jueves, 31 de marzo de 2016

Cine: Cien años de perdón de Daniel Calparsoro (2016)

Quien roba a un ladrón… ya sabemos lo que sigue. El Uruguayo ha planeado un robo (con la ayuda de alguien) casi perfecto; le ayudan a llevarlo a cabo el Gallego y otros compinches que no tienen muchas luces. El día elegido sale lluvioso; más que eso, llueve a cántaros. Lo que, en principio, sólo complica un poco las cosas o quizá un mucho. Es importante señalar que el banco está en Valencia, foco de corrupción declarado, así que no se trata de robar sólo dinero. 

Por estas complicaciones los atracadores se ven obligados a coger rehenes. Y en ese microcosmos cerrado, se concentra una pequeña muestra de personajes más atrapados por las circunstancias sociopolíticas que por los propios atracadores. La directora del banco (Patricia Vico) acaba de ser despedida, después de que durante años se haya dedicado a vender productos financieros de mierda a clientes incautos para que el banco terminase arruinado por su propio consejo de administración; hay una joven pareja que no puede pagar la hipoteca porque se ha quedado sin trabajo; además el empleado pelota que se encarga de dar la alarma y complicar el asalto. Y los atracadores son de traca. Atracadores de ida y vuelta que lo mismo dan un golpe en Argentina que en España. El Uruguayo (Rodrigo de la Serna) parece un profesional pero va a resultar un ingenuo al que se la dan con queso. Y el Gallego (Luis Tosar) parece un poco más inteligente, pero al final también cae.



Porque los atracadores son malotes sin doblez ni apenas maldad; pero en la parte de los buenos las cosas ya no están tan claras. El jefe de gabinete (Raúl Arévalo) es un poco turbio y el negociador de la Guardia Civil (Jose Coronado) es capaz de arreglar todos los problemas cueste lo que cueste y muera quien muera, especialmente si mueren quienes amenazan a sus amigotes corruptos.



La clave para salir bien parados del atraco frustrado es una caja de seguridad que custodia un disco duro muy comprometedor. Chanchullo, corrupción, fotos, vídeos, todo lo que pueda relacionar a políticos de alto rango con empresarios sin escrúpulos; todo lo que puede hacer caer a un gobierno frágil. Sin embargo, como los sinvergüenzas siempre escapan, este gobierno de corruptos tendrá como salvador involuntario a uno de los atracadores, con menos luces que un candil apagao.



La película mantiene la tensión. Tiene golpes de comedia pura y también es muy sentimental, hasta los atracadores se hacen confesiones y se ponen en plan osito de peluche. Perdedores con buen corazón. Pero también da puñetazos en la mesa y pone las cosas en su sitio, aunque hacer una crítica de la estafa financiera que vivimos desde hace unos años no sea su finalidad y a la hora de la verdad los malos sigan ganando. 


Director: Daniel Calparsoro
Guión: Jorge Guerricaechevarría
Música: Julio de la Rosa
Fotografía: Josu Inchaustegui
Intérpretes: Rodrigo de la Serna, Luis Tosar, Raúl Arévalo, Patricia Vico, Jose Coronado y Joaquín Furriel. 

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