miércoles, 27 de abril de 2022

Novela: Tres luces de Claire Keegan (2010)

La autora.-

Claire Keegan es una destacada escritora de cuentos irlandesa. Otras obras suyas: los libros de relatos Antártida y Recorre los campos azules y su última novela Pequeñas cosas como esas. 


Mi opinión.-
Habría que analizar esta novela desde dos puntos de vista diferentes pero complementarios. Por una parte, me ha decepcionado porque es una novela que crea expectativas de un gran misterio y luego no las cumple. Pero, por otra parte, es una microhistoria con un cierto interés. Para mí no mucho interés.

Es la Irlanda rural, es la Irlanda católica, es la Irlanda pobre, es la Irlanda de siempre. A mí, sinceramente me cansa esta ambientación. En un momento determinado, una familia pobre, con muchos hijos decide “prestar” a una de sus hijas a una familia menos pobre y que no tiene hijos. La niña, sin ninguna capacidad de decisión, puede entonces comparar la vida en su casa donde todo es trabajo con su otra vida en una casa “donde hay tiempo para pensar”. Este “préstamo” será temporal hasta que la madre dé a luz a un nuevo bebé. Así la niña se convierte en moneda de cambio y ni siquiera lo sabe.

Además de no entenderlo cuando ya empieza a adaptarse a la nueva vida tiene que volver con su familia de origen y, sensatamente, decide que esa vuelta se produzca cuanto antes para que se termine pronto el sueño, las cosas compradas, los libros, el cepillo, la ropa, el jabón, los lujos que su “segunda familia” ha podido darle. Mejor olvidar cuanto antes la suavidad de esta nueva familia, frente a la aspereza que le espera en su hogar.

Decía que existe una trama de misterio que se concentra en la muerte del único hijo de la familia menos pobre; pero este misterio se diluye sin apenas tener repercusión en la trama principal. Lo cual resulta decepcionante. También es cierto que la novela podría considerarse un relato largo y que no existe espacio para desarrollar más este misterio. El final de la novela queda abierto y resulta un poco tramposo y que te coloca en la posición de la niña, con un poso de tristeza por no ser capaz de comprender la situación.

Reconozco la habilidad de la autora para presentar el mundo a través de una niña pequeña, la elegancia a la hora de describir cómo ella es la protagonista pasiva de una nueva experiencia que no comprende y que podría resultar aterradora pero que, por una vez, no lo es. Pero por otra parte, resulta difícil de creer que una niña pequeña se exprese con tanta profundidad. No sé si la recomendaría o no. Quizá para entusiastas del mundo rural irlandés desde una perspectiva intimista, no sé.

Por otra parte, a mí me distrae mucho de la lectura el hecho de que el traductor de la obra haya sido argentino porque introduce palabras no habituales en el castellano de España. Es enriquecedor pero a mí me distrae. Esta edición, no obstante, tiene a su favor que el mismo traductor introduce notas a pie de página explicando conceptos ajenos al lector o lectora castellanoparlante.


Claire Keegan
Tres luces
Trad. Jorge Fondebrider
Eterna Cadencia Editora




Novela: Los cuerpos extraños de Lorenzo Silva (2014)

El autor.-
Lorenzo Silva estudio derecho y ejerció como abogado durante bastantes años. Sin embargo, su vocación literaria terminó ganando. Ha escrito principalmente novela, pero también poesía, algún ensayo y un par de libros de viajes. También ha sido guionista de cine y colabora habitualmente en la prensa. De la serie de Bevilacqua y Chamorro lleva ya escritas doce novelas; bueno dos son libros de relatos. Otras obras suyas: Historia del Marruecos español, Del Rif al Yebala. Viaje al sueño y la pesadilla de Marruecos, Trilogía de Getafe. 

Mi opinión.-
Esta vez es Chamorro la que tiene una importante crisis existencial y emocional y allí estará Vila para ayudarla (poco, porque poco se puede hacer). Lamentablemente no puede más que escucharla cuando ella quiera hablar y sentirse el hombre más inútil del mundo. Y esto es lo que más me gusta de Vila, que no tiene problemas para reconocerse como tal. Además Vila, por primera vez, nos confiesa una relación sentimental que mantiene con Carolina Perea, creo que es la jueza que conoció en La reina sin espejo. Una relación que tampoco terminará bien, aunque yo espero que la recupere en alguna de las novelas pendientes. Así es el amor a los cincuenta: “…los dos llevábamos el suficiente camino a las espaldas y éramos conscientes del menguante que teníamos por delante para atascarnos en una situación en la que sentíamos que las cosas no funcionaban como debieran”. Pero, ¿cómo deben de funcionar las cosas en una relación?

Es cierto que no es una relación muy romántica y eso está muy bien porque cumple otra función mucho más importante: “restituía por un instante nuestra fe en el género humano”. Yo creo que esa es la razón más romántica que pueda existir en el mundo, ¿no? Al fin y al cabo es algo que te hace seguir siendo humano para volver a confiar en la gente. Además, Carolina me gusta porque está de acuerdo conmigo en que Vila es un Quijote. Y Vila termina llamándola Dulcinea (página 43). Y para que no nos quepa ninguna duda de su querencia por los caballeros y las causas perdidas, esta vez Vila pinta un caballero templario, otro caído en desgracia. ¿Debería Lorenzo Silva dar una oportunidad a esta relación? Yo creo que sí.

Bueno, en esta novela aparece el cadáver de una joven alcaldesa de una localidad de la costa. Y esta vez los jefes de Vila y Chamorro están intranquilos, muy intranquilos, porque el asunto alcanza a autoridades políticas de alto rango. En realidad, la tesis de la novela es que parece que no puede terminarse de ninguna manera con el caciquismo. La víctima es medio española y medio danesa y está harta de los españoles. De un marido débil, de una suegra demasiado invasiva, de su pequeña hija que le exige demasiada atención, de sus compañeros de partido (corruptos por herencia), de los rivales políticos (corruptos por elección), de los empresarios (corruptos por costumbre). No sabemos si las ganas de regeneración de la alcaldesa surgen de su mitad danesa o de su juventud, pero sí que podemos intuir que otros muchos las han tenido y que al llegar al poder esas ganas se han frustrado. Ya sea porque llegan mayores al poder o porque les puede la inercia o porque, real y lamentablemente, no se puede actuar de otra manera.

De todas maneras no hay que olvidar que todo lo que nos pasa es porque “…los humanos somos animales gobernados por nuestras emociones” y esas emociones también se heredan. Y sobre todo se hereda el miedo; el miedo a no tener, el miedo a la precariedad y la pobreza y es posible que ese miedo inspire la codicia y la corrupción y también la actuación de los caciques para seguir siéndolo y de quienes aspiran a llegar a serlo. Y todo esto sí que está profundamente enraizado dentro del ser humano. Por eso, la alcaldesa que nunca había sentido ese miedo, es expulsada como si fuese un cuerpo extraño a esa dinámica secular.

 

Serie Bevilacqua y Chamorro:

El lejano país de los estanques, 1998. Premio Ojo crítico
El alquimista impaciente, 2000. Premio Nadal
La niebla y la doncella, 2002
Nadie vale más que otro, 2004. Relatos
La reina sin espejo, 2005
La estrategia del agua, 2010
La marca del meridiano, 2012. Premio Planeta
Los cuerpos extraños, 2014
Donde los escorpiones, 2016
Tantos lobos, 2017. Relatos
Lejos del corazón, 2018
El mal de Corcira, 2020


Los cuerpos extraños
Lorenzo Silva
Destino

miércoles, 20 de abril de 2022

Novela: Estado del malestar de Nina Lykke (2019)

La autora.-
Nina Lykke es una de las escritoras noruegas actuales más importantes. Su primera obra se publicó en 2010 y desde entonces ha obtenido el reconocimiento unánime de la crítica hasta conseguir en 2019 el Premio Brage por Estado del malestar, galardón literario más importante en Noruega. Otras obras suyas que todavía no han sido traducidas al castellano: Orgía y otras historias, Descomposición, No, cien veces no. 

Mi opinión.-
Me ha encantado esta novela que, en cierto sentido, recuerda a Despojos de Rachel Cusk, sobre todo por su capacidad de autoanálisis crítico, tanto individual como colectivo. Desde luego, la sociedad noruega no sale muy bien parada.

Podíamos decir que hay tres esferas narrativas interconectadas. En primer lugar, Elin es médica de atención primaria y describe su trabajo minuciosamente haciendo especial hincapié en las visitas de algunos de sus pacientes que creo que podríamos empezar a llamarlos im-pacientes. Hombres y mujeres de todas las edades y con todo tipo de malestares, a veces ñoños y a veces justificados, pero que tienen algo en común. Creen que han venido a vivir al mundo de PinyPon, donde todo debería ser perfecto. Los calvos no entienden por qué son calvos y no reciben bien las explicaciones por parte de la médica; los gordos no quieren ser gordos pero tampoco quieren dejar de comer o hacer más ejercicio y no quieren tampoco que una simple médica se lo recuerde; y los incel, los que no ligan y van al médico para que les derive a un psicólogo, a quien tratarán de convencer de que las mujeres guapas se equivocan al no querer ligar con ellos (egolatría machista, podríamos llamar a este síntoma). También están los que no se duchan y huelen mal o los que no quieren superar sus malestares sino que alguien les haga casito durante un rato. En fin, pasan por su consulta toda una galería de personajes insatisfechos y poco dados a la frustración, que prefieren un pastillazo a tomar decisiones drásticas con su vida, como divorciarse o afiliarse a un sindicato si tienen problemas laborales y que son incapaces de agradecer haber nacido en un país europeo, con un alto grado de bienestar y en tiempo de paz. Y ella es implacable con estos im-pacientes. Yo también lo sería.

Después nos enfrentamos a la crítica de un modelo social escrupulosamente buenista progre y rotundamente artificioso y ortopédico para el que la autora tampoco ahorra comentarios mordaces e, incluso, ofensivos. Elin vive en Grenda, un barrio de clase alta y media-alta, con jardines puntualmente desaliñados, una cierta pasión por los superalimentos, el deporte no profesional y la aceptación de las diversidades más diversas. Donde todas las minorías son bienvenidas, respetadas y admiradas y donde, únicamente, los noruegos blancos y de clase media o que no muestren un grado aceptable de inclusión y tolerancia puedan ser ridiculizados, criticados y arrinconados. No olvidemos que en 2016 (creo) un colegio noruego prohibió cantar villancicos en Navidad para no ofender a los no cristianos y que este año, 2021, la Comisión Europea recomendaba felicitar las fiestas en lugar de felicitar la navidad. Este tipo de ñoñerías nivel buenismobien, que buscan hostigar constantemente la culpabilidad actual de una todavía mayoría de la población a causa de un pasado histórico que hoy consideramos abusivo pero ayer no, es algo que me aburre profundamente. Y a la autora también.

Pero en la tercera esfera narrativa todo se complica porque nos enfrentamos a la la vida de la protagonista. Ya he dicho que Elin es una médica de atención primaria. Está casada, tiene unos 50 años y dos hijas ya independizadas. También tiene una considerable dependencia del alcohol, concretamente del vino. Algo que en España, a mí por lo menos, me resulta extraño y curioso, porque aquí somos lo que se llama bebedores sociales y consideramos el vino más un complemento de las comidas que una droga per se. Siguiendo con la novela, su adicción nos da una pista de su insatisfacción vital. Una insatisfacción que ella no ha reconocido todavía y que trata de paliar con ese nuevo juguete que nos acosa desde todos los frentes desde hace unos años. Las redes sociales. Como juego contacta con un antiguo amor y como consecuencia su vida se desbarata. Pero lo extraordinario es que ella también empieza a comportarse como sus im-pacientes, es decir, de una manera puramente emocional y errática, fuera de todas las coordenadas racionales de su vida anterior.

Así que, ante su malestar y al igual que sus im-pacientes, también Elin es incapaz de tomar decisiones y ha buscado toda su vida una evasión momentánea a base de alcohol. No ha querido enfrentarse a la rutina de su matrimonio con un hombre pasivo porque le ofrece seguridad y respetabilidad social; tampoco al abandono de sus hijas porque ella también fue una niña abandonada. Además, se ha visto arrollada por un adulterio con un hombre también bastante pasivo que ni siquiera, por pereza e inapetencia, había buscado. Todo esto, ¿no hace de Elin una mujer pasiva? Yo creo que sí. Pero la gran diferencia entre Elin y sus pacientes es que ella sabe que su malestar no tiene cura en una consulta médica, aunque temporalmente acabe viviendo allí y recibiendo los consejos de Tore. Novela muy recomendable.


Nina Lykke
Estado del malestar
Gatopardo ediciones
Traducción de Ana Flecha Marco


miércoles, 13 de abril de 2022

Novela: Los Divinos de Laura Restrepo (2017)

La autora.-
Laura Restrepo es una escritora colombiana consolidada que ha publicado regularmente desde los años 1980. Es profesora emérita de la Universidad de Cornell en Estados Unidos. Además de sus exitosas novelas ha escrito también ensayos y artículos periodísticos. Considerada una intelectual de izquierdas ha colaborado activamente en política teniendo un papel destacado en el proceso de negociación con la guerrilla en los años 1980. Otras obras suyas: La novia oscura, Delirio, Demasiados héroes

Mi opinión.-
Hace unos pocos años se produjo en Colombia un crimen especialmente aberrante. La sociedad, después de años de guerra civil, conflicto armado y terrorismo estatal y guerrillero, pensaba que ya había vivido bastante violencia pero se vio sorprendida por el rapto, violación y asesinato de una niña indígena perpetrado por un hombre joven, blanco y de la alta sociedad bogotana. Laura Restrepo no dejó pasar esta oportunidad y, casi casi de un tirón, escribió esta novela.

En esta novela sorprenden, fundamentalmente, dos cosas. El lenguaje utilizado y, en segundo lugar, el punto de vista de la narración. A mí, por lo menos, es lo que más me ha sorprendido.

La autora se ha esforzado por incluir en la narración un lenguaje coloquial pero muy medido. De manera que, a pesar de no estar al corriente de los giros propiamente colombianos, ningún lector o lectora hispanohablantes se pierda. Pero además, varios de los personajes hacen continuas referencias a obras de la literatura clásica, en un lenguaje muy culto, propio de su clase social y de haber tenido la oportunidad de cursar estudios superiores. El ensamblaje entre esas dos esferas es tan preciso que la narración no se ve nunca dificultada por el continuo paso de uno a otro. Así, la lectura resulta muy rítmica, enriquecedora e incluso, a pesar de la truculencia del caso y del tono mantenido casi de novela de misterio, muy poética.

El punto de vista de la narración es también muy sorprendente. La autora evita el punto de vista del asesino y también de la víctima y crea un narrador que puede interpretar el papel del espectador. Sin embargo, no es un narrador ni alejado de la trama ni equidistante.

En primer lugar, es un hombre. ¿Por qué una escritora feminista y comprometida con el desarrollo de la igualdad de hombres y mujeres le daría el protagonismo de su novela a un hombre en lugar de dar la relevancia que merecen a las mujeres? Yo lo tengo muy claro. Creo que es para hacer un análisis de las masculinidades, de las relaciones entre los hombres y de sus relaciones tóxicas con las mujeres. En alguna entrevista Laura Restrepo ha reconocido que el caso de la manada de sanfermines le afectó mucho. Además, el narrador es un amigo del asesino y un amigo a quien se le va a pedir que encubra el asesinato.

En la infancia se fraguó la amistad entre cinco hombres de clase social alta que asistían al mismo liceo. Una amistad que han sabido mantener a pesar de estar al borde de los 40 años. Parece, con este dato, que no han querido crecer. Son los divinos: Muñeco, el Duque, Tarabeo, el Píldora y Hobbit. Cada uno de ellos tiene sus frustraciones, sus complejos y, a pesar de sus diferencias y rencores, desempeñará un papel en esta trama, un papel significativo y dirigido a proteger al asesino y salvar las apariencias de una clase social que parece estar en descomposición. Los dos extremos de esta conexión son Muñeco, el asesino, y Hobbit, el narrador confesional de la historia. Los otros tres, en mayor o menor medida, intentan ayudar a Muñeco y Hobbit también lo hubiese hecho si no hubiera sido por su hermana. Estas cinco masculinidades, a pesar de sus evidentes diferencias, mantienen una fraternidad oscura y tenebrosa, incapaz de empatizar con el que sufre, sin valores y, esperemos, con un futuro corto. Sólo el Píldora tendrá problemas de conciencia.

En esta novela se puede considerar una lectura simbólica en la que la Niña sería la tierra o la sociedad colombianas y los divinos serían esos representantes de la clase alta, podrida de tanto abusar de todos los demás. Pero a mí me ha interesado mucho más una lectura crítica sobre las masculinidades desde el feminismo. Y es que ninguno de los cinco divinos se salva respecto a sus relaciones con las mujeres. El asesino va incrementando su nivel de violencia respecto a las mujeres pero el resto apenas las toma en consideración. Para los divinos las mujeres son meros objetos de disfrute sexual, trofeos para enseñar, esposas legítimas para engendrar herederos o madres a las que soportar. Ni siquiera Hobbit que vive escondido, rodeado de sus libros y rechazando la mayoría de contacto humano, es capaz de mantener una relación igualitaria con ninguna mujer.

Si algo se le puede reprochar a esta novela es la falta del punto de vista del asesino, al fin y al cabo, sólo sabemos de él lo que los demás cuentan. Entiendo que ha sido una decisión consciente de la autora pero, al mismo tiempo, no me gusta la idea única de que la sociedad crea monstruos. La violencia social tiene que encontrar un terreno psicológico idóneo para poder germinar. Creo yo. Una novela muy interesante y una autora para seguir de cerca.


Laura Restrepo
Los divinos
Ed. Alfaguara


miércoles, 6 de abril de 2022

Novela: Insolación de Emilia Pardo Bazán (1889)

La autora.-

Emilia Pardo Bazán, condesa de Pardo Bazán, nació en 1851. Fue educada en un colegio francés y podía leer también en inglés. Viajó por toda Europa frecuentemente. Estuvo muy interesada por la novela naturalista, aunque los especialistas prefieren encuadrarla dentro del movimiento literario realista. Cuando su marido le exigió que dejase de escribir, ella decidió separarse de su marido, aunque siempre se tuvieron un gran respeto. No fue una mala opción. Luchadora por la educación e independencia de las mujeres. Otras obras: Los Pazos de Ulloa, La Tribuna, La madre naturaleza, Memorias de un solterón. Escribió también ensayos, libros de viajes, biografías y una abundante obra periodística. Quedan también publicadas algunas de las cartas que escribió a Benito Pérez Galdós, Miquiño mío. Murió en 1921 y con motivo de este centenario se hizo una exposición en la Biblioteca Nacional. 

Mi opinión.-
Insolación es uno de los libros que más me ha gustado últimamente, aunque a algunos, incluido Leopoldo Alas “Clarín” les parezca un mero folletín. A mí me parece una novela de crecimiento. Asís Taboada, la protagonista, se descubre a sí misma. Es una joven viuda y rica de finales del siglo XIX que viaja frecuentemente entre Madrid y Galicia. La casaron, de adolescente, con uno de sus tíos lejanos, cincuentón que murió hace unos años. Tiene un entorno familiar y de amistades saneado y estable y visita frecuentemente la iglesia y a sus tías  solteras. Y no espera nada más de la vida.

Sin embargo, en una soirée se encuentra con Pacheco, un joven andaluz que, como personaje, parece de cartón piedra. La autora se esmera en anotar cuidadosamente su manera andaluza de hablar, con su sonoridad y sus modismos. Algo que a mí me parece que chirría. Por lo demás, es alegre, un seductor un poco sinvergonzón pero, al mismo tiempo, un completo caballero que cae completamente enamorado de Asís y que la anima a disfrutar de la vida.

La novela podría narra un triángulo amoroso pero la autora ha querido ser mucho más original y lo ha conseguido. Sin embargo, hay otro personaje que merece también su atención. Es Pardo, un personaje que aparece también en Los Pazos de Ulloa y La madre naturaleza. También gallego como Asís y que se encarga de poner de relieve la influencia del clima y de las costumbres, ese determinismo que obligaría a la gente a ser y a actuar de una cierta manera sin que pudiera evitarlo. Curiosamente, él también pretendió casarse con su sobrina pero no lo consiguió. Creo que eso ha creado en él un resentimiento que le hace ser un tanto hipócrita.

Emilia Pardo Bazán estructuró su novela de una manera muy inteligente. La acción comienza in media res, es decir, a mitad de la historia. Encontramos a Asís sufriendo las consecuencias de lo que ella llama insolación que no es otra cosa que una resaca monumental. Una resaca que no sólo es de vino sino también de comida, música, alegría y buen humor, incluido todo ello en un pícaro flirteo con Pacheco en la romería de San Isidro.

A partir de ahí, los primeros capítulos son un monólogo consigo misma o, mejor dicho, un diálogo con su implacable conciencia que, curiosamente, queda nombrada en masculino para remarcar que son los hombres quienes crean las normas sociales que limitan, especialmente, a las mujeres. La dama se sorprende de las reacciones que ha tenido. Nunca se hubiera imaginado ir a una romería que un prácticamente desconocido. Nunca se hubiera imaginado quebrantar de esa manera las normas del decoro y la buena educación, ni haber comprometido su posición como viuda, madre de una hija. Aunque Pacheco no le ha resultado desagradable ni siquiera se le pasa por la imaginación que pudiera entablar una relación con él. Como viuda de treinta y tantos años ha entrado ya en la zona de invisibilidad para los amoríos.

Hay dos escenas muy interesantes que ponen de manifiesto el buen hacer de Emilia Pardo Bazán como escritora. La primera es la escena de la borrachera que sufre Asís en la romería, donde la Pardo Bazán consigue traducir en palabras esa sensación de mareo y vértigo, asemejándola a un viaje en barco en un mar tempestuoso. La segunda es la del baño, en la que se describe con todo lujo de detalles cómo Asís intenta olvidar su desliz y restablecer su honor lavando con minuciosidad todo su cuerpo. Hay que decir que la novela fue considerada un escándalo en su época, aunque hoy resulta bastante blanca y con un final feliz y honorable. Leopoldo Alas "clarín" fue un crítico feroz que parecía tener una inquina personal contra la Pardo Bazán y consideraba esta novela como "encajes de telarañas" o que la autora "toma por materia literaria lo que no lo es" una "boutade pseudoerótica" o una "fábula agradable y picante". Tampoco se cortaba un pelo en considerar a Asís Taboada una "jamona atrasada de caricias". En fin. 

Si hay algo que no me ha gustado es, precisamente, ese final. No porque sea un final feliz sino porque es bastante apresurado. Y es algo que no es la primera vez que me pasa. En Memorias de un solterón también el final era algo folletinesco y en Tristana de Pérez Galdós también parece que el autor tuviera prisa por terminar. Como si se le terminase el papel o algo así.

A mí me parece que entre los personajes de Tristana y esta Asís de Insolación puede establecerse una continuidad. A pesar de sus evidentes diferencias, Tristana y Asís casi podrían ser diferentes edades de la misma mujer. Ambas casadas en la adolescencia con viejos. Ninguna de ellas ha podido decidir por sí misma. Tristana tiene apenas 20 años cuando empieza su novela y Asís más de 30. Me gustaría pensar que cuando Tristana tenga 30 y posiblemente ya sea viuda, podría descubrirse a sí misma como hizo Asís. Yo espero que sí, entre otras cosas, porque Tristana termina donde empieza Insolación, en una iglesia. Quizá ambas mujeres se conozcan allí, lleguen a intimar y el ejemplo de Asís sirva para despertar definitivamente a Tristana. Sororidad, aunque no se puede decir que la novela sea un alegato feminista sí que lo es en cuanto que una mujer asume el protagonismo en su propia vida. 

La novela es muy recomendable. Sobre todo en la edición de Cátedra con una Introducción muy completa de Ermitas Penas Varela. 

Insolación 
Emilia Pardo Bazán
Edición de Ermitas Penas Varela
Cátedra.