miércoles, 25 de octubre de 2017

Palacio de Versalles. Agosto 2017

Dorados, luces, espejos, cristales, mármoles. Todo deslumbra en Versalles. A mí me agobia un poco tanto lujo y tanta opulencia; me resultan inabarcables y me dan pereza. La prueba es que apenas hice fotos del interior del Palacio; de los jardines y de las Grandes Eaux Nocturnes, sí. Eso sí que me resultó más interesante, pero al Palacio, no creo que vuelva otra vez.

Vista general


Versalles empezó siendo un pabellón de caza para el rey Luis XIII, el Justo, porque el palacio real entonces estaba en el Louvre. Comenzó su reinado en 1610, cuando tenía 9 años, aunque fue su madre María de Médicis quien ejerció una desastrosa regencia. Cuando tenía 14 años le casaron con Ana de Austria, hija de Felipe III de España y parece ser que el novio sentía tanta repulsión por ella que tardó cuatro años en consumar el matrimonio. Unos dicen que la veía como hija de los enemigos de su patria; otros historiadores manifiestan sin pruebas patentes que era homosexual.

El Rey Sol sigue luciendo su esplendor
De una manera o de otra, sospechosamente, después de 23 años de matrimonio nació el futuro Luis XIV, el rey Sol que, en 1682 instaló en Versalles su corte y el gobierno de la nación. Se mantuvieron allí, durante tres reinados, hasta la revolución de 1789.

La Galería de los Espejos
Luis XIV, de madre española, se casó con otra española que además era su prima y siguió manteniendo relaciones muy conflictivas con la corona española, como su padre y su abuelo. Si pensamos que la política hoy es complicada, en el siglo XVII no lo era menos. La debilidad de la casa real española contribuyó a incrementar esta conflictividad. De manera que Luis XIV, reclamó el trono de España para su nieto, el que después sería Felipe V, interviniendo activamente en la Guerra de Sucesión española. Si terminaba así la rivalidad secular franco-española, surgirían otros problemas territoriales dentro de la corona española que todavía no hemos solucionado, y estoy pensando en la mal gestionada y peor planteada cuestión catalana. 

Apolo

Luis XIV extendió su influencia por toda Europa pero también arruinó a su país con sus lujos y ostentaciones. Exponente máximo de esos lujos fue el Palacio de Versalles. El Rey Sol ordenó edificar el palacio en 1670 y no se dio por terminado hasta 1692. Incluye otros dos pequeños palacios y los inmensos jardines, diseñados por Le Nôtre, bosques y estanques y numerosas dependencias para sus cortesanos. La vida allí debió ser fastuosa y sobre todo extravagante. Los cortesanos debían entretener al rey y a cambio él les concedía el privilegio de asistir a su despertar o a verle comer y cagar. Era un espectáculo también ver parir a las reinas para que no existiese duda sobre la legitimidad de los recién nacidos.

Capilla Real

Cuando Luis XV, el Bienamado, bisnieto del anterior, accedió al trono era menor de edad y se encargó de la regencia su tío Felipe de Orleans que, no debía sentirse muy cómodo en el campo y decidió volver a París, incluso pretendió hacer demoler el Palacio de Versalles. Afortunadamente no le hicieron caso porque Luis XV había nacido allí y sentía una especial querencia por el palacio. Luis XV siguió con las obras de mejora y ampliación del palacio, de 1729 hasta 1772. Aunque la existencia de tantas obras no impedía la vida “cotidiana” ni la celebración de fiestas, bailes y recepciones, la pregunta obvia es si les quedaba tiempo para gobernar un país.


Por supuesto no. Lo hacían sus validos y ministros y quizá ese fue su error. Luis XV se casó con María Lesczynska y tuvieron diez hijos en diez años. Uno de sus hijos legítimos, otro Luis, fue el padre de los tres últimos reyes de la casa Borbón en Francia: Luis XVI, Luis XVIII y Carlos X. Como la pobre reina siempre estaba embaraza el rey tuvo una numerosa lista de amantes, mujeres muy renombradas como La Pompadour. Pero los historiadores coinciden en que también fue patente su atracción hacia jóvenes muchachos. Y además le quedaba tiempo para gobernar.

Entrada principal
Se esperaba que el reinado de Luis XVI trajera muchas reformas a la corte pero, a pesar de los intentos del rey, la nobleza y las intrigas palaciegas lo impidieron. Quizá no estuviera preparado para ejercer de monarca; se le reprocha su falta de carácter y debilidad. Era el cuarto hijo del heredero y nadie esperaba que llegase a sucederle. Sin embargo, así fue. Se casó con María Antonieta de Austria y con ellos en el trono, se construyó el pequeño Trianón y también una pequeña Granja para que la reina jugase a ser pobre. Sabemos que terminaron perdiendo la cabeza, literalmente.


En 1789 el pueblo, hambriento, asqueado de tanta corrupción, impuestos, dispendio y lujo innecesario, asaltó el palacio y obligó a huir a la familia real. Se intentó parar la furia desatada pero no fue ya posible; el palacio fue saqueado y la familia real ajusticiada. Este episodio dio lugar a un siglo de turbulencias y conflictos sociales, separados por pequeños paréntesis de paz y prosperidad. El palacio nunca volvió a ser residencia real, ni siquiera para Napoleón Bonaparte. En 1837, fue destinado a Museo de la Historia de Francia, enriqueciéndose su colección con aportaciones de obras de todo el país. Hoy es Patrimonio de la Humanidad.

L'Orangerie

Es interesante asomarse un poco a la historia de Francia porque sus idas y venidas tuvieron mucha repercusión en España y en el resto de Europa. Personalmente si tengo que quedarme con algo de Versalles elijo las pinturas de los techos y sobre todo los jardines, el arte de la simetría.

L'Encelade
La perspectiva desde la Galería de los Espejos es inigualable. Luis XIV, encargó el diseño de los jardines y bosques a André Le Nôtre y los consideró tan importantes como el resto del palacio. Importancia que siguen teniendo actualmente, con un ejército de jardineros encargado de su cuidado, cada 100 años se renuevan completamente. La última renovación se produjo en 1999, así que hoy son jardines jóvenes y vigorosos.

Pompa y Esplendor
Los jardines y bosquetes tienen 2000 fuentes y estanques; la que más me ha sorprendido es la fuente del Bosquet de l’Encelade, con la escultura barroca de Marsy. Encélado era un gigante, hijo de Urano; desafió a los dioses del Olimpo y fue aplastado por la diosa Atenea que le lanzó la isla de Sicilia encima. Eso es lo que representa la fuente.

Fuente de la Colonnade
Las fuentes nunca han podido funcionar todas al mismo tiempo. Por eso se estableció un recorrido, en tiempos del Luis XIV, para que, a medida que el monarca y su séquito avanzaban por los distintos paseos, las fuentes comenzasen a fluir. Hoy, los espectáculos de Les Grandes Eaux y Les Grandes Eaux Nocturnes recrean las sensaciones que debió tener el rey. Les Grandes Eaux Nocturnes



Los sábados de verano, por la noche, se iluminan fuentes y estanques y la música barroca acompaña el fluir y las coreografías del agua y del fuego y también a las pompas de jabón flotando en el aire. Todo termina con un espectáculo de fuegos artificiales cerca del Gran Canal.

El final
Para mí lo mejor ha sido poder escuchar la música barroca en el entorno para el que fue pensada y compuesta. Aunque me gustaría que hubiese sido música en directo. No creo que sea imposible colocar a cuatro o cinco músicos en algún pequeño rincón y que interpreten la música al aire libre. Yo lo dejo aquí como sugerencia. No creo que vuelva otra vez a Versalles, aunque ¡quién sabe!



Algunas de las piezas interpretadas:

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