Quien roba a un ladrón… ya sabemos lo que sigue. El Uruguayo
ha planeado un robo (con la ayuda de alguien) casi perfecto; le ayudan a
llevarlo a cabo el Gallego y otros compinches que no tienen muchas luces. El
día elegido sale lluvioso; más que eso, llueve a cántaros. Lo que, en
principio, sólo complica un poco las cosas o quizá un mucho. Es importante señalar que el banco está en Valencia, foco de corrupción
declarado, así que no se trata de robar sólo dinero.
Por estas complicaciones los atracadores se ven obligados a
coger rehenes. Y en ese microcosmos cerrado, se concentra una pequeña muestra
de personajes más atrapados por las circunstancias sociopolíticas que por los propios atracadores. La directora del banco (Patricia
Vico) acaba de ser despedida, después de que durante años se haya dedicado a vender
productos financieros de mierda a clientes incautos para que el banco terminase
arruinado por su propio consejo de administración; hay una joven pareja que no puede
pagar la hipoteca porque se ha quedado sin trabajo; además el empleado pelota que se
encarga de dar la alarma y complicar el asalto. Y los atracadores son de traca. Atracadores de
ida y vuelta que lo mismo dan un golpe en Argentina que en España. El Uruguayo (Rodrigo
de la Serna) parece un profesional pero va a resultar un ingenuo al que se la
dan con queso. Y el Gallego (Luis Tosar) parece un poco más inteligente, pero al final también cae.
Porque los atracadores son malotes sin doblez ni apenas
maldad; pero en la parte de los buenos
las cosas ya no están tan claras. El jefe de gabinete (Raúl Arévalo) es un poco
turbio y el negociador de la Guardia Civil (Jose Coronado) es capaz de arreglar
todos los problemas cueste lo que cueste y muera quien muera, especialmente si mueren quienes amenazan a sus amigotes corruptos.
La clave para salir bien parados del atraco frustrado es una
caja de seguridad que custodia un disco duro muy comprometedor. Chanchullo,
corrupción, fotos, vídeos, todo lo que pueda relacionar a políticos de alto rango
con empresarios sin escrúpulos; todo lo que puede hacer caer a un gobierno
frágil. Sin embargo, como los sinvergüenzas siempre escapan, este gobierno de corruptos tendrá como salvador
involuntario a uno de los atracadores, con menos luces que un candil apagao.
La película mantiene la tensión. Tiene
golpes de comedia pura y también es muy sentimental, hasta los atracadores se
hacen confesiones y se ponen en plan osito de peluche. Perdedores con buen
corazón. Pero también da puñetazos en la mesa y pone las cosas en su sitio,
aunque hacer una crítica de la estafa financiera que vivimos desde hace unos
años no sea su finalidad y a la hora de la verdad los malos sigan ganando.
Director: Daniel Calparsoro
Guión: Jorge Guerricaechevarría
Música: Julio de la Rosa
Fotografía: Josu Inchaustegui
Intérpretes: Rodrigo de la Serna, Luis Tosar, Raúl Arévalo, Patricia Vico, Jose Coronado y Joaquín Furriel.
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