Miguel Blay dijo en su discurso de ingreso en la Real
Academia de Bellas Artes de San Fernando que “… cuando la solidez y la belleza se
hallan extremadamente unidas, es cuando se logra el resultado que se busca:
crear una verdadera obra de arte reposada y estable”. Fue un escultor muy reconocido
del que ahora se conmemora el 150 aniversario de su nacimiento y del que se
siguen exhibiendo importantes esculturas en ciudades españolas e
iberoamericanas. Por esto el Prado ha organizado esta pequeña exposición dedicada
principalmente a esculturas, dibujos y también medallas, que constituyen ejemplos
de las tendencias de su época que él cultivó. Realismo, Modernismo y Simbolismo,
principalmente.
Los primeros fríos (1892). Jardín Botánico de Buenos Aires |
Los primeros fríos. En bronce y con las figuras vestidas |
Completó su formación en París gracias a una beca y aunque
se puede notar la influencia de Rodin en sus trabajos, a mí Blay me parece más
sutil. También estudió en Roma y allí su escultura daría un giro hacia el
realismo social. Muestra de esta tendencia es la escultura que más me ha
gustado de toda la exposición: “Niña dormida”. Forma parte de otra escultura
mayor, “Los primeros fríos” de 1892 que fue muy premiada y que tiene varias
versiones, en mármol, en bronce, con las figuras vestidas y desnudas. No he
podido ver la escultura completa pero según las fotos son dos figuras sentadas,
ateridas por el frío, en su versión definitiva desnudas, un anciano y una niña.
El anciano visiblemente preocupado sirve de refugio a la niña dormida. Las anatomías
están marcadas con mucho detalle y se aprecia el contraste entre las pieles de
la niña y el anciano.
Niña dormida. Museo del Prado |
El fragmento que se puede ver en esta exposición es de las
esculpidas en mármol con la niña desnuda y el detalle del trabajo se puede
apreciar en las costillas marcadas y, a pesar de la impresión de frío y
abandono, también en su rostro que transmite dulzura y esperanza. Parece que
estuviera soñando con un mundo mejor, más justo y alegre, aunque el apoyo para
soñar ese mundo sea un anciano desolado. La manera en que la niña recoge sus pies
para protegerlos del frío no es más que otra manera de jugar. Es una escultura preciosa
y conmovedora.
Al ideal. Museo del Prado |
Otra escultura importante es “Al ideal” de 1896, un grupo
escultórico que mediante la representación de dos mujeres, adulta y adolescente,
trata de plasmar la búsqueda espiritual. La adolescente con cara de asombro, enfrentándose
a la vida o enfrentándose a algo que la deslumbra profundamente y la adulta,
que lleva un lirio símbolo de pureza pero también de transición, sirviendo de protección
y apoyo. Es más espiritual y un ejemplo de su época simbolista donde no existe
en ella nada que pueda relacionarse con la vertiente social de su escultura.
Eclosión. Museo del Prado |
Por último, ejemplo de su etapa modernista es la escultura
llamada “Eclosión” de 1907, que representa el primer roce íntimo de dos jóvenes
y que resulta chocante porque el hombre no está en posición de superioridad, al
contrario se muestra sumiso, adorando una belleza que, por fin, puede acariciar.
Todas las piezas de esta exposición pertenecen a la
Colección Permanente del Museo del Prado y supongo que están a la vista
siempre, pero es interesante que se hayan presentado de esta manera,
acompañadas también de un ciclo de conferencias sobre el autor.
Solidez y Belleza. Miguel Blay en el Museo del Prado
19 abril- 2 octubre 2016
Paseo del Prado s/n
Madrid
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