Empezamos esta etapa en Atarés, pero no caminaremos hacia el
oeste todavía. Nos desviamos en dirección Sur para llegar al monasterio de San
Juan de la Peña y al pueblo de Santa de la Serós. Una de las principales diferencias entre esta vía y el resto de caminos de Santiago y que me llama mucho la atención, es la ausencia de cultivos durante todo el camino. Es lógico en tierras de montaña. En las sierras, el cultivo es muy difícil y el bosque puede estar lleno de peligros. Así que no es extraño que, al tratarse de un camino de peregrinación religiosa los caminantes se desviasen para encontrar refugio y alivio en lugares mágicos, aunque el desvío les costase mucho tiempo. Esto puede dar idea de la dificultad de la vida en estas tierras hasta que el turismo comenzó a explotarse como industria.
Atarés |
La etapa es dura. Desde Atarés hasta San Juan de la Peña hay
unos 9,5 kilómetros de subida. Más o menos pendiente pero, eso sí, subida
constante. Lo único que tuvimos a nuestro favor fue la persistente amenaza de
lluvia y que el día estuviese nublado. Es de agradecer que durante tantos
kilómetros el sol de julio no apareciese, haciendo el camino mucho más
agradable.
Y así la primera parte de la excursión |
Excepto un par de kilómetros que tuvimos que hacer por la
carretera, el camino discurre por bosque protegido. En realidad es el Paisaje
Protegido de San Juan de la Peña y Monte Oroel. Es una representación de lo que
se llama bosque mixto, los paisajes mediterráneo y atlántico unidos pero
perfectamente distinguibles en la media montaña pirenaica. Y sí, al final salió el sol.
El bosque mediterráneo se desarrolla en la solana sur y está
formado por arbustos de boj, tomillos, aliagas. En la parte norte, mucho más húmeda
hay principalmente abetos, hayas y también álamos. Parte de la sierra está
formada por conglomerado resultante de la erosión y depósito de cantos rodados
por los ríos pirenaicos, durante milenios.
Acebo |
Musgo |
Llegamos al Monasterio nuevo y a la Pradera de San
Indalecio, donde descasamos un rato antes de seguir camino. Esta vez no hemos
visitado los monumentos principales, lo haremos en la siguiente etapa. Como curiosidad
diré que hace tiempo en la pradera había muchos más árboles que hoy y que cada
uno de ellos pertenecía a un pueblo de la redolada. El día de la romería de San
Indalecio, cada pueblo debía sentarse a comer a la sombra de su árbol. Hoy hay
unas mesas y bancos de madera que facilitan el descanso.
La fachada barroca del Monasterio nuevo |
Seguimos el camino hacia Santa Cruz de la Serós, 5 kilómetros más, pero antes disfrutamos de un vista espléndida desde el balcón del Pirineo. Allí, en un mesa de mármol están indicadas las cumbres principales.
Sin palabras |
Yo propondría
restaurarle su verdadero nombre a Santa Cruz de la Serós ya que Serós es una deformación de sorores. El pueblo se
formó alrededor del Monasterio de monjas benedictinas de la Santa Cruz. Al
parecer San Juan de la Peña fue un monasterio mixto, pero algún tiempo después las
monjas fueron trasladadas a este otro monasterio.
Santa Cruz de la Serós |
Santa Cruz de la Serós fue un monasterio muy importante
durante el siglo XI. Allí, después de enviudar, terminaron sus vidas mujeres de
la realeza aragonesa, aunque manteniendo su influencia. Así, lo hizo doña
Sancha, hija, hermana y tía de reyes. De ella y de su sarcófago que,
actualmente, está en Jaca ya he hablado en el post dedicado a la segunda etapa, Jaca-Atarés. Es de los pueblos mejor conservados del Pirineo y su caserío es espectacular, especialmente por la variedad de chimeneas trococónicas y sus espantabrujas.
Chimeneas y espantabrujas |
Hay también una pequeña iglesia dedicada a San Caprasio también del siglo XI, ejemplo
de románico lombardo. Tanto en el exterior como en el interior no hay ninguna
decoración, excepto con arquillos que rodean todo el exterior. No es muy
habitual encontrar iglesias en el Pirineo aragonés con este estilo proveniente
de la región italiana de Lombardía y que se extendió también por Cataluña. Muy
bonita. Pero respecto a los monumentos, en la siguiente etapa, haremos las
visitas guiadas, así que hablaré de ellos más adelante. El programa Chino Chano de Aragón TV también hizo esta etapa, pero en sentido inverso, aquí está el enlace: Chino Chano, Santa Cruz de la Serós-San Juan de la Peña
San Caprasio |
Si el principio de la etapa fue duro, el final lo era un
poco menos. Resumiendo diré que todo lo que subimos, al final lo teníamos que
bajar y que la bajada era de piedra suelta. De esa puta piedra suelta que te
hace trastabillar y retorcerte los tobillos constantemente. Dejando aparte el
sarcasmo, la etapa fue preciosa y además hay cosas peores que subir y bajar.
Final de etapa |
Los monitores no tuvieron un día fácil y hay que
agradecerles que siguieran adelante. Nada más comenzar la etapa, una de las
caminantes, con mucha experiencia en la montaña, comenzó a sentirse mal. Un ahogo
al principio, un fuerte dolor en el costado después. A pesar de los intentos de
reanimarla y de la asistencia del 112 y la Guardia Civil, murió. Yo no la
conocía, pero algunos de los caminantes y los monitores sí. Difícil tuvo que
ser la experiencia de intentar sujetar a alguien a la vida y que, al final, se
vaya porque era su momento. Quede como consuelo que murió haciendo lo que le
gustaba y que no estaba sola. Caminante, dondequiera que estés, que tengas buen
camino.
Estas flores son para ti.
Madreselva |
Próxima etapa, 9 de septiembre
San Juan de la Peña-Santa Cilia de Jaca
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