jueves, 10 de diciembre de 2015

Ópera: L'elissir d'amore de Donizetti (2014)

Gaetano Donizetti (1797-1848) compuso a lo largo de su vida, entre otras obras, 75 óperas. Las más conocidas son: L’elissir d’amore, Lucia di lammermoor y La favorita. Es considerado uno de los compositores románticos más influyentes. 

L’elissir d’amore compuesta en 1832 se considera obra maestra dentro de las óperas cómicas. Algo que también se puede decir con rotundidad es que la comedia romántica no la inventaron en Hollywood. En L’elissir d’amore se dan todos los tópicos del género. Es una ópera alegre en dos actos y el tenor Vittorio Grigolo, que en este montaje interpreta a Nemorino, considera que si alguien no ha ido nunca a la ópera ésta es la obra que debería ver en primer lugar. Es fresca, divertida, juvenil, con enredo y final feliz. No se puede pedir nada más.

Nemorino (Vittorio Grigolo) es joven, pobre, soñador, trabajador y tímido. Está enamorado de Adina (Lucy Crowe), también joven, rica, soñadora, inteligente y con un desparpajo fuera de lo habitual. También es un poco cruel, pero se le puede perdonar porque tiene un gran corazón. Es la época de la cosecha en un pequeño pueblo italiano; lleno de luz y de color como dice la canción. Hace mucho calor y es el momento del descanso. Adina aprovecha para leer y contarles al resto de vecinos y trabajadores, la historia de Tristán e Isolda y el hechizo de una poción de amor. Se burla de la historia y de sus personajes pero en el fondo no le importaría vivir una pasión así (siempre y cuando tuviera final feliz). 


El sargento Belcore (Levente Molnar) será el tercero en discordia. Llega al pueblo precedido por su arrogancia y sin ningún miramiento se pone a cortejar a Adina. Aunque a ella no le hace mucha gracia, le sirve para “torturar” al pobre Nemorino. La desesperación de Nemorino, no obstante, puede tener remedio. Aparece el doctor Dulcamara (Bryn Terfel), vendedor ambulante de elixires milagrosos y de humo, pícaro y charlatán, pero al mismo tiempo, sin mala fe y sin escrúpulos. Por unas monedas le vende a Nemorino el supuesto elixir que sólo es vino de garrafón, pero que le dará el impulso necesario para confesar su amor a Adina. Es entonces cuando por una furtiva lágrima entiende que su amor es correspondido.

Adina 
Pocas veces he podido ir a la Ópera y ver una representación en cine y en diferido puede ser un sustituto de gran calidad. Tiene sus ventajas. Estábamos muy pocos en el cine y eso minimiza la posibilidad de oír toses, susurros y demás. Resulta cómodo y además en estas producciones de la Royal Opera House se emiten también una introducción con entrevistas a los intérpretes y al director. Muy interesante.


Por lo demás, el montaje es muy divertido, ágil y ameno. Ambientado en los años 1950-1960, en el verano, con todos los jóvenes trabajando y sesteando en el campo. Momento idóneo para que surjan amoríos, encuentros furtivos y peleas de enamorados. Además de todo eso aparecen en el escenario el camión del doctor Dulcamara, la moto de Adina y un perro que pasaba por allí. 


Música: Gaetano Donizetti
Director de orquesta: Daniele Rustioni 
Vestuario: Laurent Pelly 
Escenografía: Chantal Thomas 
Orquesta: Royal Opera House 

Intérpretes: Lucy Crowe, Vittorio Grigolo, Kiandra Howarth, Levente Molnar y Bryn Terfel

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