La autora.-
Es licenciada en periodismo y trabaja actualmente en la
sección de Cultura del periódico ABC. Ha sido jurado del Premio El Ojo Crítico
de Narrativa y esta es su primera novela.
Mi opinión.-
En 1958, con casi 100 años Sofía Casanova murió en Polonia y todavía sus familiares no han podido cumplir su último sueño, ser enterrada en Galicia. Sofía Casanova fue la primera corresponsal de guerra de ABC. Conoció de manera
directa la Revolución Rusa, la Guerra Civil y las dos guerras mundiales. Hoy por diversos motivos excepto para los
estudiosos, es un personaje olvidado que Inés Martín Rodrigo se ha propuesto rescatar en esta biografía novelada.
Sofía Casanova resulta un personaje fascinante y terminas la
novela queriendo saber mucho más de ella. No sólo lo que hayan escrito los
demás, si no especialmente sus crónicas desde Europa, durante los distintos
conflictos que cubrió. No tenemos la suerte de que en el libro se hayan
incluido más que uno o dos párrafos originales.
Conoció durante su vida a los personajes más importantes de la política y la
literatura de la época: las Pankhurst, Trostky, Tolstoi. Su primer libro de
poemas fue financiado por el rey Alfonso XII. A veces parece imposible que su
vida haya sido así, que fuese propuesta para el Premio Nobel y que hoy esté tan
olvidada. Sin embargo, la autora de la novela ha podido acceder a la documentación que corrobora esos hechos, tal y como consta en una nota final.
Pero, por lo que respecta a la novela, tengo que decir que a
mí no me ha gustado. No puedo decir si es buena o mala novela, porque no he estudiado para ser crítica literaria, pero sí puedo
decir que no me ha gustado, aunque la excepcionalidad de la protagonista nos pique la curiosidad.
Cada capítulo comienza con la voz de la Sofía anciana y que, a punto de morir, rescata sus recuerdos. Entonces esa voz suena intimista y a veces conmovedora. Sin embargo, después la autora aprovecha para encajar unos diálogos de la Sofía joven con diversos personajes, en los que utiliza demasiadas frases hechas con tono de
chascarrillo y un lenguaje excesivamente castizo. Es de agradecer que la autora
intente reproducir el castellano de la segunda mitad del siglo XIX y que las
voces de Sofía joven y Sofía anciana sean diferentes, pero, en mi opinión, llega a ser excesivo y distrae y resulta un poco ñoño o demasiado rimbombante, casi como vivir en un sainete: “soy
socialista como lo fue Cristo”, dice Sofía Casanova.
Sofía Casanova a la izquierda |
Por otra parte, apenas se detiene en los hechos ni en los
personajes históricos. No facilita las crónicas escritas por Sofía Casanova. Ni
hace mención a las novelas que escribió durante toda su vida. El libro parece
escrito para convertirlo fácilmente en un guion de televisión o cine. Una escritura
en primera persona con esos diálogos con otros personajes y una cierta reflexión sobre la vejez, la decadencia y la muerte. Tampoco hay análisis
político de unas circunstancias históricas tan peculiares.
Lo que me resulta extraño es que las críticas que he leído
sobre esta novela sean muy positivas. Yo no la recomiendo, pero ya he dicho que no soy especialista, ni crítica literaria. Sí recomiendo
buscar información e indagar sobre la protagonista, Sofía Casanova.
Azules son las horas
Inés Martín Rodrigo
Ed. Espasa
Ines ¿tuviste un abuelo o tio llamado Rodrigo que trabajó en un diario de Burgos?
ResponderEliminarInes ¿tuviste un abuelo o un tio llamado Rodrigo que trabajo en la decada de 1930 en un diario de Burgos?
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