Un juego de trileros, donde todos se sienten muy listos y
donde todos engañan a todos, varias veces. Paesa sabía manejar ese juego con
maestría, otros no tanto.
La película está narrada por Jesús Camoes, interpretado por
José Coronado de manera impecable. Un personaje ficticio, combinación de unos
cuantos amigos/conocidos/parejas de juego de Paesa. Este narrador conoce parte
de la trama y de los engaños de Paesa, pero no todos. Es un colaborador pero
también víctima. En cualquier caso no puede evitar sentir fascinación por Paesa.
Desde la admiración y una cierta ingenuidad cuenta lo poco que sabe de él,
hasta dejarnos casi con más incógnitas que las que teníamos al entrar al cine.
Tengo que decir que la película me ha sabido a poco porque
esperaba una orientación más biográfica, pero el director ha comentado que
debía ceñirse a una historia y decidió elegir el caso Roldán.
Recuerdo en los años 1990 haber seguido las informaciones
sobre Paesa hasta su supuesta muerte en Sierra Leona sin poder creer lo que
decían. Salíamos de la dictadura de Franco y votamos al PSOE con mucha ilusión por
un verdadero cambio para España. Pocos años después nos dimos cuenta que
algunos miserables se habían apoderado del partido y lo habían utilizado en su
propio beneficio. Entre ellos Roldán y Paesa.
Francisco Paesa era un individuo con cierto atractivo (poco,
la verdad), con unas gafotas enormes y tristes y el cigarrillo en la comisura
de los labios. Un espía, un conseguidor, un trilero. Nada parecido a Bond,
James Bond, pero había intervenido en casos que requerían alguna habilidad
especial y posiblemente turbia: la detención de la cúpula de ETA, la operación
Sokoa, el GAL y Luis Roldán, sobre todo Luis Roldán.
Lo más chocante entonces fue lo que empezamos a conocer de
ese mal que parece endémico en España: la corrupción y los corruptos (que por
lo que se ve han creado una floreciente escuela que sigue entre nosotros). Ninguno
de nosotros piensa que durante la dictadura no hubo corrupción, pero en la
España del PSOE eso no debería haber pasado.
De la noche a la mañana, Luis Roldán el exdirector de la
Guardia Civil, militante del Partido Socialista Obrero Español, de toda la vida (es decir, desde 1976 y estamos en 1993 y que antes de la muerte de Franco se había distinguido por delatar a sus
compañeros de trabajo más rojos), un personaje que mentía en su currículum y se
hacía pasar por ingeniero industrial y que tenía una cierta afición a dejarse fotografía en calzoncillos en las fiestas, se fugó antes de que los
jueces ordenasen su detención por varios delitos relacionados con dinero
público. Luis Roldán, al que primero llamaron Pelopincho porque era calvo y después el bebé porque no hacía más que llorar, no es que se simplemente se fugase,
sino que se llevó 1500 millones de pesetas.
El incauto de Roldán, con talento y predisposición para
robar pero no lo suficientemente inteligente para saber gestionar su botín en
Suiza, había amasado esa fortuna a través de comisiones ilegales (lo mismo que ha
hecho Francisco Correa, otro emprendedor, el que está siendo juzgado por la
Gürtel, años después). Así que, una vez que tomó la decisión de huir, o tenía
que recurrir a alguien para que le solucionase el problema o llevarse el dinero
en maletines con lo incómodo que debe ser acarrear tanto peso en papel moneda (otros, como los hijos de Jordi Pujol, parece que han hecho músculo acarreando
bolsas de ese tipo, pero era en Andorra que está un poco más cerca que Suiza).
A esta primera generación de corruptos todavía le faltaba
algo de picardía y Francisco Paesa estaba allí para suplirla (el que
roba a un ladrón…). Roldán terminó entregándose a la justicia española, cumplió
15 años de cárcel y una pequeña parte del dinero se recuperó. Se cree que
Francisco Paesa le estafó y se quedó con el resto.
Trileros |
La película cuenta esta historia, a ritmo de thriller de
timadores, con sus engaños e imposturas. con sus mentiras dichas con la rotundidad de verdades
fundamentales y verdades tan extrañas que nadie se las podría creer. Llega un
momento que sólo puedes preguntarte, cuándo
el mentiroso dice que miente, ¿miente o dice la verdad? Paesa hacía pasar a
delincuentes de poca monta como mafiosos internacionales, pero Roldán amenazaba
con tirar de la manta con unos documentos de un maletín vacío. Timadores.
A Roldán le llegamos a conocer bastante bien. Sin embargo,
Paesa sigue siendo un gran desconocido y todavía con capacidad para
sorprendernos. Cuando se estrenó la película, para sorpresa de todos, Paesa
concedió una entrevista a Vanity Fair.
No contó nada nuevo, quizá porque no haya nada más que contar. Ahora vive en París, como
un señor.
En la película, adaptación de una investigación periodística
del mismo título, queda bastante claro que Paesa era un vendedor de humo un
poco chapucero pero con mucha suerte, especialmente para rodearse de timadores
un poco más tontos que él. A pesar de esto el director piensa que algo más
tenía que haber (quizá su conocimiento real de las cloacas del estado), puesto
que le favorecían demasiadas casualidades.
Todos los actores están fantásticos, especialmente, Carlos
Santos que interpreta a Roldán. Al principio, combina su arrogancia con una
profunda estupidez; se cree capaz de manejar la situación y es un pececillo en un mar de tiburones. Pero, a medida que
pasa el tiempo y sobre todo en cuanto su mujer le deja, sólo tiene recursos
para mostrar su fragilidad. Marta Etura interpreta a la mujer de Roldán. Un
personaje que aporta toda la fortaleza e inteligencia que Roldán no tiene. Y
por último, Eduard Fernández, está brillante embarcado en un personaje resbaladizo y oscuro, al
que ha dotado con una picardía que no sabemos si tiene.
En esta película la ambientación y la fotografía, el frío y la lluvia en París y, especialmente, la
banda sonora aportan el misterio y suspense necesarios para los que ya nos conocemos la historia. Muy recomendable.
Paesa en Vanity Fair |
Algo nuevo he aprendido: a Juan Alberto Belloch, ministro de Justicia e Interior en ese momento y después alcalde de Zaragoza, le llamaban el cochero de Drácula. Luis Roldán cumplió su condena y creo que sigue viviendo en Zaragoza discretamente. Durante su estancia en la cárcel estudió y se licenció en Ciencias Políticas y Sociología por la UNED.
Director: Alberto Rodríguez
Guion: Alberto Rodríguez y Rafael Cobos sobre el libro de Manuel Cerdán
Música: Julio de la Rosa
Fotografía: Alex Catalán
Intérpretes: Eduard Fernández, José Coronado, Carlos Santos, Marta Etura, Emilio Gutiérrez Caba.
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