miércoles, 26 de julio de 2017

Cine: Gilda de Charles Vidor (1946)

Put the blame on Mame, boys! ¡Echadle la culpa a Mame, chicos! Echadle la culpa a las mujeres de todo lo que pase en el mundo. Desde Pandora, desde Eva, las mujeres siempre tenemos la culpa de todo. Especialmente de la soltura de bragueta de los hombres. Mame tiene la culpa del incendio de Chicago de 1871, de la tormenta de nieve de Nueva York de 1888 y del terremoto de San Francisco de 1906 que, por supuesto, provocó con un leve movimiento de cadera. Pero Gilda es demasiado sentimental para comportarse como Mame aunque vaya dándoselas de dura y de mujer fatal. 

Esta canción, junto con Amado mío, fue compuesta por Allan Roberts y Doris Fisher para que Rita Hayworth la interpretara en Gilda, pero en realidad sólo hacia playback y la cantaba Anita Ellis.

¿yo?

Gilda es uno de los vértices del triángulo compuesto por Ballin Mundson, su reciente marido y Johnny Farrell, su antiguo amante. Así que, como es de esperar, una mujer fatal, su marido relacionado con un cártel poco decente y su antiguo amante, un paleto en toda regla, lo único que pueden tener son problemas. Pero la película puede tener muchas más lecturas.


La lectura más clásica es la de la sensualidad de Gilda volviendo locos a los hombres: cuando canta, cuando se viste, cuando se desnuda, cuando fuma, cuando mira y cuando piensa. No voy a negar que sea así, pero también hay otras interpretaciones mucho menos evidentes.


Otra que se puede intuir es la de la mujer fatal completamente alienada y tonta y que mantiene un amor tonto hacia un paleto que la maltrata. Sí que es cierto que Gilda utiliza todo su cinismo contra Johnny y su cinismo es artillería pesada. Pero él tampoco se queda corto. La insulta, la zarandea, le pega y se casa con ella al final para seguir maltratándola. Le obliga a tener en su nuevo apartamento un retrato de su primer marido muerto (el mafioso) y la olvida. La deja abandonada en su hogar conyugal sin pasarse por allí ni siquiera para decirle hola. ¡Ahhhh! ... pero la venganza de Gilda será terrible. 



En cierta manera Gilda es una imagen especular de la película Casablanca. También en ésta hay un triángulo amoroso y dos amantes que se reencuentran en un lugar exótico y en una situación turbulenta. Hay canciones inolvidables y frases que han pasado a la historia y que todos repetimos con admiración: Siempre nos quedará París o Johnny, que nombre tan difícil de recordar y tan fácil de olvidar. También en las dos películas hay un oficial de policía muy peculiar, que tiene una gran relevancia en el destino de los amantes. Pero en Gilda hay final feliz. Rocambolesco, pero final feliz. 


Gilda, la blanca
Gilda, la mujer fatal
En Gilda también hay otro triángulo que pueda pasar más desapercibido. Un triángulo de camaradas, con ciertas connotaciones homosexuales. Ballin, su bastón y Johnny. Cuando Johnny conoce a Ballin también queda fascinado por él. El flechazo es sonoro. No sé si por su riqueza y poder, por su elegancia como caballero o porque Johnny es tan paleto que cualquiera puede deslumbrarle.

El otro triángulo ¿amoroso?
Poca gente se habrá fijado en este triángulo (posiblemente) amoroso, pero del guante de Gilda nadie se olvida. Gilda, la mujer fatal, la que agitando su melena perturba al mundo, no puede no destacar. Sin embargo, también hay rasgos en la película de la Gilda que no es una mujer fatal, sólo una mujer asustada que trata de sobrevivir en un mundo de tiburones. Es Gilda la blanca, la que canta Amado mío, ámame siempre, y que el siempre empiece esta noche; la que provoca, cuando su canción termina, que la luz se apague y vuelvan las tinieblas al mundo.




Hoy ya ha pasado el escándalo que, para las mentes calenturientas, supuso esta película desde su estreno. Ya no es un fenómeno sociológico pero queda su maestría, porque no podemos olvidar que Nunca existió una mujer como Gilda. 



Dirección: Charles Vidor
Guion: Marion Parsonnet (historia E.A. Ellington)
Música: Hugo Friedhofer
Fotografía: Rudolph Maté
Intérpretes: Rita Hayworth, Glenn Ford, George MacReady

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Por favor, deja tu comentario