Ya han pasado varias semanas desde que se estrenó Blade
Runner 2049, pero no he querido escribir mi opinión antes. Tenía que dejarla
reposar un poco. Si soy generosa la película me ha gustado mucho, pero si me
pongo las gafas violeta no da la talla, repite estereotipos y es profundamente
anticuada a la hora de definir los personajes femeninos.
Reproduce el ambiente inquietante y apocalíptico de la
anterior. Y además deja con la sensación de que, lamentablemente, este mundo no
se acabará nunca; sólo irá empeorando cada vez más. La trama cuenta, desde el
final hasta el principio, qué fue de la relación entre Deckard y Rachel y de…
su retoño. Porque esta vez, además de la reflexión sobre si son humanos o no,
los replicantes se preguntan qué es lo que nos hace ser humanos específicamente. En esa reflexión llegan a la conclusión de que lo netamente humano es tener hijos.
La esperanza de los replicantes, su último cartucho para ser reconocidos como seres humanos, es probar su capacidad de engendrar. Y para ello tienen que saber por qué Rachel consiguió quedarse embarazada. Rachel pudo quedarse embarazada, pero no debemos olvidar que
Rachel pertenecía a un modelo único de replicante. Eso quiere decir que por
mucho que el resto de replicantes desee ser humano no lo podrá ser nunca. Nunca
podrán tener hijos. Esa es su tragedia. Con esta película además queda claro que Deckard no es un
replicante. Ha envejecido y los replicantes no se diseñan para envejecer. A cambio
de no ser humanos, son eternamente jóvenes… hasta que mueren jóvenes. Buena
reflexión filosófica.
Por eso es una lástima que no cumpla, ni por asomo, con el
test de Bechdel. Los guionistas y directores siempre esgrimen en su descargo
que el cine es un reflejo de la realidad. Pero esta excusa ya no nos la
creemos. Hoy en 2017, existen variados modelos de mujeres que, de ninguna
manera, aparecen reflejados en Blade Runner 2049. Será que la humanidad
retrocede en lugar de avanzar o que los guionistas y directores repiten clichés
exitosos y que no les interesa la vida de las mujeres.
Primero tenemos el personaje de Joi interpretado por Ana de
Armas. Una mujer holograma que parece salida de 1949. Eternamente joven,
eternamente amable, eternamente abnegada, eternamente disponible y con un
cuerpazo virtual de escándalo. La mezcla apropiada de lujuria e inocencia. Comprende, disculpa, vuelve a comprender y vuelve a
disculpar. Si él está triste, ella le anima. Si él quiere la desconecta y ya
está. El director ha dicho que ha intentado darles profundidad a todos los
personajes y que éste concretamente evoluciona durante la película. Pero evoluciona
según el programa diseñado para ello y que, sólo por casualidad [sarcasmo], se parece a una ama de casa estadounidense tradicional, preparando el pavo de Acción
de Gracias.
La teniente Joshi, Robin Wright, aparece brevemente para ser
asesinada así que el personaje no tiene mucho tiempo para evolucionar. Tiene
unos 50 años, viste de negro, lleva el pelo corto, poco maquillaje y modos y
maneras neutros. Parece que en su carrera como policía hubiese tenido que
dejarse parte de su personalidad y que esa parte fuese su femineidad. Así da la imagen de la
coartada perfecta para que cualquier machista diga que las feministas parecen tíos
cabreados. No convence tampoco.
Aparecen también dos prostitutas replicantes. Nietas virtuales
de Priss, modelo básico de placer. Y una asesina implacable al servicio de
alguien que se cree DiosTodoPoderoso y que, en realidad, es un pelmazo. También
está la niña milagro a la que le han hecho creer que ha nacido enferma y que
salir de su burbuja sólo le traería problemas. Alma sensible y llorona que no
sabe lo que es el mundo. Hay algunos otros personajes interpretados por mujeres
pero que no destacan en exceso. También el replicante que nace y muere un
momento después asesinado por el dios pelmazo es una mujer.
¿Esta es la representación de la sociedad actual que
Villeneuve ha proyectado hacia el futuro? ¿En qué mundo sórdido vive? Lo pregunto para no ir. Yo conozco muchas mujeres de este mundo, de esta sociedad y ninguna está
representada. Villeneuve debería ser más honesto y decir que, en realidad, lo
que ha copiado es la manera hipermachista de hacer cine propia de la industria
cinematográfica.
Dejo ya el asunto feminista y me meto ahora con el dios pelmazo. Está interpretado por
Jared Leto, últimamente elevado a los altares de la interpretación por sus personajes canallas. En este caso, su personaje es previsible, fatuo, aburrido, psicópata, abusador y se cree el más listo
de la clase y además suelta unas parrafadas verborreícas inaguantables, pastosas como mierda de elefante y absolutamente vacías de contenido. Un Dios tan gradilocuente como vacuo que no aporta nada a la trama, excepto metraje
completamente prescindible.
Aun así la recomiendo porque nos permite soñar otra vez con
aquella primera Blade Runner aunque las lágrimas en la lluvia sean copos de nieve.
Director: Denis Villeneve
Guion: Hampton Fancher, Michael Green
Música: Hans Zimmer, Benjamin Wallfisch
Fotografía: Roger Deakins
Intérpretes: Ryan Gosling, Harrison Ford, Ana de Armas, Jared Leto, Sylvia Hoeks, Robin Wright.
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