lunes, 7 de diciembre de 2015

Cine: La dama de oro de Simon Curtis (2015)

Adele Bloch-Bauer pertenecía a la alta burguesía vienesa antes de la Segunda Guerra Mundial. Era judía y estaba casada con un rico industrial. Muy culta y elegante, interesada por la pintura y la música; fue amiga íntima (o quizá amante) de Gustav Klimt, el cual pintó dos retratos de ella, en 1907 y en 1912. Por su casa pasaban los mejores músicos, pintores y escritores de Europa Central. Murió en 1925. Durante la ocupación nazi de Austria, el resto de su familia fue destrozada. Sus cuñados fueron obligados a ceder sus negocios y propiedades (entre las que se encontraban varios cuadros) a los nazis y después fueron enviados a un campo de concentración donde murieron. Sus sobrinas pudieron escapar y refugiarse en Estados Unidos.

Uno de los cuadros, supuestamente cedidos por los Bloch-Bauer a los nazis fue el retrato pintado por Klimt en 1907. Muchos años después, María Altmann, la más pequeña de sus sobrinas, se embarcó en un proceso contra el estado austríaco para conseguir la devolución de este cuadro por el inmenso valor sentimental que tenía para ella. En Enero de 2006 lo consiguió y ese mismo año el cuadro se subastó, adjudicándose a Ronald Lauder (el heredero de cosméticos Estée Lauder) por 135 millones de dólares. Esta es la historia que cuenta la película.


No es una historia sobre el cuadro ni sobre la guerra, sino sobre el proceso judicial hasta conseguir la devolución por parte de Austria. Esto hace que la película sea un poco pesada. Además abusa de los flashbacks para mostrar la vida de los judíos burgueses en los años 20 y después la brutalidad de la ocupación nazi. Pero todo se perdona por ver a la verdadera dama de oro. Helen Mirren interpreta a María Altmann que con determinación, sencillez y astucia acaba por derrotar al estado austríaco, aparentemente, no demasiado pesaroso de su pasado colaboracionista con el régimen nazi.


La película es muy convencional y de ritmo un poco irregular. Está basada casi exclusivamente en el mito estadounidense de que un individuo puede y debe exigir justicia. El ciudadano estadounidense puede lanzarse contra los molinos de viento como don Quijote, y esta vez puede vencerles. Bueno no dudo de que en este caso fuera así, puesto que Altmann consiguió que le devolviesen los cuadros, pero por debajo de esta historia de justicia para una anciana combativa y simpática y un joven y prometedor abogado idealista (capaz de arriesgar el bienestar de su recién formada familia), la realidad es que el estado austríaco debía de hacer algo para mejorar su imagen internacional y se le presentó esta oportunidad.

Para pasar un rato agradable. 


Director: Simon Curtis 
Guion: Alexi Kaye Campbell
Música: Martin Phipps, Hans Zimmer
Fotografía: Ross Emery
Intérpretes: Helen Mirren, Ryan Reynolds, Daniel Brühl, Tatiana Maslany, Charles Dance 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Por favor, deja tu comentario