jueves, 3 de diciembre de 2015

Cine: Filth de Jon S. Baird (2013)

Filth es la adaptación al cine de la novela del mismo título de Irvine Welsh (del que también se adaptó Trainspotting hace ya tiempo). Filth en inglés tiene un montón de acepciones y ninguna positiva. Inmundicia, basura, obscenidad, guarrería, desperdicio o desecho. Todas ellas se le podrían aplicar al protagonista, un dechado de excesos sin fin. Bruce Robertson (interpretado por un genial James McAvoy) es un policía abusivo, embaucador, borracho y pendenciero, manipulador y drogadicto en Edimburgo. Ha sido abandonado por su mujer que también se ha llevado a su hija pequeña. Ahora se le presenta la oportunidad de ascender en su carrera y no puede perderla; él considera que con el ascenso su mujer y su hija volverán y serán otra vez una familia feliz (si es que alguna vez lo han sido). 

Para lograr ese ascenso tiene que resolver el brutal asesinato de un joven estudiante japonés. En medio de sus delirios y fantasías producidas por sus adicciones y por una vida emocional convulsa e infantiloide, se dedica a difundir toda clase de maledicencias y rumores entre sus compañeros, candidatos como él al ascenso, y a tenderles trampas para que caigan en sus manipulaciones.


El desarrollo de la trama policial deja de importar pronto y el director se centra completamente en el personaje y en su vida excesiva. Pasa entonces a ser una comedia amarga con una fotografía y un ritmo impactantes que envuelve al espectador en la vorágine de deriva y autodestrucción del personaje. A pesar de la antipatía que genera el personaje, la interpretación de McAvoy es tan brutalmente sólida, interpelando e involucrando directamente al espectador en su mundo de alucinaciones que, al final, casi consideramos que es el único que debe salvarse y que, por supuesto, merece el ascenso y una segunda oportunidad en la vida. Porque sus compañeros de trabajo son igual de trepas y drogadictos que él, igual de despreciables y maledicentes que él pero mucho más idiotas que él. Incluso su jefe está más preocupado por escribir una gran novela negra que nunca terminará que por el asesinato del joven japonés pendiente de resolver.

Aunque toda la película destila suciedad, traición y decadencia, el director ha tratado la situación con humor. Eso sí, un humor profundamente cáustico y totalmente inconveniente en Navidad. 


Director: Jon S. Baird
Guión: Jon S. Baird sobre la novela de Irvine Welsh
Música: Clint Mansell
Fotografía: Matthew Jensen
Intérpretes: James McAvoy, Imogen Poots, Jamie Bell, Joanne Froggatt, Eddie Marsan. 

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