La autora.-
Joven escritora nacida en Cádiz. Licenciada en Filología
Hispánica y con un variado currículum laboral como pasa en los últimos años en España.
Ha trabajado en cosas diversas: desde ser asesora del Ministerio de Igualdad
hasta guionista de un programa de televisión o profesora de creación literaria.
Tiene varios premios de relatos cortos y de poesía. Otras obras suyas son: Principito debe morir, Cástor y Pólux. Adora
a Cristina Fallarás y a Julio Cortázar. Y sus personajes favoritos son Sherlock
Holmes y La Maga. Está preparando una segunda novela, continuación de ésta. Suficientes
razones para adorarla.
Mi opinión.-
Una última cuestión es
la primera novela de la autora y además ha decidido estrenarse con una novela
negra. Es un punto de partida ambicioso, teniendo en cuenta además que el
personaje principal se sale de lo normal. Verónica Lago es limpiadora en El
Corte Inglés y tiene 62 años. Cuando está en su casa, la mayoría del tiempo
viste su pijama de felpa con la lengua de los Rolling Stones y bebe toda la cerveza
que su cuerpo con sobrepeso puede asimilar. Una lengua fuera puede ser una
burla hacia la sociedad biempensante o un síntoma de vivir asfixiado.
Es lectora de Fred Vargas y de Rosa Ribas. Quería ser algo
en la vida, algo que estuviera relacionado con el arte, hasta que un
espermatozoide se cruzó en su camino e hizo diana. Tiene tres hijos que la ignoran y un
exmarido argentino que hace poco tiempo empezó a resultarle realmente cargante
y aburrido. Verónica se lleva muy bien con Aurora, la portera de su edificio,
que también tiene gustos peculiares para vestir: el chándal oficial del
centenario del Barça. Descritos así parecen personajes pensados por Pedro
Almodóvar o Alex de la Iglesia. Tienen un punto esperpéntico y cabroncete. Sandra Olivé vive en el mismo edificio que Verónica. En
realidad vivía porque Verónica y Aurora encuentran su cuerpo despachurrado. Para
la policía es posible que sea un suicidio.
Pero para Verónica y un inspector de policía, doliente por
un error que cometió y con el mismo carácter sarcástico que ella, el microcosmos
del edificio es dónde debe de estar el asesino. Así que se pasean planta por
planta del edificio de un buen barrio de Madrid para descubrir las miserias de
los vecinos. Una galería de personajes representativos y también un poco
estrafalarios. Con las historias y mentiras de cada uno y hasta con las
referencias a un pasado difícil de digerir, el policía y Verónica tejen sus
hipótesis hasta resolver el crimen.
Una novela respetuosa con el género, pero también con mucho
humor y su dosis correspondiente de costumbrismo y de análisis de caracteres. Con
una intriga bien elaborada y que va dejando pistas para que el lector pueda
llegar a la misma conclusión que Verónica. Pero sin duda, el mayor acierto es
describir a esta detective aficionada. Verónica. Si las mujeres a partir de los
40 años empezamos a resultar invisibles, a los 62 como tiene ella… ya no sé
cómo se podría definir nuestra situación. Sin embargo, esta mujer venida a
menos, barrida por la crisis general y por su propia crisis personal, tiene todavía arrestos y
atractivo, sorna y somardería suficientes para sobreponerse. Creo que no será
la última novela que protagonice y eso me alegrará mucho, porque con ésta he
pasado ratos divertidos. Muchas referencias a cine y literatura; crítica
también de algunos escritores de best-sellers, del enriquecimiento y de la fama
y la fortuna por un pelotazo. Y una historia del pasado contada con mucha
amargura y un poco de truculencia. Muy recomendable.
Una Última Cuestión
Carmen Moreno
Ed. Cazador de Ratas
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