lunes, 1 de febrero de 2016

Ensayo: La noche en que Frankenstein leyó el Quijote de Santiago Posteguillo (2012)

El autor.-
Santiago Posteguillo creo que es el escritor más prestigioso actualmente de novela histórica. Empezó escribiendo novela negra en su juventud, pero se ha consagrado con dos trilogías ambientadas en la Roma Clásica: una sobre Escipión el Africano y otra sobre los césares. También es profesor de literatura inglesa en la Universidad y dirige un taller de escritura creativa en Valencia. Ha recibido varios premios literarios y es un autor ya consagrado. Obras: Africanus el hijo del cónsul, Las legiones malditas y La traición de Roma; Los asesinos del emperador y Circo Máximo. 

Mi opinión.-
A pesar de que Posteguillo, como ya he comentado, es muy conocido por sus novelas históricas, yo he elegido para comenzar a leerle este pequeño ensayo dedicado a las curiosidades de algunos libros y de sus autores.

El autor no puede esconder que es profesor, lleva varios años dedicado a la docencia y, aunque sus novelas son muy existosas, parece que no tiene intención de abandonar de momento a sus alumnos. Por el contrario con este tipo de libros que comento aquí hoy, creo que tiene intención (y muy buena mano) para conseguir más lectores.

En un tono muy simple y ameno nos cuenta anécdotas, más o menos alegres, sobre los escritores y sobre la autoría de algunos libros. Son anécdotas bastante conocidas (a mí me lo parecen) y por la manera en que el libro está escrito creo que va dirigido más a un público joven, con la finalidad de “engancharles y perderlos definitivamente por los andurriales de la literatura universal”. Y que se consigan nuevos lectores está muy bien.

Me he encontrado también historias que no conocía y que me han sorprendido mucho. Está la de Mary Shelley, gran escritora y también viajera, aunque la mayor parte del público la conozca sólo por Frankenstein. Mary editó las obras de su marido y también pasó mucho tiempo viajando por el sur de Europa. De ahí surgió el libro Vidas de los más eminentes hombres de la ciencia y la literatura de Italia, España y Portugal. También fue una apasionada lectora de Don Quijote (aprendió castellano para poder leerlo en su versión original) e incluso en Frankenstein rindió un pequeño homenaje a Cervantes, recreando en su libro la Historia del cautivo del Quijote, donde una musulmana ayuda escapar a un cristiano.

También incluye las sospechas sobre la autoría de las obras de Shakespeare, atribuidas por algunos estudiosos a Christopher Marlowe. La vida de Marlowe fue muy agitada. Fingió su propia muerte pero en realidad trabajaba como espía para la corona inglesa, así que necesitaba a alguien que firmase sus obras por él. El elegido sería Shakespeare. También la película Anonymous, dirigida por Roland Emmerich en 2011 explora las dudas sobre la autoría de alguna de sus obras. De cualquier manera, vivir como súbdito de la reina Isabel I de Inglaterra podía resultar incómodo o peligroso si se tenía una cierta conciencia crítica. Así no es de extrañar que los escritores, que utilizaban el teatro como arma de crítica política, tuvieran que ocultarse bajo seudónimos, y la vida de Marlowe ya era bastante convulsa. Raymond Chandler llamó a su detective más famoso Philip Marlowe en su honor. 


Marlowe y Shakespeare


Otra historia que no conocía es la de Ángel Guimerá y Benito Pérez Galdós. Ambos varias veces candidatos al Premio Nobel sin que, por distintas intrigas, ninguno de los dos lo consiguiera. El Premio Nobel de Literatura fue entregado por primera vez en 1901. A principios del siglo XX, comenzó a ser visible una tendencia literaria para la recuperación de lenguas romances minoritarias como el occitano o el catalán. Sin embargo, cuando la Academia Sueca eligió como candidato a Ángel Guimerá (de quien no he leído nada) parece que el gobierno español ejerció la suficiente presión para que no le fuera otorgado porque escribía en catalán. Así en los años siguientes la Academia de Bellas Artes de Barcelona insistiría en presentarle como candidato, mientras que la Real Academia Española propondría a Menéndez Pelayo y Pérez Galdós. Como consecuencia de esta rivalidad (absurda) ninguno de esos magníficos escritores consiguió nunca el Premio Nobel. Posteguillo dice textualmente: La desunión institucional y política propia de nuestro país hizo que sus oportunidades, es decir, nuestras oportunidades, se perdieran. Una actitud muy inteligente por parte de estas instituciones (sarcasmo), que parece que se repite ahora a principios del siglo XXI.




Esto es sólo una muestra, hay muchas más historias. Un libro muy interesante que tiene continuación. En La sangre de los libros, publicado en 2014, siguen las anécdotas y curiosidades sobre los libros y la literatura.



La noche en que Frankenstein leyó el Quijote
Santiago Posteguillo 

Ed. Planeta

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