lunes, 7 de agosto de 2017

Concierto: El mito de Orfeo (2017)

Este concierto se anunciaba como uno de los principales de la temporada y no ha defraudado. Supongo que la expectación se debía a que esta actuación de Philippe Jaroussky en el Auditorio de Zaragoza, considerado uno de los mejores contratenores del mundo, era la única que iba a dar en España. Generalmente ese registro vocal se ha limitado a la música barroca, interpretada en su momento por los castrati, pero Jaroussky se ha propuesto ampliar este repertorio. 

Philippe Jaroussky
En este concierto sobre El mito de Orfeo, interpreta fragmentos de varias óperas que han tratado este tema, acompañado por la soprano Amanda Forsythe y por la orquesta I barocchisti dirigida por Diego Fasolis.

Amanda Forsythe
Orfeo dominaba el arte de la música y con su talento podía amansar a las bestias; también fue uno de los argonautas que acompañaba a Jasón en su viaje para conseguir el vellocino de oro y que se encargó de proteger a sus compañeros del poder de seducción de los cantos de las sirenas. Pero en estas óperas se trata de otra historia. Orfeo había seducido a la hermosa Eurídice con su canto y su poesía, pero poco después de su matrimonio, cuando respiraban felicidad por todos sus poros, Eurídice murió. La picadura de una serpiente fue la causa de su muerte; aunque otras versiones dicen que Eurídice trataba de huir de un violador cuando le picó la serpiente. Así que el causante de su muerte sería un violador.

Auguste Rodin

No obstante, el amor que Orfeo sentía por ella le hizo cantar canciones tan tristes que todos los dioses se conmovieron e intercedieron para que él pudiese descender hasta el infierno y rescatar a Eurídice. También convenció a Hades para que le devolviese a su esposa pero éste le puso una condición: durante todo el tiempo que durase su vuelta a la tierra y a la vida, nunca debería volverse a mirar a Eurídice.


Bajar al infierno era una empresa difícil, pero volver de él todavía lo fue más. Sorteaban fuego, demonios, tentaciones, cansancio, hambre, todo gracias a la fuerza de su amor. Casi al final del trayecto, cuando ya casi habían vuelto a la vida, cuando la luz del sol les iluminaba, Orfeo se volvió para interesarse por Eurídice pero ésta tenía todavía un pie en las sombras del infierno. Al no cumplirse la condición impuesta por Hades, Eurídice desapareció para siempre.

Antonio Cánova. Museo del Louvre
A pesar de que Orfeo intentó volver al infierno, los dioses no se lo consintieron. Consideraron que era cobarde y que para estar ya siempre con su amada, sólo tenía que morir y no estaba dispuesto a hacerlo. Orfeo siguió cantando su tristeza hasta que las Bacantes le mataron y despedazaron y, por fin, pudo reunirse para siempre con Eurídice. Triste historia.

Orfeo entre los animales. Museo de Zaragoza
La primera parte del concierto la dedicó a Antonio Sartorio, Claudio Monteverdi y Luigi Rossi y la segunda exclusivamente a Christoph Willibald Gluck (que es el único al que yo conocía). A mí, los dos intérpretes consiguieron emocionarme y a veces eso es difícil si no se conoce todo el programa del concierto, como era mi caso y no existe la ayuda de la escenografía. Me gustaría, algún día, poder asistir a la representación de una de estas óperas barrocas tal y como se representaban en los siglos XVII y XVIII.


Tal y como se ve en la fotografía del Auditorio de Zaragoza, así interpretaron Philippe Jaroussky y Amanda Fortsythe a Orfeo y Eurídice, dándose la espalda para evitar la ira de los dioses. 


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