Los Goonies hacen
realidad la fantasía que todos hemos tenido de pequeños y, además, la mejora. Especialmente
cuando estábamos de vacaciones en un sitio desconocido. Cuando íbamos al pueblo
de nuestros abuelos o a cualquier localidad en la playa o, incluso, en la
montaña ¿quién no soñaba con encontrar un tesoro o, siquiera, una cueva
olvidada o un manuscrito antiguo?
Yo confieso que, en las últimas escenas de la película,
cuando el barco de Willy el Tuerto
vuelve a surcar los mares, se me acelera el corazón, como si todo eso fuese
posible y Odissey Marine Exploration
(esa empresa cazatesoros que se dedica al saqueo de pecios españoles) no
existiera. En realidad, es como si cualquiera de las aventuras de Los cinco, esos personajes creados por
Enid Blyton, se hubiera hecho realidad. Aunque en las aventuras de Los cinco, las chicas tengan un mayor
protagonismo.
La película es de 1985 y, aunque se ha reestrenado
restaurada, se nota el paso del tiempo. Sin embargo, no deja de tener su
atractivo y se confirma año a año su entrada en el Olimpo de las películas de
culto de los años 1980.
Se rodó en Astoria, Oregón, en la costa del Pacífico, una
pequeña ciudad fundada en 1811 por Johann Jakob Astor. Según la Wikipedia este
señor fue el primer multimillonario estadounidense e hizo su fortuna con el
comercio de pieles (hoy no estaría muy bien visto). En Astoria se localizan los
Goondocks, muelles que anteriormente se utilizaban para atracar las pequeñas
barcas pesqueras. A sus habitantes se les llaman los goonies.
Los goonies son cuatro chavales preadolescentes que,
posiblemente, pierdan sus hogares y tengan que irse a vivir a una ciudad del
interior, disolviéndose la pandilla. A los cuatro chicos se les unen
involuntariamente el hermano mayor de uno de ellos y dos chicas que pasaban por
allí y que no son muy relevantes. Cuando están preparando ya la mudanza en casa
de Mickey encuentran en el desván el mapa de un tesoro y, por supuesto, se
ponen a buscarlo.
Mickey es el buen
chico dulce y sensible que será un adulto dulce y sensible; su hermano Brad es el guaperas de buen corazón que
intenta ligarse a Andy, la joven
novia de América de sonrisa perfecta; Stef,
la amiga de la chica guapa, es la gafotas, sarcástica y protofeminista
declarada; Data es el inventor
desastre al que de vez en cuando le funcionan las cosas; Bocazas hoy no tendría sitio en una película, es un salidillo que
le tira los tejos incluso a la madre de sus amigos; y Gordi, evidentemente es el gordito del grupo, pero también inteligente
y realmente muy gracioso (la escena con el mafioso es antológica). Son
personajes arquetípicos pero con la consistencia adecuada para hacer pasar un
buen rato.
En la aventura de estos críos se cruzan también unos mafiosos
de poca monta y mucho humor. La madre y los hermanos Fratelli parecen sacados
de un comic infantil. A partir de su encuentro, la película son carreras,
huidas, obstáculos, trampas, persecuciones y amenazas. Es decir, todo lo que hace
divertido un viaje de la preadolescencia a la adolescencia, incluido el beso de
la chica y el rescate del tesoro.
Director: Richard Donner
Guion: Chris Columbus (idea de Steven Spielberg)
Música: Dave Grusin
Fotografía: Nick McLean
Intérpretes: Sean Astin, Corey Feldman, Josh Brolin, Martha Plimpton, Joe Pantoliano, Kerri Green, Jeff Cohen, Jonathan Ke Quan, Anne Ramsey, John Matuszak
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