El autor.-
Eugenio Trías fue un importante filósofo español y cinéfilo
reconocido. En 1995 le concedieron el Premio Friedrich Nietzsche, considerado como un premio nobel de filosofía, por su obra
filosófica completa. Desde su
condición de filósofo abordó la reflexión sobre la ética y la estética, sobre la teoría del
conocimiento, el mismo cine y también la filosofía de la religión. Fue también
profesor de estética en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona.
En su página web, www.eugeniotrias.com,
le definen como un “exorcista ilustrado” que
somete a la razón filosófica a un permanente diálogo con sus sombras. Otras
obras suyas: Lo bello y lo siniestro,
De cine. Aventuras y extravíos, La imaginación sonora, El canto de las sirenas: argumentos
musicales.
Mi opinión.-
Leer ensayo no es fácil y si además es ensayo filosófico
todavía es más duro. Por lo menos para mí, que no tengo grandes conocimientos filosóficos.
Pero en este caso, la filosofía se mezcla con el cine y la música y sobre todo
con la ensoñación y la fantasía que los hombres ponen en las mujeres y el
autor, además de desplegar sus amplios conocimientos utiliza un lenguaje muy
cuidado y evocador para recrear la película, objeto fundamental del ensayo. Porque este libro está casi enteramente
dedicado (al final hay un capítulo dedicado a Goya y sus pinturas negras) a la
película Vértigo dirigida por
Hitchcock en 1958. En realidad, este libro es la reelaboración y ampliación de uno de los capítulos de otro de sus
libros, Lo bello y lo siniestro.
Recientemente volví a ver la película y me di cuenta de cómo Hitchcock a través de sus dos personajes masculinos, Gavin Elster y Scottie Ferguson (interpretados respectivamente por Tom Helmore y James Stewart) “fabrica” a su rubia ideal. He elegido el verbo “fabricar” porque durante la primera parte de la película Kim Novak, como Madeleine Elster, se comporta como una perfecta y estilizada autómata de mirada ausente, receptiva y disponible para interpretar el guion escrito para ella. Después, hacia la mitad de la película, cuando Kim Novak intenta ser Judy Barton, es decir ella misma, tiene que renunciar a ello y someterse al deseo de Scottie de revivir a Madeleine y rescatarla “de entre los muertos”. Queda claro que Scottie es un hombre paralizado por el miedo a su propio deseo. Simbólicamente, se puede interpretar su enfermedad, su fobia a las alturas, como la represión sexual que termina estallando ante el deseo y que sólo produce tragedia.
Kim Novak como Judy Barton. Nada glamurosa |
Recientemente volví a ver la película y me di cuenta de cómo Hitchcock a través de sus dos personajes masculinos, Gavin Elster y Scottie Ferguson (interpretados respectivamente por Tom Helmore y James Stewart) “fabrica” a su rubia ideal. He elegido el verbo “fabricar” porque durante la primera parte de la película Kim Novak, como Madeleine Elster, se comporta como una perfecta y estilizada autómata de mirada ausente, receptiva y disponible para interpretar el guion escrito para ella. Después, hacia la mitad de la película, cuando Kim Novak intenta ser Judy Barton, es decir ella misma, tiene que renunciar a ello y someterse al deseo de Scottie de revivir a Madeleine y rescatarla “de entre los muertos”. Queda claro que Scottie es un hombre paralizado por el miedo a su propio deseo. Simbólicamente, se puede interpretar su enfermedad, su fobia a las alturas, como la represión sexual que termina estallando ante el deseo y que sólo produce tragedia.
Eugenio Trías enfatiza en esa pulsión, el deseo de los hombres por encontrar a una
mujer ideal y manejable, pero que en contrapartida les hace enfrentarse al vértigo que puede
producirles. Lo mismo hace Hitchcock con la fotografía de la película. Especialmente en dos escenas icónicas. La primera se produce en el restaurante, cuando Kim Novak es Madeleine y su perfil aparece enmarcado por el fondo escarlata del restaurante y
la luz dorada parece reflejarse en una estatua perfecta. La otra es la escena del renacimiento de Madeleine en la habitación
del hotel, rodeada por un halo verde de misterio y fantasmagoría. Muy recomendable volver a ver la película teniendo el libro
a mano.
Vértigo y Pasión. Un ensayo sobre la película Vértigo de Alfred Hitchcock
Ed. Taurus
Dirección: Alfred Hitchcok
Guion: Alec Coppel y Samuel Taylor (Novela: Pierre Boileau y Thomas Narcejac)
Música: Bernard Herrmann
Fotografía: Robert Burks
Intérpretes: James Stewart, Kim Novak, Barbara Bel Geddes, Tom Helmore.
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