lunes, 7 de marzo de 2016

Novela: Una última cuestión de Carmen Moreno (2015)

La autora.-
Joven escritora nacida en Cádiz. Licenciada en Filología Hispánica y con un variado currículum laboral como pasa en los últimos años en España. Ha trabajado en cosas diversas: desde ser asesora del Ministerio de Igualdad hasta guionista de un programa de televisión o profesora de creación literaria. Tiene varios premios de relatos cortos y de poesía. Otras obras suyas son: Principito debe morir, Cástor y Pólux. Adora a Cristina Fallarás y a Julio Cortázar. Y sus personajes favoritos son Sherlock Holmes y La Maga. Está preparando una segunda novela, continuación de ésta. Suficientes razones para adorarla. 


Mi opinión.-
Una última cuestión es la primera novela de la autora y además ha decidido estrenarse con una novela negra. Es un punto de partida ambicioso, teniendo en cuenta además que el personaje principal se sale de lo normal. Verónica Lago es limpiadora en El Corte Inglés y tiene 62 años. Cuando está en su casa, la mayoría del tiempo viste su pijama de felpa con la lengua de los Rolling Stones y bebe toda la cerveza que su cuerpo con sobrepeso puede asimilar. Una lengua fuera puede ser una burla hacia la sociedad biempensante o un síntoma de vivir asfixiado.

Es lectora de Fred Vargas y de Rosa Ribas. Quería ser algo en la vida, algo que estuviera relacionado con el arte, hasta que un espermatozoide se cruzó en su camino e hizo diana. Tiene tres hijos que la ignoran y un exmarido argentino que hace poco tiempo empezó a resultarle realmente cargante y aburrido. Verónica se lleva muy bien con Aurora, la portera de su edificio, que también tiene gustos peculiares para vestir: el chándal oficial del centenario del Barça. Descritos así parecen personajes pensados por Pedro Almodóvar o Alex de la Iglesia. Tienen un punto esperpéntico y cabroncete. Sandra Olivé vive en el mismo edificio que Verónica. En realidad vivía porque Verónica y Aurora encuentran su cuerpo despachurrado. Para la policía es posible que sea un suicidio.


Pero para Verónica y un inspector de policía, doliente por un error que cometió y con el mismo carácter sarcástico que ella, el microcosmos del edificio es dónde debe de estar el asesino. Así que se pasean planta por planta del edificio de un buen barrio de Madrid para descubrir las miserias de los vecinos. Una galería de personajes representativos y también un poco estrafalarios. Con las historias y mentiras de cada uno y hasta con las referencias a un pasado difícil de digerir, el policía y Verónica tejen sus hipótesis hasta resolver el crimen.

Una novela respetuosa con el género, pero también con mucho humor y su dosis correspondiente de costumbrismo y de análisis de caracteres. Con una intriga bien elaborada y que va dejando pistas para que el lector pueda llegar a la misma conclusión que Verónica. Pero sin duda, el mayor acierto es describir a esta detective aficionada. Verónica. Si las mujeres a partir de los 40 años empezamos a resultar invisibles, a los 62 como tiene ella… ya no sé cómo se podría definir nuestra situación. Sin embargo, esta mujer venida a menos, barrida por la crisis general y por su propia crisis personal, tiene todavía arrestos y atractivo, sorna y somardería suficientes para sobreponerse. Creo que no será la última novela que protagonice y eso me alegrará mucho, porque con ésta he pasado ratos divertidos. Muchas referencias a cine y literatura; crítica también de algunos escritores de best-sellers, del enriquecimiento y de la fama y la fortuna por un pelotazo. Y una historia del pasado contada con mucha amargura y un poco de truculencia. Muy recomendable. 


Una Última Cuestión 
Carmen Moreno

Ed. Cazador de Ratas

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