Uno de los comienzos más conocidos de la literatura
universal es el siguiente: “Es una verdad
mundialmente reconocida que un hombre soltero, que detenta una gran fortuna,
necesita una esposa”. ¿Ironía, sentido del humor o realmente una verdad
universal? Nadie puede saber en qué pensaba Jane Austen cuando escribió esto. Prefiero
pensar que se trataba de ironía. Jane Austen es una autora que levanta grandes
pasiones, filias y fobias, por igual. Yo creo que eso es bueno; significa que la
intención de sus obras es ambigua y que cada uno puede interpretarlas como quiera. A
mí me gusta mucho su literatura y las adaptaciones a cine de sus novelas también.
Joe Wright como director y Deborah Moggach como guionista han
sido muy fieles a la novela y de alguna manera la han revitalizado. Podemos
seguir a los personajes en sus caminatas por el campo, subiendo y bajando las
escaleras de su casa, con unos planos-secuencia descriptivos perfectos y con los dorados rayos
del sol que son tratados como un personaje más. Ya lo he dicho en otro post: la apacible vida en el interior de Inglaterra, cuando toda Europa estaba en llamas.
La banda sonora de Darío Marinelli es preciosa y muy
acertada, llega allí donde el lenguaje hablado no lo hace. Es una música
inspirada en el primer romanticismo y casi exclusivamente interpretada al
piano. Describe los caracteres y los más íntimos sentimientos de los
personajes de manera muy sutil.
Los señores Bennet (Donald Sutherland y Brenda Blethyn)
tienen cinco hijas casaderas. Las dos mayores son sensatas y discretas, muy
parecidas a su padre; las dos pequeñas son alocadas y sensibleras como su
madre. La del medio no tiene ningún atractivo especial y posiblemente termine
soltera y trabajando de institutriz, pero ésta no es su historia. Como Jane
Austen nos hace saber en casi todas sus novelas (en Sentido y Sensibilidad, era
el origen del drama), las mujeres no podían heredar cuando sus padres murieran.
Su único puesto de trabajo en la vida era intentar conseguir un buen marido (o
ser institutriz). No se les puede reprochar que se volvieran locas ante
cualquier soltero de posibles, puesto que no podían hacer otra cosa a principios del siglo
XIX para procurar por su bienestar y el de sus futuros hijos. Se preparaban, además, concienzudamente. Un poquito de francés, un poquito
de música, un poquito de baile, algo de dibujo y buenas maneras, sobre todo
buenas maneras. Discreción, timidez y recato.
Elizabeth Bennett, la segunda de las hijas y protagonista de
la novela, se encargará de cuestionar todas esas cosas y buscar una relación
más verdadera. En esta versión está interpretada por Keira Knightley, con
picardía, vivacidad y elegancia. Ella declaró que el personaje de Elizabeth
Bennett es el sueño de toda chica.
Así que, un nuevo soltero rico está disponible en el pequeño
pueblo donde viven los Bennett. Ha llegado para pasar las vacaciones (bueno en
realidad en su clase social estaban de vacaciones todo el año) y asistir a los
distintos bailes para ver si encuentra algo que le convenga. El señor Bingley
se presenta con su buen amigo Fitzwilliam Darcy (Matthew Macfadyen), también un
soltero cotizadísimo. Darcy es un personaje complejo, frío y sufriente. Es
joven y aparentemente arrogante, pero de buen corazón; se preocupa mucho por su
hermana pequeña y odia a Wickham. Wickham es un oficial, pendenciero y donjuán que
recuerda totalmente al Willoughby de Sentido
y sensibilidad y que será el responsable de una tragedia para los Bennett.
Tragedia que Darcy se encargará de arreglar.
Elizabeth y Darcy se conocen en un baile y, aunque la
primera impresión no es muy buena, el flechazo es imparable. No obstante, hay
muchas cosas que los separan. No pertenecen a la misma clase social, la familia
de Elizabeth es un poco vulgar y chillona y la familia de Darcy (su tía es toda
una lady interpretada por Judi Dench) se opondría a un compromiso. En principio,
no era habitual que los jóvenes de diferentes clases se conocieran en este tipo
de acontecimientos, pero he leído algo muy curioso sobre esto. A la Revolución Francesa, donde habían
rodado unas cuantas aristocráticas cabezas le siguieron las guerras napoleónicas, no menos sangrientas. Los aristócratas
ingleses no podían olvidar tanta violencia y no se sentían a salvo aunque
viviesen en una isla. Así que empezaron a organizarse bailes públicos donde las
clases más altas pudiesen alternar con las clases medias. Por esto las chicas
Bennett podían aspirar a matrimonios que 25 años antes hubieran sido impensables. A mí la película me parece una delicia.
Director: Joe Wright
Guion: Deborah Moggach sobre la novela de Jane Austen
Música: Dario Marianelli
Fotografía: Roman Osin
Intérpretes: Keira Knightley, Matthew Macfadyen, Brenda Blethyn, Donald Sutherland, Judi Dench
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