Como voy un poco mal de tiempo y de espacio también y hay
tantas cosas que ver ahora en Zaragoza, voy a hacer un batiburrillo con tres
exposiciones interesantes sobre y para la ciudad. Dos de ellas son en el
Paraninfo y la tercera en el Centro Pignatelli.
En Historia,
Conocimiento y Patrimonio se conmemoran los 475 años del privilegio
fundacional de la Universidad de Zaragoza. En 1542, Carlos V otorgó este
privilegio para que el Estudio General de
la ciudad, creado en 1474 y que empezó siendo fundamentalmente eclesiástico,
tuviera a partir de entonces rango universitario. Sixto IV había concedido esta
categoría de estudio general y se puede ver en esta exposición el documento que
está en el archivo de La Seo.
La exposición tiene dos salas. Una destinada a la historia
de la universidad; a sus difíciles comienzos, a las dos sedes principales que
ha tenido y a personajes, hombres y mujeres, fundamentales para la universidad.
No encontré ninguna mención al historiador del siglo XVI, Diego de Espés que,
con toda seguridad no era de mi familia.
Paradójicamente en 1581, el Virrey de Aragón se oponía a la
fundación de una universidad. Este conde de Sástago que se llamaba don Artal,
llamaba a los estudiantes “semejante gente” y “delincuentes” difíciles de
perseguir porque se ampararían en el fuero concedido a los universitarios.
Además, si la universidad tenía éxito, como todos querrían que sus hijos
estudiasen, no quedaría gente para desempeñar los oficios que fuesen más
necesarios. ¡Qué pensaría este buen hombre si viese a los universitarios
ingleses en Magaluf!
La segunda sala se destina a material didáctico utilizado,
especialmente, en el estudio de las ciencias. Creo que esta sala resultará muy divertida
para que la visiten los niños. Hay carteles sobre volcanes y botánica;
proyectores de diapositivas y microscopios. Pero sobre todo hay maquetas, del
cuerpo humano y de animales diseccionados, incluso de un caballo casi a tamaño
natural (y que da un poco de grima).
Destaco especialmente porque me llamó mucho la atención, una
maqueta del aparato reproductor femenino, del útero y las trompas de Falopio y
con una serie de complementos que representan el proceso de maduración de los
óvulos en los ovarios y las primeras fases de desarrollo de un embrión. Es de
1905 y fue realizada por el doctor Louis Auzoux en papel maché y madera, en
Francia. Muy interesante.
Historia, Conocimiento
y Patrimonio. 475 aniversario del privilegio fundacional de la Universidad de
Zaragoza.
Edificio Paraninfo –
Plaza Paraíso s/n
Hasta el 15 de julio
de 2017
La siguiente exposición es apasionante. Libros y Procedencias. Historia de una colección es una muestra del
patrimonio bibliográfico de la Universidad de Zaragoza. Está situada en la Sala
de lectura del Edificio Paraninfo que habitualmente no está abierta al público,
así que visitar esta exposición es una oportunidad de verla.
El documento más antiguo de la biblioteca es un Antifonario mozárabe de finales del
siglo X, donde se escriben los responsorios para cantar o rezar en la misa y en
las liturgias de las horas. Perteneció al Monasterio de San Juan de la Peña.
Otro ejemplar que me gustaría tener en casa son la Instrucción de la mujer cristiana para
educar a las doncellas hasta casarse y después de casadas y también cuando
estuvieran viudas. Parece que el autor Juan Luis Vives estaba muy preocupado
por el tema. Es una edición de 1529, que procede del Convento de San Lázaro.
De la biblioteca de Osuna procede un ejemplar de Las siete Partidas de Alfonso X el sabio, con
las adiciones de Alfonso Díaz de Montalvo.
Edición de 1491. Y una donación de Gregorio García-Arista de Los Caprichos de Goya, en edición del autor de 1799.
Hay también partituras y, entre ellas, un cuplé schotis coreable compuesto por
Andrés Aráiz. Sí, escrito schotis, porque
proviene de la palabra alemana Schottisch,
que significa “escocés”. Curiosidades.
Un libro de título difícil de comprender Aganipe de los cisnes Aragoneses celebrados
en el Clarín de la Fama del doctor Juan Francisco Andrés de Uztárroz,
cronista del Reyno de Aragón, del siglo XVIII, de la biblioteca de Fermín de
Lezaún y Tornos. O el libro de caballerías manuscrito de Don Gerónimo Ximénez
de Urrea, titulado Don Clarisel de las
Flores del siglo XVI y procedente de la biblioteca de Manuel Turmo. O Las transformaciones de Ouidio, en
edición de 1589 y que pertenecieron a Braulio Foz.
En fin, tan interesantes los libros como los propietarios
que los donaron que merecerían, sin duda, una exposición para ellos. Donaciones
que empezaron con los jesuitas, que en algún sitio tenían que dejar sus
bibliotecas cuando fueron expulsados, y se prolongaron durante los siglos
siguientes con la desamortización del siglo XIX y ya en el XX con donantes privados.
Muy interesante.
Exposición
bibliográfica. Libros y Procedencias.
Edificio Paraninfo –
Plaza Paraíso s/n
Hasta el 30 de junio de
2017
La tercera exposición que comentaré tiene en común con las anteriores
la pasión por Zaragoza y que los jesuitas también han tenido una cierta
intervención.
Se llama Zaragoza en
Cuarto Creciente y está en el Centro Pignatelli, conocido por su actividad
social, política, religiosa y cultural desde los años 1970. Son textos y
fotografías de Zaragoza. De la ciudad que no debemos olvidar, de la ciudad
invisible y de la ciudad que emerge. De todo aquello que nos apasiona y también
de lo que no queremos ver.
Esta exposición ha sido el colofón de unas jornadas
dedicadas a soñar la ciudad y construirla
juntos de manera que llegue a ser una ciudad humana. Esta es la fotografía
que más me ha gustado. Es una Zaragoza que, a veces rechazamos. Es Zaragoza y
su campo de maniobras militares, que nos gustaría que no fuera necesario y que
no estuviera allí; y es también Zaragoza y su apuesta por la paz, desde el Seminario de
Investigación para la Paz del Centro Pignatelli.
Y es que Zaragoza enamora.
Fotografía de Rafael Navarro |
Zaragoza en Cuarto
Creciente
Centro Pignatelli –
Paseo Constitución 6
Hasta el 24 de junio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por favor, deja tu comentario