Este museo fue inaugurado el 8 de julio de 1985, gracias a
la colaboración de los herederos de Pablo Gargallo y del Ayuntamiento de
Zaragoza. Se instalaron allí esculturas, dibujos, grabados y también alguna
joya, quedando configurado como el museo más completo dedicado a este artista.
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En la artesa, 1898. |
Pablo Gargallo nació en Maella (Zaragoza) en 1881 pero
enseguida se trasladó con sus padres a Barcelona, donde inició sus estudios, sus
primeros trabajos como aprendiz con el escultor Eusebi Arnau y sus amistades de
juventud con otros aspirantes a artistas como Picasso, Isidre Nonell o Manolo
Hugué. En 1903 realiza su primer viaje a París y conoce la obra de Rodin
(después será uno de sus mayores detractores).
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Galgo |
Ya en 1904, inicia los primeros bocetos para su obra más
conocida El gran profeta que le
acompañará durante casi toda su corta vida. Empieza a tener mucho éxito, a
exponer y a recibir encargos por parte de las autoridades: esculturas para la
Plaza de Cataluña y el Palacio de la Música Catalana y especialmente las
esculturas para el Estadio Olímpico de Montjuic que nos dan la bienvenida al
museo. En 1934, en plena madurez personal y artística, había expuesto ya en Nueva
York, pero lamentablemente muere.
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El Gran Profeta, detalle. |
Gargallo tuvo una formación clásica muy sólida que, después,
le permitió investigar con metales no habituales en la escultura. Pero lo
esencialmente personal y característico de este escultor es la importancia del
vacío. Durante los 30 años de trayectoria profesional y partiendo de su formación
clásica inició un proceso de simplificación de volúmenes hasta llegar a la
eliminación de la materia, de manera que rodeando el vacío con formas ligeras
pero contundentes obtenía la representación buscada.
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El amor. 1906 |
Comienzo el recorrido del museo por unas pocas piezas de
inspiración noucentista entre las que
destaca Cleopatra (con sus joyas) de
1900 y el grupo escultórico El amor de
1906. Junto a ellas dos obras de juventud una virgen en escayola de 1894 y el
bronce En la artesa de 1898. Gargallo
nunca renegará de su formación clásica y considerará que debe de ser la base
para todo artista que quiera, posteriormente, buscar su propio lenguaje
escultórico.
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Cleopatra, 1900 |
En la primera planta del patio hay ejemplos de su evolución
en el tratamiento de las formas. Las formas cóncavas y convexas empiezan a
verse determinadas por la ausencia, por el vacío; es lo que él llamaba los
volúmenes inversos. El Urano de 1933
o La mujer acostada de 1923.
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Urano, 1933 |
Y también encontramos el retrato de Ángel (Fernández) de Soto de 1920 de factura más clásica pero que
permite al espectador jugar con las dos piezas que componen el retrato. Este caballero
fue también retratado por Pablo Picasso. Gargallo realizó una escultura de
medio cuerpo pero no quedó contento con el resultado y decidió fragmentarla.
Todo un acierto.
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Ángel de Soto, 1920 |
Mi pieza favorita es, sin duda, el retrato de Kiki de Montparnasse que puede verse
también en el Museo Reina Sofía de Madrid y que es la escultura más difícil de
fotografiar del mundo. Es un bronce dorado, tan pulido que es imposible no
reflejarse en él. Retrata a la mujer con los mínimos elementos: media boca,
media nariz, un ojo y el inconfundible corte de pelo estilo bob o a lo garçon.
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Kiki de Montparnasse, 1928 |
Chagall presumía de estar muy enamorado de su mujer, de
tenerla siempre en su pensamiento y así le retrató Pablo Gargallo en 1933, con
su mujer en el pensamiento. Era un auténtico genio y creo que mantenía algo del
humor somarda aragonés.
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Homenaje a Chagall, 1933 |
En la última planta de la ampliación del edificio llevada a
cabo entre 2007 y 2009, se pueden contemplar dibujos de su etapa de formación.
Me llamó la atención el retrato de Ceferino
Pallás (tío del artista) de 1898 y la Viejecita
con paraguas de 1896 porque podrían haber sido mis bisabuelos de los que no
conservo ninguna fotografía. Hay también algunos dibujos boca abajo porque el
autor aprovechaba las dos caras del papel. Pero lo más significativo de esta planta
son las planchas en cartón de sus obras. Entre ellas el retrato de Greta Garbo con
sombrero de 1931. Este fue el lenguaje propio del autor. Él pensaba que la
escultura se podía fragmentar en imágenes incompletas que el espectador debería
de volver a unir.
En el patio central del Palacio de Argillo, El Gran Profeta la obra que le obsesionó
durante toda su vida. Una visita muy recomendable.
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Greta Garbo con sombrero, cartones y fotografía de la escultura definitiva |
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Eco, 1933 |
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Mujer acostada, 1923 |
Además hasta el 1 de
septiembre puede verse la exposición de la fotógrafa Carmen Calvo, Quietud y vértigo que pertenece al
certamen de PhotoEspaña 2019. Calvo interviene en fotografías antiguas
encontradas o compradas en mercadillos. Este arranque surrealista no está
exento de humor, incluso de ironía o a veces resulta inquietante y cruel. Somete a las
fotografías a diferentes procesos para crear su particular obra. También es muy
recomendable.
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A Blanca, 2016 |
Más obras de Pablo Gargallo.
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Faunos |
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Faunesas |
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David. 1934 |
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