lunes, 3 de febrero de 2020

Exposición: Los impresionistas y la fotografía. Museo Thyssen Madrid. Invierno 2020


La fotografía supuso una gran liberación para la pintura. Desde que se inventó ya no era necesario que la pintura fuese figurativa y reflejase con realismo la vida. Además, fue utilizada también para captar la luz y a los modelos en muy variadas situaciones de manera más rápida y fiable que unos bocetos tomados apresuradamente del natural.

Vista desde el Trocadero. Morisot


Aunque fuese una fotografía laboriosa y un poco tosca detenía el tiempo y captaba juegos de luces que hubiera sido imposible percibir sin ella. Los impresionistas la utilizaron con profusión. También la pintura influyó en la fotografía: los temas, los encuadres y la iluminación básica fueron los utilizados tradicionalmente por la pintura.

En la terraza de Sevres. Marie Braquemonde


La joven se muestra muy aburrida con su pretendiente, que tendría una edad más conveniente para su madre, que nos observa desde la experiencia. No se aprecia pero se ha quitado las gafas para no ver la realidad. 

Charles Marville

Esta exposición está estructurada en nueve ámbitos. Desde el bosque, que parece habitado por las hadas, hasta la ciudad, el retrato o el cuerpo en movimiento. El campo, el agua, la ciudad y los monumentos también tienen su espacio. En realidad, está todo aquéllo que entusiasmaba a los burgueses.

Reunión familiar. Bazille

El mar y sus reflejos también fue un recurso habitual. Las tempestades y el mar como amenaza y también como paso del tiempo y antesala del abismo. El campo, por el contrario, era un escenario de fiesta y relajación, donde hombres y mujeres podían cortejarse y disfrutar del aire libre.

Piraguas. Caillebotte

La fotografía y la pintura también se utilizaron para documentar. Hubo una ingente tarea para reflejar fidedignamente los monumentos históricos y utilizar esas fotografías traspasadas a pintura para liberar los juegos de luces en la piedra. Y también se tuvo en cuenta el progreso y las nuevas construcciones. Puentes, estaciones de ferrocarril, fábricas. Todo lo que conduciría hacia un futuro mejor. Se reflejaba de esta manera la era de la industrialización, que después tendría graves repercusiones en la vida de los obreros.

El valle del Huisne. Camille Silvy


Atardecer en Moret. Alfred Sisley
Las primeras fotografías de las ciudades son de los tejados. Los fotógrafos subían a las terrazas con los pesados aparatos y los trípodes y allí estaban horas y horas, pasando frío y pasando calor. Las grandes avenidas y los bulevares eran los bosques urbanos. Fotografiados y pintados con grandes puntos de fuga.

Fotografía de Olympe Aguado

El retrato es, por antonomasia, la seña de identidad del burgués enriquecido. Las damas emperifolladas se dejaban fotografiar y pintar con sus mejores galas. Llenas de lazos, puntillas, volantes, polisones y crinolinas. Los sombreros eran un mundo. Y los caballeros se encargaban de mostrar, con toda la opulencia que pudieran, su buena suerte en los negocios. El cuerpo y, sobre todo, el cuerpo en movimiento fue otro de los temas preferidos y ocasión para mostrar la desnudez y la perfección del diseño humano. Una exposición que no se puede perder. Ya quedan pocos días para que cierre.


Muybridge


Ruán. Monet y Aquille Quinet

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