Las autoras.-
Madame de Stäel |
Este libro son dos libros. Un estudio sobre las Reflexiones llevado a cabo por María
Victoria López-Cordón Cortezo, catedrática de Historia Moderna de la
Universidad Complutense de Madrid, y las propias Reflexiones sobre el proceso de la Reina de Madame de Stäel.
La última obra publicada de María Victoria López-Cordón Cortezo es Condición femenina y razón ilustrada: Josefa
Amar y Borbón.
Madame de Stäel fue una salonnière como Madame de Recamier y otras coetáneas. Mantuvo un salón de intelectuales
frecuentado por los políticos, filósofos y escritores más famosos de su época.
Publicó obras de teatro, ensayos de crítica literaria y novelas: Sophie ou les sentiments secrets (1786),
Corinne ou l’Italie (1807), Réflexion sur le suicide (1812).
Mi opinión.-
Estas Reflexiones fueron
publicadas de forma anónima, como muchos otros, en 1793. Se trataba de dar
visibilidad a los excesos de la Revolución Francesa y de algo que empezaba a
desarrollarse entonces de forma generalizada, “el monstruo de la opinión
pública” y su maquinaria propagandística contra la reina por motivos, según la
autora, de venganza, xenofobia y quizá también de misoginia.
Olympe de Gouges |
De la Revolución Francesa surgieron las democracias burguesas, pero no fue un parto sin dolor. Olimpia de Gouges también dedicó su Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana a la
reina María Antonieta y consideraba que ésta no debía ser juzgada por difamaciones
interesadas. Gouges terminó en la guillotina, y desde allí gritó su última
reivindicación Si las mujeres estamos
capacitadas para subir a la guillotina, deberíamos estarlo también para
alcanzar la tribuna pública. Definitivamente, la revolución se había vuelto contra las mujeres. Y podríamos decir que fue así porque durante la Ilustración éstas habían alcanzado un claro protagonismo y se
permitían cuestionar las leyes de los hombres, monárquicos, republicanos y más tarde izquierdistas. En eso seguimos.
María Antonieta por Elizabeth Vigée-Le Brun. 1783 |
También Madame de Stäel percibió este odio de la revolución
hacia las mujeres y lo criticó especialmente, porque las mujeres habían
contribuido grandemente a su triunfo. Con un cierto tono de reivindicación
feminista Staël afirmaba que ninguna revolución sería fuerte si no se ocupaba
de fortalecer su eslabón más débil, en este caso, las mujeres y su educación.
Madame de Stäel por François Gérard. 1810 |
Stäel era hija de un banquero francés de origen suizo que
terminó siendo ministro de finanzas de Luis XVI. Aun así su relación con la
familia real fue mínima. Recibió una gran educación influenciada por su madre
que había mantenido un pequeño salón literario. Sufrió una cierta
discriminación por parte de la aristocracia por ser calvinista y ella siempre
se consideró representante de la burguesía, de la alta burguesía que empezaba a
obtener logros explotando sus capacidades en lugar de heredarlos.
Napoleón por Jacques-Louis David. 1812 |
Políticamente se podía considerar que era conservadora pero
inteligentemente partidaria de reformas, especialmente en el acceso a la
educación. También defendía el compromiso político de los intelectuales siempre
y cuando fuesen capaces de mantener su independencia y de no convertirse en
propagandistas. Fue muy crítica, en la época del Directorio, por la
concentración de poder propiciada por Napoleón Bonaparte en detrimento de un
verdadero régimen republicano.
Madame de Stäel por Elizabeth Vigée-Le Brun. 1808 |
En lo que respecta a estas Reflexiones, Staël adopta un tono aparentemente neutro afirmando Voy a contar lo que he visto. Se dirige
a las mujeres de todos los países y de todas las clases sociales e intenta
excitar su compasión hacia la reina a la que pretende salvar o al menos que sea
objeto de un juicio justo y no de prejuicios orquestados por motivos espurios. Apela
a los sentimientos de los jueces y de la opinión pública, porque la reina pudo
exiliarse y quiso seguir la suerte de su esposo y sus hijos. Además su
ejecución sería inútil y un ejemplo indecoroso de la ferocidad de la Revolución
Francesa, que influiría en el descrédito internacional de ésta.
Un salón de intelectuales |
Stäel recomendaba calma, deliberación y uso de la razón,
algo totalmente opuesto a una condena basada en las emociones más viscerales,
la embriaguez y la venganza. Sin embargo, Stäel no consiguió detener la ejecución de la
reina.
María Antonieta por Elizabeth Vigée-Le Brun. 1778 |
Nos ha quedado una imagen muy negativa de la reina. María Antonieta de Austria se había casado con Luis, delfín de
Francia, en 1770. Ya entonces, no debió ser muy bien recibida, porque aprovechando
la similitud fonética, empezó a llamársele L’autre-chienne,
la otra perra, en lugar de l’autrichienne,
la austríaca. En 1774, Luis fue entronizado como Luis XVI y su reinado terminó
en la guillotina en 1793. El retrato que llega de ella es el de una niña
mimada, consentida y despilfarradora, pero después de leídas las Reflexiones de Madame de Stäel quizá sea
un retrato interesado.
María Antonieta y sus hijos. Vigée-Le Brun. 1787 |
Fue acusada también, al parecer sin motivo, de adúltera y se
cuestionó la legitimidad de sus hijos, especialmente de quien debía ser el heredero
de Luis XVI que murió en 1789. Luis XVI fue ejecutado en enero de 1793
y María Antonieta encarcelada en la Conciergerie.
Allí terminaría meses más tarde Robespierre, principal instigador del juicio contra
la reina. Le arrebataron a su segundo hijo varón para reeducarlo e hicieron que
testificase contra ella. Parece que el sumario preparado contra ella era
bastante inconsistente, pero sólo servía para dar la apariencia de legalidad requerida.
El 16 de octubre de 1793 fue ejecutada. Sólo su hija María Teresa llegó a la
edad adulta.
Retrato de María Antonieta realizado en la cárcel de la Conciergerie |
He estado recientemente en París visitando los sitios
turísticos habituales, incluido Versalles. He notado en los guías turísticos
una intención de disculpar a los reyes y de presentarlos como víctimas de un
ambiente generalizado de corrupción debido más a los ministros y funcionarios
de la corte que ha ellos mismos. No sé no tengo conocimientos de la historia de
Francia para verificar si eso fue cierto o no, pero podría haberlo sido. No
obstante, no podemos olvidar que los reyes era los principales beneficiarios de esa riqueza y por ello deben ser considerados los principales responsables, aunque fuesen monigotes manejados por otros.
Tumba de María Antonieta y Luis XVI en la basílica de Saint Denis. |
De todas maneras, las Reflexiones
de Madame de Staël me han parecido muy interesantes. Las escribió inspirada
por la prudencia y por el deseo de no verter sangre innecesariamente. Sin embargo,
en su momento fue poco escuchada quizá por la misoginia que se intuía en los
revolucionarios franceses. Hoy seguimos prácticamente igual. Arrinconamos las opiniones de especialistas, no confiamos en el criterio de los intelectuales y los profesionales y esperamos que "un sentido común" que se alimenta de los instintos más bajos, de la visceralidad más oportunista y de lo que se ha llamado la "dictadura de las emociones, nos dé soluciones oportunistas a problemas complejos. Nos hacen creer que podremos terminar con toda la delincuencia que nos acosa ampliando la prisión permanente revisable, que no es más que un eufemismo para no escandalizarnos con el término más contundente de cadena perpetua, y no es cierto. Si no podemos poner a la "opinión pública" en su sitio, terminaremos debatiendo la conveniencia de restablecer los linchamientos y la ley del talión.
Reflexiones sobre el proceso de la Reina
Madame de Stäel
Estudio de
María Victoria López-Cordón Cortezo
Abada Editores
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