lunes, 15 de octubre de 2018

Novela: Donde los escorpiones de Lorenzo Silva (2016)


El autor.-
Lorenzo Silva estudio derecho y ejerció como abogado durante bastantes años. Sin embargo, su vocación literaria terminó ganando. Ha escrito principalmente novela, pero también poesía, algún ensayo y un par de libros de viajes. También ha sido guionista de cine y colabora habitualmente en la prensa. De la serie de Bevilacqua y Chamorro lleva ya escritas diez novelas. Otras obras suyas: Historia del Marruecos español, Del Rif al Yebala. Viaje al sueño y la pesadilla de Marruecos, Trilogía de Getafe. 

Mi opinión.-
Ya he comentado alguna vez que la novela negra o la novela policíaca son una excusa para hacer una radiografía de la sociedad. En el caso de Donde los escorpiones no se analiza una sociedad o una época determinados pero sí un microcosmos. Un espacio cerrado donde se abren paso los mismos vicios, las mismas rivalidades y pasiones; pero que está situado a miles de kilómetros de España y cuyos habitantes son militares de diferentes países y algún colaborador local.

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La acción está situada en la base española de Herat, en Afganistán y, a priori, dado que se trata de un espacio cerrado debería ser más fácil localizar al asesino. Sin embargo, quizá sea eso lo que más miedo le da a Bevilacqua. Cuando se produce el asesinato de un militar español, la pregunta importante es ¿quién puede haber accedido a una base militar española dotada de una seguridad extrema? Suponiendo que haya sido alguien de fuera, el fallo de seguridad sería abrumador, pero ¿y si el asesinato lo hubiera cometido alguien de dentro? La respuesta a esta segunda hipótesis es todavía peor.

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Bevilacqua, Vila para los que se atascan con su nombre, ya no es un hombre joven, ronda los cincuenta, y empieza a acarrear los primeros síntomas de la vejez. Parece ser que su última relación sentimental también ha terminado. Sin embargo, su mente sigue siendo tan perspicaz, reflexiva y sagaz como siempre. Además sigue teniendo una cierta tendencia hacia el estoicismo, no espera nada, no le sorprende nada. Pero, por otra parte, también frecuentemente se sigue enredando en pensamientos que no le favorecen.


Para que Vila no divague demasiado, su compañera Chamorro se encarga de devolverle a la realidad. Vila y Chamorro parecen, frecuentemente, don Quijote y Sancho. Aunque sea éste un paralelismo demasiado manido. Por otra parte, su hijo, un excelente estudiante, le confiesa su interés por ingresar en la Guardia Civil. Así que, en este momento de su vida, Vila tiene el alma en un hilo y aprovecha para leer a Pessoa y sacar enseñanzas de Don Draper, el protagonista de Mad Men, que representa la esperanza, ir siempre hacia adelante, reinventándose por causa de los embates de la vida.


Con este planteamiento Lorenzo Silva aprovecha para contar la vida en un recinto militar internacional, de los que cada vez serán más frecuentes. Porque, queramos ser conscientes o no de ello, la línea de frente se ha desplazado varios miles de kilómetros de nuestra frontera nacional. Nos guste o no, se impone también la colaboración entre ejércitos que durante siglos han sido enemigos y, además, un último factor a tener en cuenta es que la población local, en este caso de Afganistán, puede no estar muy contenta con esos despliegues.


No obstante, en ese recinto cerrado, se reproducen las mismas pasiones que fuera. Las altas y las bajas pasiones. Amoríos, trapicheos más o menos grandes, tráfico de drogas, demasiado alcohol, traiciones y deslealtades en situaciones de máximo estrés. Pero al final, el criminal es el más previsible y el motivo del asesinato de lo más común. Casi resulta un poco decepcionante especialmente porque el criminal consigue escapar y seguir su vida, esperemos que, carcomida por los remordimientos.

Lorenzo Silva estuvo en julio de 2014 en la base de la ISAF de Herat documentándose para escribir esta novela. Aprovecha en este libro para lanzar alguna crítica pero, en general, él siempre se sitúa de parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, Fuerzas Armadas incluidas. Como ciudadanos, todavía no les hemos perdonado un pasado demasiado agresivo; pero, deberíamos esforzarnos por conocerlos más de cerca. Pasarán años todavía hasta que podamos sentar las bases de una cultura de defensa democrática, respetuosa para militares y ciudadanos, pero la literatura puede ser un primer paso para tender puentes. Y Bevilacqua y Chamorro son buenos embajadores.

Serie Bevilacqua y Chamorro:
El lejano país de los estanques, 1998. Premio Ojo crítico
El alquimista impaciente, 2000. Premio Nadal
La niebla y la doncella, 2002
Nadie vale más que otro, 2004. Relatos
La reina sin espejo, 2005
La estrategia del agua, 2010
La marca del meridiano, 2012. Premio Planeta
Los cuerpos extraños, 2014
Donde los escorpiones, 2016
Tantos lobos, 2017. Relatos
Lejos del corazón, 2018
El mal de Corcira, 2020



Donde los escorpiones
Lorenzo Silva

Ed. Booket

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