miércoles, 27 de diciembre de 2017

Iglesias de París. Agosto 2017

La Catedral de Nôtre-Dame se sitúa en pleno corazón de París, en la parte este de la Île de la Cité. Se edificio sobre una pequeña iglesia románica de la que no queda nada. Es visita obligada, aunque no es muy recomendable. Hay que pelearse con turistas, especialmente turistas chinos, para poder entrar. Será, pues, una visita hecha entre murmullos, cada vez en tono de voz más alto, y constantes empujones y sobre todo teniendo en cuenta la posibilidad de ser asaltado por un carterista.

Nôtre Dame
Se tiene constancia de la existencia de un templo galo-romano en un emplazamiento muy próximo; pero será en 1163 cuando se comience la actual catedral gótica. En el siglo XIII continúan los trabajos Jean de Chelles y Pierre de Montreuil. Antes de estar terminada ya fue el centro de importantes ceremonias para la corona francesa. San Luis, el rey santo, depositó allí la reliquia de la corona de espinas, hasta que se terminaron las obras de la Sainte Chapelle, o la coronación de Enrique VI en 1431. Y lo más curioso, en su boda con Marguerite de Valois, Enrique IV no pudo entrar al templo porque no era católico. En 1314, fue quemado vivo en el exterior de la catedral todavía en construcción, Jacques de Molay, el último Gran Maestre de la Orden del Temple.

El rosetón de la fachada principal
Además del deterioro normal por el paso del tiempo, la catedral también ha sufrido las mismas convulsiones que la ciudad: la demolición de su jubé en 1699 o la destrucción de sus esculturas durante la Revolución, para convertirse en Templo de la Razón o del Ser Supremo. Se puede visitar una cripta y también subir a las torres para tener una buena panorámica de la ciudad. Yo nunca he subido, así que espero hacerlo la próxima vez que vaya o no porque cuando estoy allí siempre me da pereza.

Una vidriera 
En la fachada principal hay tres portadas dedicadas a la Virgen, al Juicio Final y a Santa Ana. Por encima hay una galería de estatuas dedicada a los 28 reyes de Judá y de Israel, antepasados de Cristo. En 1793, durante la Comuna se decapitaron las esculturas porque se creía que eran los reyes de Francia. En una restauración posterior se restablecieron las imágenes, pero las originales decapitadas se encuentran en el Museo de Cluny.

La galería de los reyes
En el siguiente nivel se sitúa el rosetón occidental de 10 m de diámetro. Dedicado a la virgen, como trono de Cristo, su autor fue Pierre de Montreuil, entre los siglos XII y XIII. La Galería Principal formada por una línea de arcos apuntados es la base de las torres y está decorada con las esculturas de la restauración de Viollet-le-Duc del siglo XIX, quimeras, pájaros fantásticos y demonios, hoy una restauración bastante cuestionada. La verdad es que después de ver Chartres, Notre-Dame de París queda un poco deslucida, aunque es posible que influya la incomodidad de visitarla rodeada por tanta gente y por tanto barullo.

La Piedad 
En la sacristía, construida por Viollet-le-Duc se conservan piezas y relicarios de orfebrería, la colección de camafeos de los papas y una estatua de Saint Denis. También destaca en la cabecera principal de la iglesia una escultura monumental de la Piedad y un pequeño Descendimiento realizadas ambas por Nicolás Coustou en el siglo XVIII.

El descendimiento
Visitamos también le Sacré Coeur y nos pasó lo mismo. Un montón de turistas ruidosos y posibles carteristas. Esta basílica es también el Santuario de la Adoración Eucarística y de la Misericordia Divina. Está situada en Montmartre, el Monte de los Mártires, donde fueron decapitados Denis y sus compañeros. En 1147, ya fue consagrada allí una abadía; pero en el siglo XIX había desaparecido completamente. Fue allí también donde en 1534, Ignacio de Loyola, Francisco Javier y otros, decidieron tomar los votos de pobreza, castidad y mutua consideración por la Salvación de las almas, fundando la Compañía de Jesús.

Santuario del Sacré Coeur
Después de la derrota militar francesa de 1870, en un ambiente de absoluta decadencia y depresión nacional, Legentil y Rohault de Fleury, dos católicos seglares, padres de familia, instaron la construcción de un nuevo templo en París, como signo de regeneración moral, sufragada a través de pequeñas donaciones de gente anónima. El arzobispo de París eligió Montmartre como emplazamiento. Es curioso como los católicos franceses asumen la responsabilidad de proteger a su iglesia, aunque sepan mantener y apreciar los valores del laicismo de la república. Entre 1875 y 1919 se llevó a cabo la construcción en estilo románico bizantino, otra manera de volver a los orígenes del cristianismo. Es un santuario de adoración perpetua, durante las 24 horas del día desde hace más de 130 años.


No conocía la iglesia de Saint-Étienne-du-Mont, en pleno Quartier Latin y quedé impresionada. Está muy cerca del Panteón. Es conocida sobre todo por su jubé, por tener el órgano más antiguo de París y por guardar las reliquias de Santa Genoveva, patrona de la ciudad porque, en 451 arengó a los parisinos de entonces para que impidieran entrar en la ciudad a los hunos. Les dijo si los hombres se van, las mujeres rogaremos tanto a Dios que Él nos protegerá. También alberga las tumbas de Blaise Pascal y de Jean Racine.

Saint-Étienne-du-Mont
Las primeras construcciones datan del siglo VI y su fachada principal es de lo más peculiar que he visto. Destaca por sus tres frontones superpuestos en una extraña armonía. Sin embargo, lo más espectacular está en su interior. Su jubé construido en 1541 es el último que se conserva en París. Es una galería alta que ocupa toda la anchura de la nave principal y que separa el coro del resto de la nave, es decir, separaba al clero de los laicos. Se llamaban así por las palabras que el oficiante utilizaba para iniciar la liturgia, Jube, Domine, Benedicere, (Dígnate, señor, bendecirme). Fueron característicos de las catedrales e iglesias góticas hasta que, con la construcción de púlpitos, cayeron en desuso. La iglesia es muy luminosa gracias a sus vidrieras. Más información aquí: Iglesia de San Esteban

El famoso jubé


Y recomiendo su visita, aunque encontré este cartel a la entrada. Entiendo que no se pueda entrar a una iglesia en bragas o con patines o fumando o comiendo; pero los perretes sí que deberían tener derecho a entrar.


Me encontré otras iglesias paseando por la ciudad pero por falta de tiempo no entré en ellas. Todas ellas con mucha historia. Saint Germain des Près es la única iglesia románica que queda en París, es decir, que es la iglesia más antigua de París y está muy relacionada con Zaragoza. Fue fundada por Childeberto I, rey merovingio de Francia para custodiar y glorificar la túnica de San Vicente Mártir. No sé por qué Childeberto puso sitio a la ciudad de Zaragoza (esta ciudad ha debido ser la más sitiada del mundo) y al saber que San Vicente Mártir la protegía decidió dejar de asediarla. Como agradecimiento la ciudad le regaló la túnica del santo. Allí está enterrado René Descartes. En el próximo viaje prometo visitarla, aunque sólo sea para mandarle recuerdos de Zaragoza.

Saint Germain des Près
La iglesia de Saint Sulpice está situada en el barrio del Odeón. Llama la atención su fachada totalmente ocupada por columnas y las torres que parecen inacabadas. La única reina española enterrada fuera de España está aquí. Luisa Isabel de Orléans estuvo casada con Luis I, hijo de Felipe V, que apenas reinó unos meses, de enero hasta septiembre de 1724. Como no tuvieron hijos ella volvió a Francia. Durante la Revolución Francesa esta iglesia fue convertida en Templo de la Razón.

Saint Sulpice
Un ejemplo de barroco jesuítico en París es la Iglesia de San Pablo y San Luis, en el Marais. En 1627, Richelieu colocó la primera piedra de este edificio. Madame de Sevigné, escritora del siglo XVII, frecuentaba esta iglesia. 

San Pablo y San Luis


Quedan muchas más iglesias que visitar; muchas más historias que contar y muchas muchas ganas de volver. 

1 comentario:

  1. No creo que los católicos en Francia "aprecien" los "valores" del laicismo de la república, ya que ni siquiera se pueden considerar valores, y mucho menos ser apreciados; además la Iglesia está en contra del laicismo.

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