miércoles, 16 de agosto de 2017

Museo Goya. Zaragoza (2017)


En 2015, el antiguo Museo Camón Aznar sufrió una profunda reorganización y pasó a llamarse Museo Goya. Existió cierta polémica ante este cambio porque el profesor Camón Aznar había sido una figura dentro del ambiente cultural zaragozano y no se merecía el ninguneo. Entiendo que el cambio fue correcto para intentar revitalizar el espacio y atraer a los turistas con el reclamo de las obras de Goya pero, al mismo tiempo, la colección de Camón Aznar quedó un poco oscurecida. 

José Camón Aznar por Oswaldo Guayasamín
El edificio es un exponente de palacio renacentista aragonés construido hacia el año 1535, aunque durante la última rehabilitación han aparecido en el sótano, junto a la bodega original, también restos romanos. Fue la residencia de Jerónimo Cósida, un reconocido pintor protegido por Hernando de Aragón, Arzobispo de Zaragoza y Virrey de Aragón, nieto bastardo de Fernando II el Católico.

Patio desde la planta baja
Después de ser la residencia de varias familias hasta el siglo XX y de que cada una de ellas hiciese las correspondientes reformas, lo único que queda de la época renacentista es el patio. Comparado con otros es un patio pequeño pero muy elegante, con columnas estriadas y decorado con grutescos y medallones y una galería de arcos de medio punto en la primera planta. En la fachada también destaca otro elemento característico del renacimiento aragonés: una galería con alero de madera ornamentado en la planta superior.  

Patio desde la planta primera
La colección se distribuye en las tres plantas del palacio y queda vertebrada en torno a la figura de Goya. La planta baja alberga el espacio para las exposiciones temporales. Ahora hay una exposición sobre La tauromaquia en Goya y en Picasso que no me voy a perder. Tiene pinta de ser muy interesante. En la planta primera llamada Goya Antecedentes, podemos ver los pintores barrocos que más influyeron en la formación de Goya. Casi toda la obra es de temática religiosa y también hay algunos retratos y otras piezas góticas, como la Virgen con niño entronizado y rodeada de ángeles músicos de Blasco de Grañén.


Virgen con niño 
Otra obra que me ha llamado mucho la atención ha sido este bajorrelieve en barro cocido sobre tabla de Juan de Juni, escultor renacentista, llamado La Piedad; los pliegues del manto de la virgen resultan envolventes y muy ligeros, realizados con gran cuidado.

Piedad

La planta segunda se dedica completamente a Goya y su obra. Este museo es el único que tiene expuestas las cinco series de grabados. Los Caprichos (1799), los Desastres de la Guerra (1810-1814), la Tauromaquia (1816), los Disparates (1816-1824) y los Toros de Burdeos (1825). En todos estos grabados se muestra el carácter más oscuro de Goya, capaz de ver lo más sórdido del alma humana, la depravación, el abuso sexual, la enfermedad y la locura, la indigencia, el disimulo y la soberbia, la decrepitud y el oscurantismo que, a veces todavía arrastramos.

Ya van desplumados

Entre todos ellos me quedo con dos: Murió la verdad y Si resucitará? En el primero, la verdad es una joven semidesnuda, rodeada de personajes brutales que, aparentemente, la han matado. En el centro de la imagen un oscuro obispo parece certificar la muerte, en la parte izquierda del grabado un personajillo horripilante con anteojos parece reírse. En la esquina inferior derecha, una mujer horrorizada se tapa la cara, lleva en sus manos una balanza. Es la justicia. En Si resucitará?, la misma joven ocupa la parte inferior del grabado. Sigue rodeada de personajes amenazadores que esperan que resucite para volverla a matar. Algunos estudiosos consideran que la joven muerta es la Constitución de 1812 porque lleva una corona de laurel.

Murió la verdad

Si resucitará?

Goya retrató en 1816, en uno de sus grabados de la Tauromaquia a la Pajuelera. Las llamadas señoritas toreras habían sido aprobadas durante el reinado de José Bonaparte, pero su origen era muy anterior. No me gusta la fiesta de los toros, la tortura y la muerte de estos animales y tampoco me gustan mucho los toreros que se muestran tan reacios al cambio. Pero mucho menos me gusta la invisibilización de la mujer. Las toreras existieron y siempre fueron minoría (y a mí me gustaría que no hubiese habido ninguna) y, como en cualquier otra actividad de mujeres, minoría silenciada y olvidada. Pues Goya la retrató y ese es el retrato más antiguo de una torera. El grabado se llama Valor varonil de la célebre Pajuelera en la de Zaragoza. La Pajuelera se llamaba Nicolasa Escamilla y era de Valdemorillo y seguramente sería pobre y no le quedaría más remedio que torear para ganarse la vida.

Valor Varonil 
En esta misma planta hay algunas pinturas y bocetos de los trabajos de Goya. Destaca el retrato de Félix de Azara, naturalista, militar y antropólogo, nacido en Huesca. Ejemplo de Ilustrado, se le encargó la misión de delimitar con precisión las fronteras de la América española y aprovechó también para estudiar la flora y la fauna del continente.

Félix de Azara
La Gloria (la Adoración del nombre de Dios) es el boceto de la pintura al fresco de la bóveda del coreto del Pilar de Zaragoza. Se considera una obra tardobarroca y destaca por la luminosidad del triángulo que representa a la Trinidad y que en la obra definitiva lleva inscrito el nombre de Dios en hebreo.

La Gloria 
La última planta, Goya Legado, se dedica a la influencia de Goya en los pintores del siglo XIX y XX. Hay obras de Unceta, Pradilla, Barbasán o Antonio Saura y también de escultores como Pablo Gargallo. Merece la pena recorrerla con más detenimiento. 

Manda. Antonio Saura

Museo Goya - Colección Ibercaja - Museo Camón Aznar
C/ Espoz y Mina, 23. Zaragoza

Madre infeliz

Sopla


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