jueves, 29 de septiembre de 2016

Exposición de Pintura: Settecento. Obras Maestras de la Pintura Italiana en los Staatliche Museen zu Berlin (2016)

Yo pensaba que todas las exposiciones de CaixaForum circulaban por todas las sedes, pero parece ser que no. Esto es lo que pasa con Settecento. Sólo va a estar en Zaragoza, al parecer para celebrar el segundo aniversario de esta sede. Me parece bien y lo siento por el resto de las sedes porque merece la pena.

CaixaForum Zaragoza
La exposición está dividida en cuatro secciones Visiones de Italia, Intimidad, Historias y La imagen religiosa. A mí la que más me ha interesado ha sido las vedute, las vistas de Italia. En general, el siglo XVIII fue un paréntesis de tranquilidad y prosperidad económica, roto después por las guerras napoleónicas, que favoreció los intercambios comerciales. Por ello, muchos ingleses y alemanes se trasladaron a vivir a Italia y quedaron cautivados por ella. Se empezó a considerar una obligación viajar a Italia para completar la educación de la gente de buena posición, especialmente de los jóvenes. De regreso a casa, después de varios meses o incluso años, les quedaba como consuelo comprar recuerdos para no olvidar todo aquello que habían vivido.


Las vedute y los caprichos se producían para consumo de estos viajeros de educación cosmopolita; las más conocidas son las venecianas. Las vedute eran vistas urbanas, reproducidas con todo el detalle posible gracias a la cámara oscura. El cielo y las arquitecturas se volvían protagonistas absolutos, envueltos en las brumas propias de maravillosos amaneceres y atardeceres. Los caprichos, sin embargo, eran paisajes inventados, principalmente de ruinas que aprovechaban las referencias a la antigüedad clásica.

Santa María de la Salute. Canaletto
Por supuesto, en la exposición hay cuadros de Canaletto pero también de otros vedutistas, entre los que yo destacaría a Francesco Guardi. Sigue el mismo estilo de Canaletto, el detalle minucioso en la arquitectura pero también los cielos y el agua son mucho más ricos en pincelada. Se detiene en los reflejos del agua y en las pequeñas olas y estelas que dejan las góndolas y otras barcas. La diferencia es muy clara si se compara su cuadro Vista de la Giudecca con Santa María de la Salute de Canaletto. Y también en El ascenso del globo, donde el protagonista absoluto es el cielo tormentoso y el viento que agita la ropa de los espectadores, vistos todos de espaldas.

Vista de la Giudecca. Guardi
El ascenso en globo. Guardi
En la siguiente sección, se presentan algunos retratos y escenas íntimas, familiares. Es un barroco más naturalista, sin artificio. Pero es en Historias, donde merece la pena detenerse. Se trata de narraciones bíblicas o mitológicas, donde la composición del cuadro, su color y textura están al servicio de la narración. Así ocurre con Betsabé en el baño de Ricci. Betsabé era la esposa de un general del rey David y el rey David estaba deseoso de que este general muriese en la batalla para poder disfrutar de su esposa. Como eso no pasaba, no tuvo reparos en ser adúltero y dejarla embarazada. En el cuadro Betsabé se está preparando para encontrarse con David. Sus criadas le acercan las joyas que el rey le ha regalado y preparan sus vestidos, mientras el emisario no duda en echar un vistazo a la mercancía. Entre los colores suaves destacan el blanco del lienzo con el que van a cubrir a Betsabé y el amarillo dorado del vestido de una de sus criadas, una túnica azul, casi en el centro del cuadro y el manto rojo oscurecido de otra de las criadas.

Betsabé en el baño. Ricci
Curiosamente, esta combinación de colores se repite en Las bodas de Cupido y Psique de Batoni. Venus en su carroza viste un manto azul, Psique lleva el manto amarillo dorado y entre las dos el blanco de las nubes y el rojo del manto del personaje que lleva la antorcha. Y como detalle gracioso el carro de venus es tirado por dos palomas.

Las bodas de Cupido y Psique. Batoni
En la exposición han dejado espacio para presentar dos cuadros de pequeño formato de Angelica Kauffmann, una pintora austriaca que también está representada en el Museo del Prado. Fue famosa en su época y bastante reconocida; una mujer muy culta que hablaba en inglés y vivía en Italia y por tanto acabó siendo “retratista oficial” de los británicos expatriados allí. Estos dos cuadros representan a Cefiso y su amante cortando las alas de Cupido. No sé por qué lo hacen, pero creo que en las Metamorfosis de Ovidio está la clave.

Cefiso e Idalia. Kauffmann
Para el final quedan las imágenes religiosas y sobre todo el Martirio de Santa Águeda de Tiépolo que resulta sobrecogedor, donde se repiten los tres colores: azul, rojo y amarillo dorado. 


Settecento. Obras maestras de la Pintura Italiana de los Staatliche Museen zu Berlin.
CaixaForum Zaragoza
Avda. Anselmo Clavé 4
Del 3 de junio al 13 de noviembre 

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