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Amaneciendo |
Seguimos la sexta etapa de la vía aragonesa del Camino de
Santiago por la Canal de Berdún. El camino no se ha hecho tan pesado como en la
quinta etapa. No hacía tanto calor ni había tanto asfalto. Aunque no recomiendo
hacerlo con una fascitis plantar. Ser de Zaragoza, tiene estos inconvenientes. La
testarudez me puede muchas veces, siempre, y me he empeñado en terminar estas etapas
aunque vaya arrastrando mi dolorido pie.
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Aunque estamos lejos, los Pirineos siempre. |
Además como, en teoría, ya hemos entrado en el otoño amanece
más tarde y anochece antes. Da pereza, pero aquí estamos. Sin reblar. Desde
Martés a Ruesta hay unos 22 kilómetros, sin grandes desniveles. La etapa sería
cómoda si no fuese por la molestia de mi pie, pero merece la pena el esfuerzo.
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Empezamos |
En esta etapa, dejaremos la provincia de Huesca para entrar
en la de Zaragoza, aunque sigamos en la comarca de la Jacetania. Curioso como
las áreas geográficas no se corresponden con los límites administrativos o políticos.
Se repite la orografía que encontramos en la etapa anterior. Los pueblos están
dispersos y colocados en pequeños altos a lo largo de toda la Canal por una
mera cuestión defensiva.
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Mianos |
El primer pueblo que encontramos es Mianos. En 1170, Alfonso
II ordenó la reconstrucción de Mianos en el llamado Pueyo de Mianos y en 1206,
Pedro II le concedió al Monasterio de San Juan de la Peña este lugar. Pequeñas calles
en cuesta que se dirigen todas hacia la plaza de la iglesia. Es la iglesia
parroquial de Santa María, del siglo XII pero, como casi todas en la zona, profundamente reformada durante el siglo XVI. La
construcción del pantano de Yesa afectó mucho a este pueblo, porque aunque no llegaba al núcleo urbano sí
que afectó a las tierras de cultivo circundantes, contribuyendo a la
despoblación de la zona.
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Capilla de la Virgen del Arco |
En la iglesia se conservan dos joyas inesperadas de la época
renacentista: un artesonado con armadura de par y nudillo, decorado con rosas
en casetones y ménsulas esculpidas con atlantes y la barandilla que cierra el coro alto. Yo, por lo menos, no podía imaginar que estuvieran
allí. La iglesia tiene una única nave con capillas a ambos lados y la
curiosidad de tener otra capilla exterior del siglo XVIII, de
1756, actualmente bastante deteriorada dedicada a la Virgen del Arco. En el
interior de la iglesia hay también una talla de la Virgen del Rosario. Todo el
casco urbano de Mianos está declarado Bien de Interés Cultural.
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Techo de la iglesia |
Seguimos el camino hacia Artieda que fue en su tiempo
asentamiento romano. En 1276, ya tenía condición de villa y pertenecía al
Monasterio de Leyre, aunque en 1387 ya había pasado a Jaca. Queda constancia de
su labor asistencial como etapa del Camino de Santiago por el hospicio dependiente
del Hospital de Santa Cristina de Somport, del que no queda ninguna construcción. Su casco urbano es muy similar al de
Mianos y también su iglesia parroquial, reformada también durante el siglo XVI.
Está dedicada a San Martín de Tours.
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Artieda |
La iglesia tiene un atrio porticado en la entrada y adosada
a la torre una construcción que alberga la escalera de caracol. Destaca también
la capilla de la Virgen del Rosario por su retablo y su bóveda estrellada. Hay
también otra talla de la Virgen del Pilar, un cristo del siglo XVI y un pequeño relieve de Santiago. De
la primitiva construcción románica de sillarejo apenas queda nada.
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Iglesia de San Martín de Tours. |
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Retablo y bóveda de la Capilla de la Virgen del Rosario |
Existe albergue para peregrinos pero cuando yo estuve estaba
cerrado. Toda la zona vive con preocupación y mucho activismo en contra, el
posible recrecimiento del pantano de Yesa. Sería un desastre por su impacto en el medioambiente, la economía y la población.
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Albergue en Artieda |
Seguimos el camino. El siguiente pueblo es Ruesta que,
actualmente está deshabitado aunque es objeto, desde hace años, de una
iniciativa de reconstrucción por parte del sindicato CGT. En el marco de esa reconstrucción se ha habilitado un edificio
para albergue de peregrinos y otro para casa de cultura. Visitaremos el pueblo
en la próxima etapa. En los años 1960, las casas y campos de cultivo fueron expropiados para facilitar la construcción del embalse de Yesa.
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Castillo de Ruesta |
Su castillo del siglo XI debió ser imponente y su torre del
homenaje es lo primero que vemos al llegar. Entre 1016 y 1018, Sancho Garcés III
de Pamplona reconstruyó y amplió el primitivo castillo y en 1056, Sancho Garcés
IV concedió la villa de Ruesta con su castillo a su tío el rey Ramiro I de
Aragón. La próxima etapa, el 28 de octubre, será de Ruesta a Undués de Lerda, unos 12 kilómetros.
Así es el camino. Unas veces vas en grupo por un agradable
bosque y otras solo en medio de la estepa.
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Seguimos adelante. Ultreia |
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Por hoy, toca volver a Zaragoza |
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