Es cierto que no es una relación muy romántica y eso está muy bien porque cumple otra función mucho más importante: “restituía por un instante nuestra fe en el género humano”. Yo creo que esa es la razón más romántica que pueda existir en el mundo, ¿no? Al fin y al cabo es algo que te hace seguir siendo humano para volver a confiar en la gente. Además, Carolina me gusta porque está de acuerdo conmigo en que Vila es un Quijote. Y Vila termina llamándola Dulcinea (página 43). Y para que no nos quepa ninguna duda de su querencia por los caballeros y las causas perdidas, esta vez Vila pinta un caballero templario, otro caído en desgracia. ¿Debería Lorenzo Silva dar una oportunidad a esta relación? Yo creo que sí.
Bueno, en esta novela aparece el cadáver de una joven alcaldesa de una localidad de la costa. Y esta vez los jefes de Vila y Chamorro están intranquilos, muy intranquilos, porque el asunto alcanza a autoridades políticas de alto rango. En realidad, la tesis de la novela es que parece que no puede terminarse de ninguna manera con el caciquismo. La víctima es medio española y medio danesa y está harta de los españoles. De un marido débil, de una suegra demasiado invasiva, de su pequeña hija que le exige demasiada atención, de sus compañeros de partido (corruptos por herencia), de los rivales políticos (corruptos por elección), de los empresarios (corruptos por costumbre). No sabemos si las ganas de regeneración de la alcaldesa surgen de su mitad danesa o de su juventud, pero sí que podemos intuir que otros muchos las han tenido y que al llegar al poder esas ganas se han frustrado. Ya sea porque llegan mayores al poder o porque les puede la inercia o porque, real y lamentablemente, no se puede actuar de otra manera.
De todas maneras no hay que olvidar que todo lo que nos pasa es porque “…los humanos somos animales gobernados por nuestras emociones” y esas emociones también se heredan. Y sobre todo se hereda el miedo; el miedo a no tener, el miedo a la precariedad y la pobreza y es posible que ese miedo inspire la codicia y la corrupción y también la actuación de los caciques para seguir siéndolo y de quienes aspiran a llegar a serlo. Y todo esto sí que está profundamente enraizado dentro del ser humano. Por eso, la alcaldesa que nunca había sentido ese miedo, es expulsada como si fuese un cuerpo extraño a esa dinámica secular.
Serie Bevilacqua y Chamorro:
El alquimista impaciente, 2000. Premio Nadal
La niebla y la doncella, 2002
Nadie vale más que otro, 2004. Relatos
La reina sin espejo, 2005
La estrategia del agua, 2010
La marca del meridiano, 2012. Premio Planeta
Los cuerpos extraños, 2014
Donde los escorpiones, 2016
Tantos lobos, 2017. Relatos
Lejos del corazón, 2018
El mal de Corcira, 2020
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