En alguna crítica he leído que la trama de esta película
resulta demasiado enrevesada. Yo creo que sí. Al menos con esa sensación me fui
del cine y también con la sensación de que, a pesar de que apenas dura 100
minutos, aún se podía haber recortado un poco más.
El paisaje de La Gomera es un personaje más pero, de alguna
manera, también su relación con la película es fallida. Una isla, con
carreteras sinuosas y una densa niebla. ¿Es el reflejo de la sociedad que se
pretende retratar? Es posible, pero es un recurso demasiado manido que pierde
fuerza cuando el elemento perturbador, el detonante de la tragedia, nada tiene
que ver con ese entorno cerrado y asfixiante. Porque, al contrario de lo que
se nos induce a pensar, el problema es simplemente un problema “importado” que generaría el mismo conflicto en cualquier otro lugar.
Lo mejor de la película han sido las interpretaciones de los
actores, especialmente de las actrices, aunque también es una lástima que Aura
Garrido haya estado tan desaprovechada. Interpreta a la cabo Chamorro,
compañera del sargento Bevilacqua en todas las novelas de la serie, pero en la
película su intervención casi es completamente prescindible. Una verdadera
lástima. Verónica Echegui es la cabo Anglada, una mujer fuerte pero que parece
estar siempre al borde del abismo. Además, el intento de establecer un
triángulo erótico-festivo o erótico-dramático con Bevilacqua y Chamorro mueve a
risa.
En cuanto a la interpretación de Quim Gutiérrez del sargento
Bevilacqua nada que objetar. Sin embargo, parece que su investigación avanza a
golpe de corazonadas o de alguna suerte de capacidad adivinatoria que a los espectadores se nos escapa, porque en el
guion no se ha dejado espacio para mostrar sus procesos mentales y porque su
inseparable Chamorro poco aporta a la investigación, a pesar de estar ambos destinados en la UCO, que se supone que es la crème de la crème en persecución de delincuentes.
La película se ha rodado con la colaboración de la Guardia
Civil. Parece que asistimos a varios intentos de dar a conocer al público las
instituciones que pagamos con nuestros impuestos. En la fallida serie de TV, Olmos y Robles, ocurría algo parecido. En
ambas, además, se trataba también de mostrar al espectador las diferentes
maneras de actuar de la UCO, la Unidad Central Operativa, encargada de
investigar los delitos más graves y que cuenta con los agentes mejor formados y
más especializados, y los guardias civiles más tradicionales, destinados en el
ámbito rural o de pequeñas ciudades. Pues, en la película, aparte de unas
referencias de mero trámite, tampoco se ven estos diferentes estilos de
investigación que podríamos atribuir a unos y otros.
A pesar de todo yo recomiendo la película porque soy
fan absoluta del cine español y es entretenida precisamente por lo enrevesada
que es. Además pienso que cuánto más
cine español veamos y más taquilla haga, mejores películas saldrán. Eso sí, no
creo que la pareja Gutiérrez-Garrido se consolide en una nueva adaptación de
Bevilacqua y Chamorro.
Dirección y Guion: Andrés M. Koppel (Novela de Lorenzo Silva)
Fotografía: Álvaro Gutiérrez
Intérpretes: Quim Gutiérrez, Verónica Echegui, Aura Garrido, Roberto Álamo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por favor, deja tu comentario