Hans Rudolf Gestenmaier se instaló en España en 1962 y,
considerando, que el coleccionismo es algo innato en el ser humano, como él
mismo dice, empezó a dar rienda suelta a su instinto basándose, únicamente, en
la belleza. En lo que él consideraba bello. Así, a través de su participación
en subastas, ha creado una colección que destaca especialmente en pintura
flamenca, desde el siglo XV al XVIII. Una vez retirado de sus negocios ha
seguido acrecentando su colección y también ha decidido compartirla y exponerla
en diversos museos del mundo, especialmente, en provincias españolas.
Parte de esta colección, De
Rubens a Van Dyck. La pintura flamenca en la Colección Gestenmaier, se
puede ver en el Museo Goya de Zaragoza hasta el 16 de febrero. Quedan ya pocos
días para que acabe. Además, hasta el 12 de enero se pudo contemplar en el
Museo del Prado, la donación de once obras que el señor Gestenmaier ha hecho,
de pinturas de los siglos XIX y XX. Obras de Zuloaga o Anglada-Camarasa. No
creo que se produzca una nueva donación a favor del Museo Goya de Zaragoza,
pero podía considerarse la posibilidad de dejar alguna de estas obras en
depósito.
Tríptico de la Resurección. Anónimo hispano-flamenco
Son principalmente pinturas al óleo y también algunos
grabados. Las pinturas destacan por la viveza de sus colores que se trasmite a
cualquiera de las temáticas utilizadas por los pintores. Ya sea pintura
religiosa, mitológica retrato o paisaje, aunque especialmente estos brillantes
colores se aprecian mejor en los bodegones y los cuadros de flores.
Calvario. Adriaen Thomasz Key
Los cuadros de flores fueron muy populares a partir del
siglo XVI, debido a la importación de plantas y, también, de animales exóticos de
Asia y principalmente América. A mí nunca me habían gustado este tipo de
cuadros, pero cada vez los aprecio más. Además, se combinaba la profusión de
flores en guirnaldas con escenas religiosas y solemnes, recreando el misterio del
paraíso o del jardín del Edén.
Guirnalda y Virgen con niño. Jan Brueghel el joven.
Los pintores flamencos
también fueron muy prolíficos en cuanto al grabado. Y es que, éste ofrecía la
posibilidad de democratizar el noble arte del retrato y ponerlo a disposición
de grupos sociales no tan económicamente solventes como la alta burguesía, la
nobleza o la realeza. Exposición muy recomendable y quedan muy pocos días para verla.
Jarrón de flores y guirnalda de frutas. Gaspar Pedro Verbruggen II
Venus, Baco y Ceres. Hendrick Goltzius
Naturaleza muerta. Detalles. Jan Van Kessel el viejo
Mi cuadro favorito de esta exposición. Jarrón de jardín con flores de
Gaspar Pedro Verbruggen II.
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