El primer contacto que tuve con la mitología grecorromana se
produjo cuando estudiaba 1º de BUP. Fue la profesora de literatura la que nos
animó a leer las Metamorfosis de Publio
Ovidio Nasón. Todavía tengo el libro guardado en un trastero. Para ella era importante
que conociéramos las idas y venidas de los dioses antes de estudiar el
Renacimiento, especialmente, la pintura renacentista. Así lo disfrutaríamos
más. No estaba equivocada. A mí me ha durado la fascinación por las vidas
mundanas de los dioses desde entonces, hace ya 40 años.
Apolo persiguiendo a Dafne. Van Thulden 1636-1638 |
Quedan ya poquitos días para que termine esta exposición en
CaixaForum Zaragoza. Hace ya un tiempo que el Museo del Prado y CaixaForum
colaboran preparando exposiciones itinerantes de la amplia colección del museo.
No sé quién tuvo la idea pero deberíamos agradecérselo todos.
Ticio (copia). José de Ribera, XVII |
La exposición está dividida en ocho ámbitos y empieza enfatizando
que la mitología ante todo es un relato, es decir, que supone una invención.
Los griegos (y los romanos les imitaron) inventaron toda una cosmogonía que
pretendía explicar el mundo. El mito o los mitos son, pues, una narración maravillosa, como quedan
definidos en el diccionario de la RAE. Pero esta narración maravillosa
protagonizada por dioses, héroes y mortales es muy humana. Está profundamente permeada
por las pasiones más habituales en nuestros mundos.
El rapto de Europa. Erasmus Quellinus, 1636-1638 |
Amores, odios, infidelidades, celos, desafío a los dioses,
castigos eternos, guerras, vida, destrucción y vuelta a empezar. Todo ello
constituye una red de vida y de muerte en la que cada minúsculo punto adquiere
su pleno sentido en relación con los demás; una red que, periódicamente, es
resucitada por los grandes pintores, escultores y literatos para después ser
nuevamente olvidada.
Diana Cazadora. Taller de Rubens, 1617-1620 |
Esta Diana Cazadora,
1617-1620 del Taller de Pedro Pablo Rubens es la pintura que más me ha gustado.
No sólo por la disposición de los personajes, el movimiento y la transparencia
de las túnicas y la perfección en representar las blancas pieles de la diosa y
sus acompañantes, sino por la expresividad y la suavidad con la que están
tratados los perros de caza. Posiblemente, un pintor llamado Paul de Vos
especialista en la representación de perros, colaborase en la ejecución de esta
pintura.
Ártemis y Apolo nacieron de las relaciones entre
Zeus-Júpiter y Leto (el olvido). Hera-Juno se enteró de la infidelidad de su
esposo Zeus e intentó matar a Leto. Como ésta se escapó prohibió que nadie la
pudiese ayudar en el parto. Los gritos de dolor de Leto conmovieron a los dioses del
Olimpo y permitieron que Ártemis naciera primero para ayudar en el parto a su
madre. Por esto Ártemis-Diana es protectora de la naturaleza y también de las recién
nacidas, e identificada con la luna tal y como su hermano Apolo es identificado
con el sol. Complicado ¿no?
Zeus estaba muy ocupado persiguiendo ninfas y ocultándole
sus amoríos a su esposa, así que no podía perder el tiempo creando a los
hombres. De eso se encargaron Prometeo y Atenea. Es la escena que se representa
en este mármol romano, un fragmento de sarcófago. Prometeo modela el cuerpo en
arcilla y, no se ve muy bien, pero Atenea posa su cabeza una mariposa,
dotándole así de alma. Prometeo fue un titán y robó el fuego a los dioses para
dárselo a los hombres; se le considera así protector de la civilización humana.
Fue castigado por ello a ser encadenado y a que un águila devorase su hígado
constantemente. Los dioses no son misericordiosos. Atenea es la diosa de la
guerra y también de la sabiduría, la estrategia y la civilización. Nació de la
frente de Zeus después de que éste se tragase a su madre, Metis, una titánide
que personifica la prudencia.
Prometeo y Atenea crean al primer hombre. |
Después estaban las fiestas de los dioses, las bacanales. Podemos
encontrar una muestra en este cuadro de Houasse, Ofrenda a Baco de 1720. Comparten la escena niños, adultos y
faunos. Unos hacen ofrendas y rezan ante la estatua del dios; otros “duermen la
mona” y un niño en el centro, en primer plano, parece que vomita. Baco era hijo
de Zeus y Sémele o Perséfone, depende de la versión. Y no me extraña que
hubiera dudas con el trajín que se llevaba Zeus. Otros dicen que Zeus también
fue su madre. Y es que Hera se enteró de la infidelidad (otra vez) de su esposo
y convenció a Sémele para que exigiese a Zeus que se presentase ante ella con
toda su pompa y esplendor. Zeus, al principio, no quería pero al final se
presentó con sus rayos y truenos e involuntariamente abrasó a Sémele. Después
de esto, lo único que pudo hacer Zeus fue coger al feto e implantarlo en su
muslo para que se terminase de gestar. Por eso se dice que es también su madre.
Ofrenda a Baco. Housse, 1720 |
Otro cuadro que me ha parecido muy curioso es éste de Orfeo y Eurídice en los Infiernos de
1632, de Pieter Fris. Se puede
contemplar toda una variedad de monstruos, terrores y desesperación grotesca que,
se supone, nos espera en el infierno; todos ellos directamente inspirados por las
pinturas de El Bosco. La escena está presidida por Hades y su esposa Perséfone
y muestra en el centro a Orfeo y Eurídice que está a punto de desaparecer
definitivamente por la imprudencia de Orfeo.
Orfeo y Eurídice en los infiernos. Pieter Fris, 1632. |
En CaixaForum Zaragoza, hasta el 25 de agosto.
Leda y el cisne. Georg Pencz, primera mitad siglo XVI |
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