No existen demasiados ejemplos de arquitectura modernista en
Zaragoza, aunque a principios del siglo XX, con el nuevo ensanche hacia el
paseo de Sagasta y la transformación de la zona del mercado central, se
construyeron bulevares y algunos edificios, según las necesidades y el gusto de
la burguesía, que adoptaba las nuevas modas de París y sobre todo del
modernismo catalán.
Paseo Sagasta a principios siglo XX.
En Zaragoza, lo que más destaca de este movimiento es la profusa
decoración de fachadas, especialmente con flores y plantas tan detalladas que,
en la mayoría de los edificios pueden distinguirse claramente. Además, aunque
la visita guiada organizada por Aventourarte
se llama Jardines de piedra, hay que
incluir también una excelente labor de forja en balcones, ventanas, galerías y
miradores. Dejamos para otro día el itinerario centrado en el Paseo de Sagasta
y nos fijamos especialmente en los jardines
del Casco Histórico de Zaragoza.
Calle Refugio esquina calle San Jorge
El primer edificio que vimos está situado en la calle Refugio,
en la esquina con la calle San Jorge. Tiene una variada decoración en las ventanas
y también forja en los balcones. Destacaban claramente las anémonas nemorosas que rodeaban las ventanas y
en los balcones, una decoración de coup de
fouet, latigazo, típica del modernismo y que imita a las ramas curvadas de
la hiedra. El edificio fue proyectado por Julio Bravo Folch.
Anémonas nemorosas
El edificio de la calle don Jaime I en la esquina con Espoz y
Mina también es otro de los jardines más representativos. Fue proyectado por
Francisco Albiñana por encargo de los doctores Marín Corralé y disponía de un
pequeño jardín en la terraza. Nos interesa más el jardín de piedra compuesto,
entre otras, por girasoles y castaños de indias, rosas y, aunque no parece una
planta muy elegante o armoniosa, yo diría que hay también un cardo alcachofero.
Girasoles, castaños de indias y debajo rosas
Cardo alcachofero, ¿no?
En la calle Manifestación número 16 se encuentra otro de los
edificios. Actualmente es un hotel y éste destaca, especialmente, por la labor
de forja en los balcones y galerías acristaladas, en las fachadas y chaflán. Al
principio fue atribuido a Ricardo Magdalena, pero su arquitecto fue Julio Bravo
Folch, el mismo del edificio en la calle Refugio.
Detalles del edificio de calle Manifestación 16
Coup de fouet
El último edificio visitado fue el Mercado Central. Desde el
siglo XIII, sucesivos edificios y dependencias han ocupado ese solar como
mercado. La plaza era conocida como plaza de Lanuza por ser el lugar donde fue ejecutado
el último Justicia de Aragón, antes de que el Estatuto de Autonomía recuperase
esta figura al menos nominalmente. Una placa lo recuerda. El nuevo mercado modernista fue obra de Félix
Navarro Pérez y formaba parte de una actuación mayor para transformar todo el
barrio que no se llegó a terminar. Es un edificio ligero, donde se combinan
ladrillo y piedra con hierro y cristal. Los motivos decorativos están en
consonancia con su uso.
La lápida que recuerda la muerte de Juan de Lanuza
Detalles del Mercado Central de Zaragoza
Hay otros edificios que no he incluido y que debo dejar para
otra visita. La Casa Molins en calle Alfonso, el edificio del Casino Mercantil
en el Coso o la casa de la calle Prudencio. No me quedó tiempo para más. Espero
que Elena, la guía de Aventourarte, se decida a hacer una segunda parte. Jardines de Piedra. Aventourarte
Los primeros fotogramas de esta película son muy simbólicos.
El deshielo en el Pirineo vuelve a mostrar la roca debajo de la nieve. Así en
la vida de la gente el hielo mantiene las cosas ocultas pero al mismo tiempo
frescas y dispuestas a salir con el primer rayo de sol.
La pieza clave de esta película es el regreso de un
adolescente, Gabriel, al que se le dio por desaparecido cuando tenía 8 años. Las
dudas sobre su identidad, las suyas propias y las de su madre y el resto de la
familia, pasan a un segundo término enseguida y toma protagonismo la
recuperación de la identidad pérdida.
Nos embarcamos en el mismo viaje que la madre. Ella no tiene
espacio para dudas ni para ambigüedades porque arrastra una carga mucho más
pesada. Hechos del pasado, escondidos y mal resueltos. Emma Suárez ya hace
mucho tiempo que es una actriz muy solvente, pero en este papel transpira vulnerabilidad por todos sus poros y, precisamente, en esa vulnerabilidad ha encontrado su fuerza, durante todos los años que su hijo estuvo perdido, para mantener el hogar a costa
de perder su propia vida.
Sergi López, es el cuñado y tío de Gabriel. Es quien más desconfía de la identidad de Gabriel y tiene razones de peso para hacerlo. Un hombre muy arisco que esconde una gran violencia, siempre a punto de estallar. Casi durante toda la película lleva una
escopeta de caza; en los últimos años ha mantenido una relación escondida con su cuñada. Posiblemente desde que murió su hermano o quizá desde antes.
Álex Monner interpreta a Gabriel, el niño perdido que vuelve
convertido en un adolescente. Se integra enseguida en la pandilla de
adolescentes del pueblo, sus antiguos amigos, y comienza a recordar cosas, pero no puede recordar
nada sobre la muerte de su padre. Como adolescente es bravucón y fantasioso;
pero en este caso, no podemos estar seguros de que parte de lo que dice no haya
sido verdad. En los últimos años ha vivido en Francia, en un centro de acogida
y allí los informes son secretos, ni siquiera se pueden revelar a la familia. Sus
tatuajes dicen mucho de él y su capacidad para autolesionarse y oir (o recordar) voces también.
La película me ha gustado mucho. Se rodó en el pirineo
aragonés, en catalán, castellano y francés. Yo he cometido el error (involuntario)
de verla en versión doblada y es imprescindible verla en versión original. Siempre he dicho que deberíamos hacer el esfuerzo de ver cine en versión original,
pero mucho más si (únicamente) una parte de la película es en catalán. Otra
cosa me parece un auténtico despropósito.
Por lo que he leído de las críticas, en esta película, el
idioma es utilizado como vehículo para la recuperación de la identidad. Gabriel
ha pasado los últimos años viviendo en Francia y se expresa en francés pero con
acento catalán; el hecho de mostrar este acento, este detalle hace que puedan
localizar a su posible familia. Así que cuando vuelve a su pueblo, empieza a
perder el acento francés y a relacionarse en catalán como estaba acostumbrado a
hacerlo. Además, su madre, que había nacido en un pueblo del sur, hablaba con
él en castellano y así es como recuperan su relación. Salí enfadada del cine
porque todo esto lamentablemente se pierde en la versión doblada. Se pierde, por
pereza intelectual, la parte más interesante de la película. Una pena.
Por lo demás, una muy buena película. Con una fotografía muy
adecuada, fría y áspera, como corresponde al paisaje del Pirineo, pero, como
con el deshielo, con la posibilidad de renacer.
Dirección: Isaki Lacuesta, Isa Campo
Guion: Isa Campo, Isaki Lacuesta, Fran Araújo
Música: Gerard Gil
Fotografía: Diego Dussuel
Intérpretes: Álex Monner, Emma Suárez, Sergi López, Bruno Todeschini
La Casa Solans fue proyectada por el arquitecto zaragozano
Miguel Ángel Navarro por encargo de Juan Solans, industrial harinero de la
ciudad. Se construyó entre 1918 y 1921 y fue ocupada por la viuda del
industrial, Rafaela Aísa. Después sus herederos la vendieron a una inmobiliaria
que dejó que la casa se deteriorase durante veinte años hasta límites
preocupantes y que fuese ocupada por indigentes y drogadictos que no tenían
reparo en encender hogueras para calentarse en invierno.
Llegó a estar mucho más deteriorada
En el año 2000 fue adquirida por el Ayuntamiento de Zaragoza
y catalogada como Bien de Interés Cultural en 2002. La rehabilitación comenzó
poco después y fue un proceso muy laborioso y cuidado que terminó en el año
2006. Todo el mobiliario original de la casa se había perdido y también las
pinturas y el retablo del oratorio; las vidrieras fabricadas por La Veneciana han
sido sustituidas por simples cristales.
Detalle del techo del despacho
Techo de la escalera principal
En cuanto a la decoración exterior, se perdió parte del
recubrimiento del mosaico de las columnas y también de las cenefas ornamentales
pero en lugar de reproducir las teselas se optó por pintarlas. Se conserva una única
bola ornamental original amosaicada.
Fachada interior
Durante los últimos años después de la rehabilitación ha
estado ocupada por el Secretariado del Agua de Naciones Unidas y, nuevamente
desocupada hasta encontrar un nuevo uso, el Ayuntamiento de Zaragoza ha organizado visitas guiadas, todos los sábados.
Suelo a punto de cruz
Juan Solans y Rafaela Aísa eran originarios de Farasdués, en las Cinco Villas y allí tenían tierras de cultivo destinadas al cereal. Cuando decidieron trasladarse a Zaragoza, fue para ampliar su negocio y fundar una harinera, La Nueva Harinera, en lo que fue el primer polígono industrial de Zaragoza y cerca de su negocio decidieron construir también su vivienda rodeada de amplios jardines que hoy ya no existen.
Oratorio
El edificio se puede considerar de estilo ecléctico. Si bien
en su ornamentación exterior es modernista, en el interior se aprecian techos
de escayola de inspiración en el renacimiento y el mudéjar aragoneses. Tiene
tres plantas. La planta baja estaba dedicada al trabajo, tanto del servicio
como del señor de la casa y también a la zona de estar, el salón y el comedor
principales. En la primera planta, los dormitorios de invitados y principal,
salas de estar, el oratorio y una pequeña terraza. Además, el dormitorio
principal tenía incorporado un baño completo. La última planta, actualmente
está diáfana, pero en su momento tenía los dormitorios y las dependencias del
servicio que incluían también un baño por cada dos dormitorios. Paradójicamente el dormitorio de invitados es bastante pequeño y no quedan vestigios de que tuviera un baño exclusivo. A la planta del servicio no pudimos subir.
Última planta
Como ya he dicho el mobiliario se ha perdido, pero todavía quedan
detalles en el interior de la casa, muestra de su esplendor. Aunque se pensó como
vivienda habitual Juan Solans murió antes de ocuparla y parece que su viuda
decidió entonces decorarla a su gusto. Es posible que a la señora le gustase
mucho la costura y el bordado porque los suelos tienen esa apariencia. Parecen plantillas
de flores para bordar a cruceta. También el muro de la fachada principal donde se representan cuatro de los
doce signos del zodíaco es una maravilla.
Fachada principal
Durante muchos años se la conoció como la Casa de los
Azulejos. Y aunque al principio la señora Aísa no quería ocuparla, prefería
vivir en el Paseo de Sagasta, al final la ocupó hasta su muerte, en 1965. No se permite hacer fotos en el interior de la vivienda, así que espero que editen un libro con la historia de la restauración.
Detalle del zodíaco
Recientemente visité la exposición del Centro de Historias sobre Simón Loscertales Bona y su pasión por el mobiliario. No me parece que la Casa Solans fuese un mal sitio para instalar un pequeño museo dedicado a los muebles-joya de Loscertales. Ahí lo dejo.
Dulcinea fue dirigida
por Vicente Escrivá en 1962. Está basada en una obra teatral de Gaston Baty, un
escritor francés muy influido por el expresionismo y conocido por haber
adaptado la novela Madame Bovary al
teatro.
Vicente Escrivá trabajó como guionista y director y en sus
últimos años también creó alguna serie de televisión. Fue guionista de muchas
películas entre las que destacan Agustina de
Aragón y también de La leona de
Castilla, ese tipo de superproducciones históricas de CIFESA, que tanto
éxito tenían en los años 1950. Pero esta película se sale de ese estilo. No es
heroica ni mucho menos complaciente con el espectador.
Aldonza y el ventero
Basándose en los personajes del Quijote el autor, y
posteriormente el director, imaginan la vida de una mujer, una “moza del
partido”. Una moza del partido o moza de fortuna (en este caso de mala fortuna)
era, en el siglo XVI una prostituta callejera. Una pobre mujer, posiblemente
abandonada al nacer, que no tenía donde caerse muerta.
Por caridad (esa
repugnante y abusiva caridad revestida de engreimiento) se permitía a estas
mujeres trabajar en las ventas, como criadas y como putas. Aldonza es una de estas
mujeres, deslomada de acarrear agua y explotada por su ventero durante todo el
día y molida a golpes por los puteros por la noche. Es una joven hermosa y muy
devota de la virgen, aunque, por caridad, también le esté prohibido entrar a la
iglesia.
En la venta donde trabaja, todos hablan del caballero don
Quijote. Incluso unos títeres representan sus historias. Aldonza se refugia en
la fantasía de justicia que el caballero representa. Como Cervantes escribe,
Sancho había salido en busca de Dulcinea para entregarle una carta de don
Quijote. Una carta hermosa en la cual empieza llamándola Dulcísima señora, esperanza de mi herido corazón. Nadie podría
negarse a una carta así. Como Sancho no sabe quién es Dulcinea o quizá porque es
un vago redomado, entrega la carta a la primera mujer joven y hermosa que ve. La apaleada Aldonza recibe la carta como una señal de cambio en su vida que le impulsa a salir en busca del
caballero.
Sancho ve a Aldonza y la convierte en Dulcinea
En esa búsqueda vivirá su propia aventura, trágica y amarga. Se encuentra
con personajes tan miserables como ella y tan acostumbrados a sufrir el abuso
como ella y por esto, terminará por creer que su tarea es redimir a los
humillados, a los enfermos y a los mendigos, aunque éstos pretendan también
abusar de ella, y combatir las injusticias como hizo don Quijote. A partir de
aquí la película recuerda a Viridiana
de Buñuel y El proceso de Juana de Arco de
Robert Bresson. La fotografía en blanco y negro, muy contrastada, expresa toda
la dureza del paisaje inhóspito de la Mancha.
Es una película muy interesante que supongo se revalorizará
con el tiempo porque en su momento no tuvo mucho éxito. Yo la vi en la
Filmoteca de Zaragoza, programada en el ciclo dedicado a Cervantes y a
Shakespeare, por el cuarto centenario. Como curiosidad la actriz que interpreta
a Dulcinea es Millie Perkins, famosa por haber encarnado también a otra heroína
trágica, Ana Frank.
Dirección: Vicente Escrivá
Guion: Vicente Escrivá y Ramón Faraldo
Música: Giovanni Fusco
Fotografía: Godofredo Pacheco
Intérprete: Millie Perkins, Folco Lulli, Walter Santesso, Vittoria Prada, Pepe Rubio, Antonio Ferrandis.
He leído en alguna crítica que el cine de Agustí Villaronga
es cine de almas ennegrecidas. Y está
muy bien definido así. Porque no es que el director se regodee en las miserias
humanas ni que postule sobre la maldad intrínseca del ser humano sino que sitúa a
sus personajes en situaciones miserables y aprovecha para que observemos sus
comportamientos y si queremos les entendamos o no.
Así lo hacía también en Pan
negro, donde elegía como situación miserable la Posguerra Civil, pero sin
tratarla como una historia política o de soldados perdedores y de represión
sino una historia más cercana a una miseria moral más antigua y permanente que,
en condiciones normales no se ve pero que se sigue desarrollando, como una corriente
subterránea e imperceptible que, en situaciones miserables, sale a la luz con
toda su potencia y vigor.
Las películas, como cualquier otra obra de creación, tienen
distintos niveles de lectura e interpretación. En Incierta gloria, ambientada en la retaguardia del Frente de Aragón
casi al final de la Guerra Civil, el hilo conductor de todos los niveles
simbólicos es el de la decrepitud. El director ha retratado esta decrepitud de
una forma muy poética y macabra: en un edificio en ruinas se reúnen para tomar
el té, el café o el chocolate, los cadáveres tal y como fueron enterrados,
vestidos con sus mejores galas. Eso sí, cadáveres de la gente importante, al
resto lo llevan a las buitreras.
También hay decrepitud en las relaciones entre los tres
personajes jóvenes. Son relaciones de amistad y amor marcadas por el fin, pero
ninguno de los protagonistas se atreve a decirlo claro. Es un triángulo amoroso
que se mantiene porque los intervinientes no quieren reconocerse a sí mismos
que todo ha terminado. El ideal del amor, el ideal de la amistad y el ideal de
una revolución política, todo está a punto de convertirse en cenizas, como
las imágenes de santos quemadas por los anarquistas en las
plazas. Estos tres jóvenes, dos hombres y una mujer, que se conocen
desde niños, que han estudiado juntos y que deseaban hacer la revolución
juntos, no podían imaginar su fracaso vital absoluto.
Lluis y Trini decidieron tener un hijo y no casarse, pero
Lluis hace tiempo que ya no siente nada por Trini. Se esconde en la guerra y
así no tiene que enfrentarse a decírselo a ella. Juli, amigo de la infancia y
compañero de estudios de Lluis, ama a Trini desde siempre, pero su amor hacia
Lluis le impide confesárselo. Los tres viven sus disimulos y mentiras. En el
fondo, aunque se crean unos revolucionarios, son personajes limitados por su
mentalidad pequeñoburguesa, sus frustraciones y su vida antes de la guerra,
relativamente cómoda. Juli es el personaje más excesivo y pasional, nihilista y
por eso mismo antipático y egoísta, que parece que ha llegado ya a su límite. Es capaz de besar
un cadáver pero incapaz de suicidarse. Por el contrario, Lluis se muestra más pasivo y va
donde le dicen que tiene que ir y hace lo que le dicen que tiene que hacer.
Trini es un personaje más convencional; a pesar de su matiz
revolucionario actúa como una esposa y madre abnegada que, incluso, ha decidido
bautizarse. Quizá porque como mujer, es secundaria en la vida de los dos
hombres que, de alguna manera, se la disputan o quizá porque sus problemas de
pequeñoburguesa desaparecen al enfrentarse a los problemas y abusos sufridos
por las mujeres pobres. En la película queda ensombrecida por dos personajes
femeninos mucho más radicales y potentes y que nunca se comportan con ella como si
fueran sus rivales: Olegaria y la Carlana.
Luisa Gavasa interpreta a Olegaria. La mujer del pueblo,
acostumbrada a sufrir y a rezar; la sabiduría de quien sabe que las cosas no
cambian nunca porque quienes son incapaces de cambiar son los seres humanos. Es
el pensamiento mágico y la costumbre por encima de la lógica y el cambio. Es la
personificación del pueblo a quien iba destinada una revolución pensada por
burgueses en las ciudades. Ofrece refugio a quien lo pide, sin preguntar nada.
Pero el personaje estrella de la película es la Carlana,
interpretada por Núria Prims. Desde mi punto de vista, es un personaje
fascinante y no bien entendido por parte de los hombres. Por las críticas que
he leído, la comparan siempre con una inmensa araña negra devorahombres, una gran diosa oscura que corta los hilos de la vida según su conveniencia y así se ve representada también visualmente en la
película. Algunos críticos, amablemente, disculpan su actitud y su
comportamiento de araña porque están inspirados por su lucha por la supervivencia.
Olivella, la Carlana, es la mujer pobre apaleada, explotada
y violada desde niña. Primero por el borracho de su padre y después por el
señorito del pueblo que le hace dos bastardos y que termina asesinado por los
anarquistas. La Carlana no tiene ninguna intención de atraer a los hombres a la perdición. Son
los hombres, también los pequeñorevolucionarios con sus pequeños problemas de
conciencia, los que se acercan para seguir aprovechándose de ella o para morir
en el intento. Aunque, esta vez, la turbulencia de la guerra será beneficiosa
para ella y para sus hijos y la Carlana jugará inteligentemente sus cartas: de
ser la querida del cacique pasará a ser la señora del castillo. Por esto yo no veo a
la Carlana como una voraz y vengativa mantis religiosa sino como un animal más noble y
luchador. Una leona que defiende a sus cachorros.
Esta película es adaptación de la novela de Joan Sales del
mismo nombre, considerada un clásico en la literatura catalana. Es una novela
muy extensa que me leeré el próximo verano y recomiendo la película sin dudarlo,
además por los secundarios de lujo: Terele Pávez, Fernando Esteso y Juan Diego.
Dirección: Agustín Villaronga
Guion: Agustí Villaronga y Corral Cruz (Novela de Joan Sales)