miércoles, 10 de enero de 2018

Cómic: Tiempo al Tiempo (2017)

Los autores.-
El Torres y Desirée Bresend se han ocupado del guion y Jaime Martínez y Sandra Molina del dibujo y del color, sobre una historia de Joseba Basalo y el propio El Torres. 

Mi opinión.-
Todo un lujo de cómic con tapas duras. Empieza con un prólogo del jefe y el Organigrama del Ministerio para que cada uno quede en su sitio. Obviamente no están todos los agentes de campo, que esperamos conocer en sucesivas temporadas de televisión, pero está la patrulla principal. Perfectamente reconocibles en su versión cómic, Julián, Amelia y Alonso durante esta aventura contactarán con Benito Pérez Galdós, como agente del Ministerio, y con otra patrulla un poco más chocante que la suya.

En la página siguiente la portada simulada de El Ministerio del Tiempo de Javier y Pablo Olivares, con 300 ilustraciones a todo color y por valor de 15 pts, publicado en las Joyas Literarias Juveniles. O quizá no haya sido una portada simulada y la aventura se ha editado en alguna línea temporal que yo no conozco. Al final del cómic otra portada simulada (o no) del diario progresista La Nación, del martes 11 de abril de 1865, en la que aparece un dibujo de la patrulla y la inquietud del periodista por saber qué habrá sido de ellos.

La historia está vez empieza peor que otras veces. El subsecretario ha sido herido en su propio despacho del ministerio y la patrulla tendrá que localizar quién y por qué lo ha hecho, pasando a través de distintas puertas, relacionando hechos del pasado con nuestro presente. Esto nos sirve para conocer cómo fue reclutado Salvador Martí, por Suarez y Gutiérrez Mellado, cuando era un joven recién licenciado. Y lo difícil que fue la transición también en el ministerio. De manera que había entonces elementos dentro del propio ministerio que no veían con buenos ojos una transición a la democracia.


Ahí están además Angustias y Velázquez, Spínola, Ernesto e Irene, para dar soporte a las patrullas y velar por que la vida del ministerio no se altere más de lo debido. Pero sólo por ver al jovencísimo Salvador Martí ya valía la pena hacer este cómic.

Creo que no hay otra serie de televisión en España que esté teniendo un desarrollo transmedia de esta entidad. A la propia serie TV hay que añadirle, los podcasts radiofónicos, las novelas cortas que se editaron el verano pasado, aplicaciones para móvil y Tablet y mundo web y redes sociales y el juego de mesa que tengo que conseguir. Ahí es nada. Y eso que los directivos de RTVE tenían sus reservas para financiar una tercera temporada. Esperamos más cómics y más temporadas en la tele, aunque me temo que será muy difícil. 


Editado por Aleta Ediciones. 

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