lunes, 20 de noviembre de 2017

Novela gráfica: El perdón y la furia de Altarriba & Keko (2017)

Los autores.-
Altarriba y Keko
Antonio Altarriba es escritor, ensayista, catedrático de literatura francesa, crítico literario, etc, etc, etc. Su vida discurre alrededor de la literatura y la narración. Se define desde muy joven como contador de historias. Nació en Zaragoza. Ha escrito el guion de esta historia.

Keko, José Antonio Godoy, es historietista e ilustrador. Ha sido muy valorada por los críticos de cómic su capacidad para controlar la luz en el dibujo. Ha publicado en Madriz y en Exit Express. Se ha ocupado del dibujo de esta historia.

Mi opinión.-
No soy lectora habitual de cómics pero sí que me interesa mucho la pintura, la fotografía y más recientemente la ilustración. El perdón y la furia pertenece a una colección editada por el Museo Nacional del Prado y que se presenta como complemento de algunas exposiciones o más bien de algunas obras muy significativas y que se muestran como absolutas protagonistas del cómic.


Así en esta novela gráfica, son las cuatro furias de José de Ribera, el Españoleto las protagonistas. Parece que Ribera se formó principalmente en Italia y muestra una fuerte influencia de Caravaggio y el tenebrismo. Se instaló en Nápoles que entonces era virreinato español. Allí recibió este encargo del mismo virrey, puesto que era un pintor muy apreciado. Se trataba de la realización de cuatro cuadros, cada uno dedicado a una de las furias.


Se las llamó furias, aunque representaban a cuatro hombres sometidos a suplicios eternos. Hoy se conservan dos de ellas, Ticio e Ixión expuestas en la Rotonda Alta del Museo del Prado, y se han perdido, no se sabe cuándo ni cómo, Sísifo y Tántalo. Ticio era un personaje lujurioso, castigado eternamente por intentar violar a Leto, una de las amantes de Zeus. Los buitres se comían eternamente su hígado.

Ticio y detalle. El Españoleto


El suplicio de Ixión no era menos doloroso. Había intentado seducir a la propia Hera, esposa de Zeus y por ello fue desterrado al Tártaro, atado por serpientes a una rueda ardiente que no cesaba de girar.

Ixión y Detalle. El Españoleto


Parece que el crimen de Sísifo no fue tan horrendo como el de los anteriores aunque su suplicio también es eterno. Reveló los secretos de los dioses y por ello fue condenado a subir una enorme roca por la pendiente de una montaña para que, invariablemente, la roca cayese poco antes de alcanzar la cima. Y así, vuelta a empezar. Albert Camus escribió un ensayo que terminaba diciendo “Hay que imaginar a Sísifo feliz”.


Tántalo invitó a comer a los dioses pero cuando la comida escaseó en su mesa, decidió matar a su hijo y servirlo. Todos los dioses se percataron de ello y no comieron, excepto Deméter que devoró uno de sus hombros. Zeus le devolvió a la vida pero castigo a Tántalo a sentir eternamente hambre y sed y a estar sumergido en un lago de agua dulce hasta la barbilla, siendo constantemente rozado por las ramas de árboles llenos de fruta, que se apartaban de su boca cuando intentaba saciar su hambre y su sed.


No debemos olvidar que estamos en pleno barroco. En el momento en que la culpa, el tormento, el castigo y la furia divina tienen una plena difusión. Estos cuatro delincuentes se contorsionan por el dolor, sus caras son muecas de absoluto padecimiento y además están colocados formando un círculo para mostrar, sin ningún género de duda que su castigo será eterno.


Con esta base, los autores han creado una novela negra con tintes mágicos. A partir del intento de volver a pintar los cuadros perdidos, el protagonista, un profesor de universidad y pintor, llegará hasta la locura. Intentará reproducir los pigmentos añadiendo su propia sangre y reproducirá con su cuerpo las contorsiones producidas por el dolor eterno.


Nada de eso será suficiente. Y nunca alcanzará el perdón por sus pecados, esos pecados que los lectores no conoceremos jamás.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Por favor, deja tu comentario