viernes, 1 de septiembre de 2017

Visita teatralizada: Zaragoza a través de la literatura con Zoótropo Teatro

En el año 2018 se cumplirán novecientos años desde que Alfonso I, el Batallador, conquistase la ciudad que hasta entonces había sido capital de la taifa saraqustí. Al final, y sin duda por ese ADN zaragozano que nos impide rendirnos por las malas, fue el hambre el factor determinante para que los cristianos entrasen en la ciudad. No sé si se está preparando algún tipo de conmemoración pero debería hacerse. No me gustaría, sin embargo, que ese recuerdo subrayase la victoria de una cultura sobre otra, la cristiana sobre la musulmana, sino que nos ayudase a pensar que en algún momento de la historia hemos pertenecido también a otras culturas.


Pocos vestigios quedan en la ciudad de esas otras culturas y de su esplendor. Pero para recordar también tenemos la literatura y su compañera, la música. En Zoótropo Teatro han programado visitas teatralizadas durante este verano, intentando revivir ese pasado común que, de otra manera, se nos escaparía. Con música y literatura, recorrimos la ciudad y su historia. Muchos fueron los autores nombrados y leídos, y es una lástima que no los recuerde a todos.

Patio de la Escuela de Música y Danza
Empezamos en la Escuela de Música y Danza de la calle Las Armas, 32. Un edificio poco conocido de Zaragoza. Un antiguo palacio de los siglos XV-XVI, con patio interior rectangular, que conserva todavía algunas portadas originales y decoración mudéjar de ataurique. Perteneció a la familia Ariño, alta burguesía de la época y, durante la Guerra de la Independencia parece ser que sirvió como residencia de los oficiales franceses. De entonces se conserva un salón con el alfarje original y pinturas del siglo XIX. Ya después en el siglo XX se acondicionó como edificio de viviendas hasta llegar a la rehabilitación actual, concluida en los años 2000.

Salón Principal
Allí nos enteramos por Catulo, Cayo Valerio Catulo poeta romano del siglo I a.C., que los celtíberos (los de Zaragoza y el resto también) tenían por costumbre cepillarse los dientes con orina (esperemos que fuese con la suya propia) y que los romanos ricos importaron esta costumbre (y la orina también) de Hispania. La otra opción que tenían los romanos como dentífrico era utilizar sesos de rata, secos y machacados. No sé qué sería peor. El caso es que Catulo escribió un poema a Egnacio, un celtíbero que sonreía siempre y que no debía caerle muy simpático,

Egnacio por tener los dientes resplandecientes,
va sonriendo por doquier, …
sea lo que sea, allí donde esté
haga lo que haga sonríe. Tiene esta enfermedad,
ni elegante, como pienso, ni educada. …

Pues no hay cosa más inoportuna que una sonrisa inoportuna.
Ahora bien, eres celtíbero. En la tierra celtíbera,
cada uno, con lo que haya meado, suele abrillantar
por la mañana los dientes y la sonrosada encía;
así que cuanto más pulida está esa dentadura vuestra
tanto más enjuague delata que has bebido.

Marco Valerio Marcial, también poeta latino pero nacido en Calatayud (es decir en Bilbilis), un siglo después, emigró a Roma e intentó prosperar allí, pero parece que no lo tuvo fácil por su origen hispano o porque sus versos no fueran apreciados. Así que desengañado aconsejaba a un padre sobre la educación de su hijo, con toda la socarronería aragonesa de la que era capaz,

… Como haga versos deshereda al poeta. ¿Quiere aprender oficios de dinero? Procura que se haga citarero o flautista de acompañamiento. Si el muchacho tiene visos de ser duro de mollera, hazlo pregonero o arquitecto.

Palacio de la Alfajería
Pero a partir del siglo VIII, los poetas y los artistas, en general, fueron mucho mejor apreciados. Se decía que la mezquita mayor de Saraqusta, ciudad principal y luego capital de taifa, había sido fundada por un discípulo directo de Mahoma. Avempace nació en esta Saraqusta entre 1085 y 1090, poeta, médico y filósofo. En la corte saraqustí se refugiaron los intelectuales más importantes que huían de las guerras civiles del sur de Al-Ándalus y no sólo eran musulmanes, también acudieron aquí, al Palacio de la Aljafería, Ibn Gabirol, nacido en Málaga e Ibn Paquda, ambos judíos, respectivamente. Medina Albaida era el sobrenombre de Saraqusta por sus murallas blancas consideradas un talismán contra las serpientes, según contaba Al-Edrisí en el siglo XII,

Zaragoza ocupa una basta extensión de terreno, está poblada y sus barrios están ampliamente instalados; posee calles anchas, casas y residencias muy hermosas; rodeada de jardines, huertos y provista de una sólida muralla de piedra. Situada a la orilla de un gran río, parte de cuyas aguas provienen del país de los Rum, de las montañas de Calatayud y de otros sitios. Todos éstos cursos confluyen al norte de la ciudad de Tudela y el Ebro discurre enseguida hasta Zaragoza.

Zaragoza lleva también el nombre de “Ciudad Blanca” que se le da a causa de la gran cantidad de yeso y cal que en ella se encuentra. Una particularidad de la ciudad es que las serpientes jamás penetran en ella; si se lleva allá una serpiente, ésta muere enseguida. Algunos sostienen que existe en Zaragoza un talismán contra serpientes. Otros dicen que para la mayor parte de las construcciones de la ciudad se ha utilizado mármol, que es una variedad de la sal gema, y que tiene la propiedad de alejar a las serpientes de los lugares donde se ha utilizado: así sucede en muchos distritos.

Primera edición del Amadís de Gaula de 1508
Durante los siglos XVI y XVII, Zaragoza era “La harta”, una ciudad próspera, la Florencia de España, centro de intelectuales y artistas otra vez. Nombrada en las exitosas novelas de caballerías que rememoraban un tiempo pasado y que se imprimían en la casa de Jorge Cocci: Don Clarisel de las Flores de Ximénez de Urrea o el Guzmán de Alfarache de Mateo Alemán. El Quijote de Cervantes tenía previsto asistir a las justas que se iban a celebrar en Zaragoza, sin embargo, no lo hizo, porque el Quijote de Avellaneda se le adelantó.

Manuscrito del Clarisel de las Flores. Universidad de Zaragoza
No obstante, Cervantes menciona la historia de la liberación de Melisendra, presa en la ciudad de Sansueña (Zaragoza) por su esposo, don Gaiferos. Y es que en 1595, Cervantes había acudido a un certamen poético organizado por los dominicos en honor a San Jacinto en Zaragoza y lo había ganado. El premio fueron unas cucharillas de plata. Baltasar Gracián es todavía considerado un gran valor literario universal. Nacido en 1601, en 1992 su Oráculo fue considerado un best-seller en Estados Unidos, como libro de autoayuda para jóvenes ejecutivos según escribe Juan Domínguez Lasierra en su libro Aragón en la literatura. Y sigue siendo también de gran inspiración para escritores actuales. También del siglo XVII María de Zayas estuvo viviendo en Zaragoza en 1635 y publicó dos años después sus Novelas amorosas y ejemplares. En Zaragoza, sitúa El jardín engañoso, una historia de amores, desamores, diablos, jardines encantados, fidelidad conyugal y máximo sacrificio.

María de Zayas y Sotomayor
Otra autora mencionada en esta visita teatralizada es Josefa Amar y Borbón. Pionera del feminismo en España, nació y murió en Zaragoza, entre 1749 y 1833. Para ella, el cerebro no tenía sexo y las mujeres podían desempeñar cualquier profesión siempre y cuando recibieran la educación adecuada. Así dice en su Discurso en defensa del talento de las mujeres (Antología del Pensamiento Feminista Español, Johnson y Zubiaurre eds.),

No contentos los hombres con haberse reservado los empleos, las honras, las utilidades, en una palabra, todo lo que puede animar su aplicación y desvelo, han despojado a las mujeres hasta de la complacencia que resulta de tener un entendimiento ilustrado. Nacen y se crían en la ignorancia absoluta: aquellos las desprecian por esta causa, ellas llegan a persuadirse que no son capaces de otra cosa, y como si tuvieran el talento en las manos, no cultivan otras habilidades que las que pueden desempeñar con estas. ¡Tanto arrastra la opinión en todas materias! Si como esta da el principal valor en todas las mujeres a la hermosura y el donaire, le diese a la discreción, presto las veríamos tan solícitas por adquirirla como ahora lo están por parecer hermosas y amables. Rectifiquen los hombres primero su estimación, es decir, aprecien las prendas, que lo merecen verdaderamente, y no duden que se reformarán los vicios de que se quejan. Entretanto no se haga causa a las mujeres, que solo cuidan de adornar el cuerpo, porque ven que este es el idolillo a que ellos dedican sus inciensos.

Giacomo Casanova
También Giacomo Casanova pasó por Zaragoza en 1768, pues tenía interés en conocer la ciudad de sus antepasados. En 1482, un tal Jacobo Casanova de Zaragoza había raptado a doña Ana de Palafox y ambos habían huido a Roma. Así que el arte de la seducción del célebre Casanova tenía genes aragoneses. Aquí sedujo a doña Ignacia, pero también le quedó tiempo para certificar la devoción por la virgen del Pilar y extrañarse de la vestimenta de los embozados que persistía en la ciudad a pesar de estar prohibida por el Conde de Aranda. También es indiscreto con las costumbres puteriles del canónigo Ramón Pignatelli,

… que presidía la Inquisición y todas las mañanas hacía meter en la cárcel a la alcahueta que le había dado de cenar el día de antes con una puta que había pasado la noche con él, después de esto iba a confesarse, decía misa, comía después, el demonio de la carne se apoderaba de él, le buscaban otra mujerzuela, la gozaba y al día siguiente por la mañana hacía lo que el precedente.


Dos mil años de historia dan tiempo para mucha más literatura y música. De la Escuela de Música y Danza pasamos al Albergue de la calle Predicadores 70. Destinado a jóvenes y también a peregrinos del Camino de Santiago. Lo que nos interesa de este albergue es su sótano, la Bóveda del Albergue. Hoy es una sala de conciertos destinada principalmente a música Jazz, pero también a música latina y alternativa. Se puede consultar la programación aquí, La Bóveda

Uno de los pasadizos que salen de la Bóveda
En el siglo XIX, en sus Episodios Nacionales y concretamente en el de Zaragoza, Galdós menciona la existencia de una red de bodegas conectadas por el centro de la ciudad que los franceses utilizaron para poder infiltrarse. Claro que cuando los zaragozanos se dieron cuenta de esto acudieron rápidamente a luchar. Fueron las guerras subterráneas. En la Bóveda del Albergue todavía pueden verse pasadizos con escaleras que se adentran todavía más en el subsuelo y que no se sabe dónde terminan. Existen muchas más, algunas de ellas se utilizan como restaurantes, pero nadie sabe a ciencia cierta cuántas hay y si se podrían volver a conectar. A mí no me importaría nada seguir explorándolas. Espeleología urbana. Aquí se puede ver un poco más sobre los subsuelos de Zaragoza, Heraldo de Aragón

Fotografía de Jean Laurent, 1876
Terminamos el siglo XIX, mencionando el turricidio que todavía lloramos en Zaragoza. La Torre Nueva fue construida entre 1504 y 1512, como torre civil para albergar el reloj público. Su base tenía forma de estrella de 16 puntas y los otros tres cuerpos eran octogonales, terminaba en un chapitel con cubiertas de pizarra añadido en 1749. Fue muy útil durante la guerra de Independencia para vigilar a las tropas francesas, pero a finales del siglo XIX molestaba. Gascón de Gotor, pintor y escritor de la Zaragoza Artística, Monumental e Histórica, publicó muchos artículos en la prensa para denunciar el turricidio pero no pudo evitarlo. Se empezó por desmochar el chapitel en 1878 y se terminó derribando la torre en 1892. En Montal mantienen un pequeño museo con documentos y fotografías de la Torre Nueva y la esfera de su reloj también, Museo de la Torre Nueva. Yo propondría por suscripción popular volver a construirla y utilizarla como mirador.

Torre Nueva ya desmochada y se puede ver que la inclinación no es tan evidente como en la foto anterior
El siglo XX se inicia también con una renovación urbanística de la ciudad. Se cubre el río Huerva y desaparece de la vista de los zaragozanos, pero a cambio se pueden contemplar en el Paseo de la Constitución los enormes magnolios que se plantaron hace casi 100 años. Es la Zaragoza de la Quinta Julieta, mencionada por Ramón J. Sender en Crónica del Alba y del crimen de la camarera de Espumosos que mató con un sifón a un cliente alemán que la cogió por la cintura. El juez no la condenó  porque el pudor femenino en general y el español en particular tiene derecho a expresarse aunque sea a golpes de sifón. También es la Zaragoza de otros grandes cafés como el Ambos Mundos en el Paseo de la Independencia, el café más grande de Europa, con un jardín trasero para el verano inaugurado en 1881 ocupaba una manzana completa y se cerró en 1955; o el Café de Levante en la Puerta del Carmen, hoy en la calle Almagro, y su leche merengada.

Café Ambos Mundos
También destacan las tertulias literarias y entre ellas la del café OPI-Niké con Miguel y José Antonio Labordeta y otros poetas como Manuel Pinillos, al cual acabo de descubrir. También asistían otros artistas pero la tertulia era, en realidad, la Oficina Poética Internacional. Aquí el poema Mataos de Miguel Labordeta,


Julio Antonio Gómez también perteneció a esa tertulia y dejó una poesía desesperada, inspirada en la dureza de su vida y de esta tierra. Aquí Paisaje que limita… con todo límite,


Quedan muchos más. Imposible nombrarlos a todos y, mucho peor, casi imposible leerlos a todos. Quedan además tantos por descubrir como Benjamín Jarnés o Luis García Brines. Sólo una mención para los más modernos: Sergio del Molino, Félix Romeo y yo añadiría Jorge Sanz Barajas, Cristina Fallarás, José Luis Melero, Fernando Sanmartín, Magdalena Lasala, Soledad Puértolas, Juan Bolea, Ignacio Martínez de Pisón y tantos y tantas más.

Refectorio del Convento de Santo Domingo, hoy biblioteca

Cillas
Muy interesante recorrer en 90 minutos un poco de la historia de Zaragoza a través de la literatura y la música, especialmente, para crear una cierta desazón en el oyente y que siga investigando por su cuenta. La visita terminó en el Antiguo Convento de Santo Domingo, obra mudéjar del siglo XIII, del que hoy queda muy poco. El refectorio del siglo XIV hoy utilizado como biblioteca del Centro de Documentación del Agua y del Medio Ambiente, parte de las cillas y la iglesia.

Fragmentos de escudillas de cerámica

Miguel Ángel Fraile se encargó de la música y Mariano Lasheras de la literatura. En septiembre siguen las visitas. Más información aquí Zoótropo Teatro

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