Las mujeres en la Antigüedad Clásica (y en la mayor parte
del mundo hoy) no tenían ninguna relevancia y si eran pobres mucho menos. Pero
en la Roma Antigua empezaron a disfrutar de consideración y de un cierto
estatus. Siempre consideradas objeto, por supuesto, y siempre, divididas en dos
clases: madres o putas. La mayoría de las veces no podían elegir ni una ni
otra. Por nacimiento ya les venía dada su posición en la vida.
Pero, en Roma, esto empezó a cambiar. Y así, el arquetipo de
la matrona romana como pilar fundamental del hogar, gobernanta, estratega y gerente
de la microeconomía doméstica ha llegado hasta nuestros días, convertida en la
mamma italiana, incluso por extensión, en la madre mediterránea. Amorosa y castrante
a partes iguales, pero siempre disponible.
Ningún rastro queda en esta exposición de las mujeres romanas
pobres, gordas, viejas y feas. Parece que los artesanos o artistas romanos, por
supuesto hombres, tuvieron mucho más interés en perpetuar imágenes de mujeres
gráciles, esbeltas y eternamente jóvenes. En fin, como los directores de
casting hoy en día. Este no es un demérito de la exposición. Es simplemente la
constatación de que, a veces, ¡qué poco o qué despacio cambian las cosas!
Las piezas expuestas pertenecen a la colección del Museo del
Louvre, de los siglos I a.C a I d.C. Período de prosperidad económica y de
expansión de Roma, de manera que florecen las artes y la literatura, y la mujer
puede aspirar a una mínima libertad. En las esculturas, las mujeres son representadas
como musas, guerreras o victorias aladas; pero no hay espacio para mujeres
corrientes, campesinas. Pero no sólo hay espacio para grandes esculturas
públicas. También veremos pequeños objetos: anillos, camafeos y tres retratos a
la encáustica que, personalmente son lo que más me ha gustado de la exposición.
Para la encáustica como aglutinante de los pigmentos se
utilizaba cera y esto daba a la pintura mucho cuerpo y luminosidad. La pintura
era sobre madera y se utilizaba en los enterramientos. Aunque por lo que leí en
esta exposición, las tablas tenían señales de haber sido recortadas. Así que,
es posible, que en principio su uso fuera doméstico y una vez muerto el
protagonista se utilizaba en su sarcófago. Especialmente una de ellas tenía
todavía un brillo increíble, incluso los pendientes parecían perlas de verdad. También
hay pinturas murales de Pompeya y mosaicos.
Por supuesto, la exposición no podía carecer de esculturas
de Venus y una de ellas realmente graciosa. Una Venus preciosa acaba de
arrancarle las alas a Cupido, no sé por qué. Pero Cupido está desesperado y
tirándose de los pelos. Otra de ellas, una escultura de un hermafrodita contemplándose.
Las exposiciones en Caixa Fórum siempre son de garantía y
además tienen un montón de actividades. En Zaragoza, hasta el 5 de junio de
2016.
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