viernes, 28 de julio de 2017

Exposición: Tiempo de ensoñación. Andalucía en el imaginario de Fortuny.

Mariano Fortuny y Marsal nació en Reus en 1838 y apenas vivió 36 años. En su escasa vida tuvo talento suficiente, y dejó muestras de ello, para ser considerado uno de los mejores pintores del siglo XIX. Se le encuadra en la corriente del Orientalismo, pero si hubiese podido vivir más supongo que hubiera demostrado una gran versatilidad.


Había nacido en una familia sin tradición pictórica y quedó muy pronto huérfano. Su abuelo se ocupó de él, enviándole a Barcelona a trabajar en un taller de orfebrería. Esa sería su primera formación como dibujante y de ahí quedaría su pasión por plasmar los detalles minuciosamente.

Boceto. Patio de las monjas

Recibió varias becas para estudiar pintura en Barcelona y también en Roma y empezó a frecuentar los ambientes artísticos de Madrid. Se enamoró y se casó con Cecilia Madrazo, la hija del pintor Federico de Madrazo que también fue director del Museo del Prado.

Almuerzo en la Alhambra
Esta exposición se dedica a un período muy concreto de la producción de Fortuny y también muy cercano a la muerte del pintor. Un momento en que se dedicó plenamente a la pintura que quería hacer sin los límites que los clientes le pudieran poner. Fortuny sintió una verdadera pasión por Granada, por la Granada más exótica. Tiempo de ensoñación es el título de la exposición.



Diseño para alfombra de las Alpujarras
Durante su estancia en Andalucía, de 1868 a 1872, Fortuny se dedicó a callejear por Granada, buscando los rincones y los habitantes más típicos. Quedó tan fascinado por la Alhambra que consiguió celebrar el bautizo de uno de sus hijos allí. Aunque su atracción por el exotismo oriental, que expresaba vistiéndose frecuentemente como los marroquíes, había empezado años antes. En 1860 fue enviado en 1860 como reportero gráfico a cubrir la Primera guerra de Marruecos y se enamoró del paisaje, de la luz y de la cultura.



La matanza de los abencerrajes
Por entonces ya era un pintor de prestigio pero estaba encasillado en una pintura demasiado burguesa. En Granada, buscó y encontró un nuevo camino para su pintura. En la exposición hay numerosos dibujos preparatorios para sus cuadros, ligeros apuntes en los que también puede encontrarse la influencia de los grandes pintores españoles, entre ellos, Velázquez y Goya. Fortuny también era un coleccionista apasionado de todo tipo de objetos que después utilizaba para sus propias pinturas.

Carta de Fortuny con un dibujo de El tribunal de la Alhambra
Aparecen también varias cartas enviadas a familiares y amigos en las que dibujaba con todo detalle los paisajes de Granada y cuadros de pequeño formato o con escenas familiares en los que experimenta con total libertad y que, a veces, dejaba inacabados como en La matanza de los abencerrajes o El tribunal de la Alhambra donde el agua de un pequeño estanque es un auténtico espejo. También se exponen diseños de alfombras inspirados en la decoración de la Alhambra.

El tribunal de la Alhambra
El cuadro que más me ha gustado es precisamente una escena familiar, Almuerzo en la Alhambra, donde retrata a su mujer y sus hijos, éstos asomados por encima de una tapia, junto a unos amigos que están jugando a la baraja. Unas naranjas en el suelo, las flores del primer plano y los animales casi confundidos con la hierba equilibran la composición y el muro del fondo es el encargado de difundir la luz por todo el cuadro.

Influencia de Goya



Una exposición muy recomendable. Únicamente como sugerencia: los castellanohablantes deberíamos esforzarnos por pronunciar Fortuñ en lugar de Fortuni. Abajo un catálogo editado en 1928 en Milán, encuadernado en tela y que contiene cincuenta reproducciones de sus cuadros. 



Tiempo de Ensoñación. Andalucía en el imaginario de Fortuny
CaixaForum Zaragoza 
Hasta el 27 de agosto. 

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