Berlín pero terminó recalando en Moscú y allí dejó casi definitivamente la fotografía por un activismo más práctico. Ella decía que prefirió elegir la vida al arte. Colaboró con la Organización Internacional de Ayuda para los
Refugiados que durante la Guerra Civil en España, se llamó Socorro Rojo Internacional. Cuando Modotti
se trasladó a España empezó a ocuparse del SRI y también trabajó como reportera para la revista Ayuda, su órgano de difusión. Conoció en
España a todos los dirigentes del PCE e incluso atendió a la Pasionaria cuando
esta enfermó de hepatitis.
En España también se reunió con su amante Vittorio Vidali,
miembro del Partido Comunista Italiano, enrolado en el Ejército Republicano. En
febrero de 1939, cuando la guerra estaba ya perdida, Tina Modotti abandonó
España, cruzando la frontera hacia Francia.
Entonces regresó a México con nombre falso y no retomó su
carrera como fotógrafa. Siguió con su activismo político hasta que murió en
1942. Tuvo un infarto cuando iba en un taxi camino de su casa. Hay quienes
dicen que fue envenenada por el propio Vidali cumpliendo una orden directa de
Stalin.
Su obra como fotógrafa no es muy extensa. Unas 400
fotografías. Pero son fotografías donde palpita la vida y la lucha es más
intensa. Tina Modotti no quería utilizar artificios. Únicamente trató de
documentar la pobreza y la injusticia para que todos asumiéramos nuestro deber
de combatirlas. Esta exposición de FNAC Plaza España no le hace justicia, pero
por algo se empieza. También se ha editado libro-catálogo escrito por la misma comisaria de la exposición, Margaret Hooks. Hasta el 28 de febrero, en Zaragoza. Después seguirá por otros centros FNAC.
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