El autor.-
Francisco de Rojas Zorrilla fue un autor de gran éxito durante el siglo XVII y sus obras
siguieron representándose durante el XVIII. Se le adscribe a la escuela de
Calderón y, aunque apenas vivió 40 años, han llegado hasta hoy unas 40 piezas
entre obras teatrales, entremeses y autos sacramentales. También adaptó obras
de otros al teatro, como Persiles y
Sigismunda de Cervantes. Otras obras suyas: Donde hay agravios no hay celos, Lo que son las mujeres, Casarse por
vengarse.
Mi opinión.-
Entre bobos anda el
juego fue escrita en 1638 y existe constancia de una primera representación
ante Felipe IV en 1645. Desde entonces hasta hoy, ha sido una de las obras más
representadas del autor. Incluso en 1899 se estrenó una versión musical para
zarzuela que recuperó el nombre del personaje principal como título, don Lucas del Cigarral.
Se encuadra dentro del género comedia; más bien se puede
considerar una farsa o comedia de figurón puesto que el personaje central suele
ser un viejo rico, estrafalario, orgulloso y pedante que pretende casarse con
una joven, generalmente de familia bien venida a menos. Debía ser un personaje
bastante corriente porque en la literatura tuvo mucho éxito. Se podría decir
que uno de los últimos exponentes de este género fue El sí de las niñas de Leandro
Fernández de Moratín, estrenada en 1806.
Don Pedro, don Lucas, doña Alfonsa y doña Isabel |
Para esta segunda visita a Almagro elegí esta función sin
conocerla. Únicamente me sonaba la compañía de teatro, Noviembre Teatro, por haber asistido a dos representaciones suyas
en el Teatro Principal de Zaragoza: HeddaGabler con Cayetana Guillén Cuervo y El mercader de Venecia con Arturo Querejeta e Isabel Rodes que desempeñan papeles
principales en esta Entre bobos. En
absoluto me ha decepcionado, al contrario. Hubo momentos en que estuve tan
metida en la función que, sin duda, era yo quien tenía cara de boba.
No me parece extraño puesto que seguir una comedia en verso
no es nada fácil. Para mí, requiere mucha concentración pero el esfuerzo merece
la pena. Y eso que me había preparado un viaje exprés, de apenas 24 horas,
desde Zaragoza a Almagro. Casi iba tan rápida como los personajes de la obra
que no paran de entrar y salir de escena; se producen situaciones cómicas sólo
por el trajín que llevan. Hablan abiertamente o murmuran sus penas sin cesar. Y
si no las hablan, las cantan. Aunque el público no puede solidarizarse con
penas tan ridículas que mueven a la risa y la carcajada.
Un criado calvo que se llama Cabellera es el encargado de dar noticias a doña Isabel de su pretendiente don
Lucas. El tal don Lucas no tiene ninguna gracia ni donaire, es avaro,
desconfiado, presuntuoso y se emperifolla sin medida. Doña Isabel debe obediencia a su padre, un hombre con no muchas
luces, pero está enamorada de don Pedro,
caballero prudente y sin dinero que está emparentado con don Lucas. Don Lucas tiene
una hermana, doña Alfonsa, calva y
con barba, enamorada de don Pedro. Entra en escena también don Luis pretendiente sin mucho éxito de doña Isabel que acabará apañándose con doña Alfonsa.
Don Lucas después
de caer con mucha gracia en el exceso, la vanidad y el engreimiento, se dará
cuenta de que no debe ser un obstáculo para los jóvenes enamorados y de que ni siquiera
merece la pena castigarles pues ya será bastante castigo que se vean,
enamorados, pero sumidos en la pobreza.
La Antigua Universidad Renacentista AUREA |
Cualquier obra del siglo XVII tiene que sufrir un proceso de
limpieza y pulido para priorizar el texto y la interpretación. Así, en este caso, la
escenografía es mínima, la música acompaña sin abrumar y el vestuario de
Lorenzo Caprile es elegante y también cursi. Si todas las interpretaciones son
excelentes, sobresale la de José Ramón Iglesias como don Lucas. Él y su
imponente sombrero que, durante la representación, le dio algún que otro sofoco
por el calor de La Mancha.
Espero que la próxima vez que vaya a Almagro pueda ir con un
poco más de sosiego. Es una ciudad pequeña pero tiene su encanto. Además se
programan varias funciones al día en las distintas sedes y siempre hay alguna
exposición relacionada con el teatro. Esta vez no fui al Corral de Comedias,
pero pude entrar cuando la compañía Ay teatro
estaba ensayando Todas hieren y una
mata de Álvaro Tato. Es una comedia escrita hoy pero según las reglas de la
comedia barroca: con una dama que quiere ser valorada como ser humano, un galán,
el antagonista y los criados encargados de enredar la trama. Me gustaría
haberla visto. Espero que gire y llegue a Zaragoza. Teatro en verso en el siglo
XXI.
La iglesia de San Agustín fue parte de un convento de Agustinos Recoletos fundado por la familia Figueroa, fundación que no sentó muy bien a los jesuitas siempre enzarzados en competición con el resto de las órdenes religiosas. Se la consideró obra cumbre del barroco de Ciudad Real, aunque hoy no viva su mejor momento. Actualmente se dedica a sala de exposiciones pero sigue exhibiendo parte de sus pinturas murales y también algunas grietas que duelen.
El Museo Nacional del Teatro cumple este años su primer centenario y también merece una visita. Algunas fotos más de Almagro.
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