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lunes, 9 de octubre de 2017

Museo de Cluny. París, Agosto 2017

El Musée National du Moyen Âge, Thermes et Hôtel de Cluny está situado en el barrio latino, cerca de la Sorbona. Las primeras construcciones medievales datan del año 1300 y se hicieron sobre unas antiguas termas romanas (las "Termas del Norte" de Lutecia) que, al menos el día que yo estuve, no se podían ver, pero el edificio actual se construyó entre 1485 y 1500. Está rodeado de un jardín. Alexandre du Sommerard inició una colección de objetos de la Edad Media que a su muerte fue adquirida por el estado francés, encargado desde entonces de su ampliación.

El Patio de entrada

Desde el patio de honor, donde las gárgolas que suben y bajan por las paredes aportan su toque de misterio y advertencia y donde se puede ver también este reloj de sol, se entra en el Museo, en el Hôtel de Cluny; ejemplo de arquitectura civil medieval en París. La colección permanente del museo, orfebrería, marfiles, esmaltes, etc., quizá resulte excesiva para unas salas tan pequeñas. Yo creo que sería conveniente una reorganización y actualización de la exposición. Especialmente, teniendo en cuenta que todos nos sentimos atraídos, especialmente, por la pieza principal del museo y pasamos excesivamente deprisa por las otras salas.

Claramente para el sol eran las 12.30, para mí las 14.30

Esta pieza principal son la serie de tapices llamada La dama y el unicornio. Pertenecen al género de las “mil flores”, de colorido vivo, profusión en la ornamentación y gran detalle en flores, plantas y animales. Son seis tapices tejidos en seda y lana, cinco de ellos dedicados a los cinco sentidos; el sexto llamado A mon seul désir, para algunos especialistas, simbolizaría la renuncia a los placeres de los sentidos en favor del placer intelectual, puesto que la dama deposita el collar que se ha quitado del cuello en un cofre, pero otros investigadores tienen muchas dudas.

Detalles de las distintas piezas de La Dama y el Unicornio

Todos ellos están protagonizados por la Dama, situada en medio de un círculo cubierto de flores y plantas, ricamente ataviada con diferentes vestidos para cada tapiz y en diferentes actitudes, pero siempre flanqueada por un león y un unicornio que portan los escudos de la familia lionesa Le Viste. Esta familia se había instalado en París donde varios de sus miembros desempeñaron cargos importantes en la administración real. Si bien, al principio, se creyó que se trataba del regalo realizado a la dama por su matrimonio, debido a la repetición del mismo escudo se cree que, en realidad, representa las pretensiones nobiliarias que Jean le Viste nunca alcanzó.

Más detalles

Los tapices proceden de los Países Bajos y fueron “redescubiertos” en 1841 en el castillo de Bousssac por George Sand y Proper Mérimée. Estaban muy deteriorados cuando en 1882, el Museo los adquirió.

Existe también otra serie de tapices góticos dedicados a La historia y la leyenda de San Esteban que provienen de la catedral de San Esteban en Auxerre. Sigue la narración de Santiago de la Vorágine sobre la vida de este santo, así que puede “leerse” como si fuera un cómic.

La historia y la leyenda de San Esteban

Desde las salas de estos últimos tapices se accede a una pequeña capilla gótica con una bóveda gótico flamígero impresionante. Dentro de la capilla por una escalera de caracol podía accederse a los jardines del palacio.

La capilla y la escalera hacia el jardín

Además de los tapices hay muchas otras piezas de interés, pero ya he comentado antes que necesitan una reorganización. Entre ellas, está este pequeño tríptico de marfil de San Sulpicio de Tarn. En el siglo XIV existió una demanda creciente de estos trípticos, con la vida de Cristo o de la Virgen, para ser utilizados como altares portátiles. Está realizado con gran detalle, teniendo en cuenta que apenas mide 30x30 cm. En la parte superior se sitúan las escenas del Calvario, la Crucifixión y el Descendimiento y en la inferior, la infancia de Cristo. También me llamaron la atención una pequeña arqueta de Colonia con apóstoles y santos o este aguamanil que representa también a un unicornio. Ambos del siglo XIII y realizados con gran detalle.

Tríptico y arqueta en marfil

Aguamanil

Pero hay más. Mucho más. Hay también una colección de vidrieras dispuestas de manera que pueden verse muy de cerca, no como ocurre en sus emplazamientos originales. Algunas de ellas provienen de una restauración hecha en la Sainte Chapelle en 1859. Sin duda, hay que volver a este museo, Museo de Cluny.