jueves, 27 de junio de 2019

Cine: Los hermanos Sisters de Jacques Audiard (2019)


Desde mi punto de vista, en El hombre que mató a Liberty Valance el protagonista absoluto es el momento de cambio sociopolítico producido en el Oeste y la sustitución de una masculinidad por otra. En el momento de la expansión hacia el oeste era necesario un hombre rudo, violento y, en ocasiones, sanguinario; posteriormente, para la consolidación de las nuevas ciudades el hombre político, idealista e ilustrado será el que venza.


Algo parecido sucede en esta película en la que, además, se recrean las condiciones necesarias para mostrar la más hermosa relación de amor entre hermanos que yo recuerde.


El título podría hacer pensar a un espectador no muy informado que la película es una comedia. Pero nada más lejos. Desde los primeros fotogramas se manifiesta la brutalidad y la violencia que todavía no han sido sustituidas por un estado de derecho y por el imperio de la ley. Cualquiera, cualquiera que tenga dinero por supuesto, puede encargar a unos sicarios que ajusten cuentas por cualquier ofensa real o inventada. Incluso puede tener en nómina estable a este tipo de pistoleros.


Eso es algo que la película no cuestiona pero sí que aprovecha para presentarnos a estos pistoleros. Y según van cabalgando y buscando a su próxima víctima podremos conocer su vida presente y también su vida anterior, su infancia y algunas de las decisiones y motivos que les han llevado a ejercer esa peculiar profesión y a mostrar un cansancio y hastío infinitos.


Eli Sisters (John C. Reilly) es el hermano mayor, el que actúa y habla con más franqueza, el que quiere volver a casa, sentar la cabeza, buscar una buena chica y poner una tienda. Es el que quiere aprender a lavarse los dientes y el que muestra una compasión y ternura infinitas con su hermano pequeño Charlie. Charlie Sisters es un psicópata alcoholizado que disfruta matando. Ha heredado todos los genes y el gusto por la violencia de un padre que maltrataba a su mujer. Al mismo tiempo y contradiciendo a Freud, se odia a sí mismo por ser así y por haber matado a su padre cuando todavía era un niño. Ambos son la muestra de la masculinidad violenta que empieza a manifestar rasgos de cambio, especialmente, en la actitud de Eli y en los otros dos protagonistas.


Como antagonistas, aquéllos que defienden una masculinidad alternativa y una nueva sociedad, nos encontramos a John Morris el detective privado perseguidor (Jake Gyllenhaal), fascinado por el nuevo mundo y que escribe y reflexiona, puntualmente, sobre todo aquello que le sorprende y a Hermann Warm (Riz Ahmed), el científico idealista, que pretende crear un falansterio donde cada ser humano pueda desarrollarse en un ambiente de justicia, igualdad y libertad y que, parece transformar todo lo que toca, a las personas también. Los dos son el contrapunto utópico y minoritario dentro de ese mundo todavía violento que terminará fagocitándoles.


A mí no me acaba de convencer la intervención de estos dos personajes seguramente porque la historia de los hermanos, por sí sola, ya es muy potente. Me parece que lastran y enlentecen la acción principal que sería la reconversión y reinserción social de los hermanos. Sí que hacen patente que la fiebre del oro, la célebre Gold Rush, podía tener otras motivaciones más altruistas que no fuesen la pura necesidad o la exorbitada codicia del ser humano pero, al fin y al cabo, las personalidades contrapuestas de los hermanos ya son indicio suficiente del cambio que se está produciendo.


Como curiosidad parte del rodaje se llevó a cabo en Navarra y también en Aragón. Parece que el Valle de Zuriza o la Selva de Oza pueden reflejar correctamente el mundo salvaje y hostil del Oeste. No en vano, la acción se sitúa en 1851, en el estado de Oregón, nombre de origen español.




Dirección: Jacques Audiard
Guion: Jacques Audiard y Thomas Bidegain, sobre novela de Patrick Dewitt
Música: Alexandre Desplat
Fotografía: Benoît Debie
Intérpretes: Joaquín Phoenix, John C. Reilly, Jake Gyllenhaal, Riz Ahmed

lunes, 24 de junio de 2019

Exposición: Nancy se viste de moda española. C.C. Aragonia.


No suelo ir a los Cines Aragonia porque desde que cambiaron los trayectos de autobús municipal no tengo muy buena combinación. Si la película me interesa mucho, mucho, mucho, me molesto en hacer una tournée y coger dos autobuses y el tranvía. Eso es lo que hice el otro día y me encontré de sopetón con esta exposición.


Hace unos años Famosa, la Asociación de Creadores de Moda de España y Planeta de Agostini, lanzaron la colección Vestidos de grandes diseñadores para el modelo de Nancy clásica y el colofón de esta serie de vestido ha sido la exposición Nancy se viste de moda española. En total hay 62 muñecas de coleccionistas privados, vestidas para la ocasión y con algunos de sus complementos más codiciados y que yo nunca tuve.

Con minigabardina de Ana Locking, dispuesta a comerse el mundo

Nancy es una muñeca espectacular, aunque, en su momento, tuviera las pantorrillas un poco gordas. No podía competir con la cinturita de avispa de Barbie, pero ni falta que le hacía. Eran muñecas para niñas mayores. No eran bebés a los que hubiera que cuidar, sino jóvenes adolescentes con ansias de ver el mundo y de tener un guardarropa digno de Beyoncé. También tenía un novio (al que yo nunca soporté), Lucas y una moto. 

Con su Vespa y conjuntos setenteros

No sé por qué dejaron de fabricarla. Nació en 1968 y desde el primer momento causó sensación. Yo no tuve la mía hasta 1972. Pelirroja. Todavía la tengo y algunos de sus vestidos originales también. Cuando Planeta sacó esta colección no me lo pensé y ahora tengo un montón de vestidos que no sé dónde meter. En algún momento reorganizaré mis armarios y los de Nancy también.


También ha quedado sitio en la exposición para Selene, la amiga de Nancy venida de las estrellas. Todavía no he podido conseguir una, pero no desisto. En algún momento tendré mi Selene, con su brillante traje espacial y sus ojos que lanzaban destellos.

Algún día, algún día. Selene


En el año 1996, dejó de distribuirse y poco después empezaron las reediciones de la muñeca clásica para coleccionistas. Pero también, a mediados del año 2000, surgió una nueva Nancy, Nancy new, que aunque no tiene el atractivo de la Nancy clásica también es muy graciosa. La exposición estará hasta el 31 de julio, en el C.C. Aragonia de Zaragoza. Para nostálgicas e hijas de nostálgicas.

¿Y tú qué miras? Vestida de Francis Montesinos
No me diréis que no es chic. De Hanníbal Laguna





























También tuvo su momento hippie. Ana Locking
Los dos de Francis Montesinos


Mi Nancy también tenía los postizos, pero eran pelirrojos.























Más ochenteras pero igual de preciosas.


jueves, 20 de junio de 2019

Cine: Clara y Claire de Safy Nebbou (2019)


Las mujeres hemos sentido, yo creo que durante siglos y algunas siguen sintiéndola, una gran preocupación por el paso del tiempo y por nuestra edad. No es momento de culpabilizarnos por ello sino de asumirlo con naturalidad y considerarlo una parte del asedio, que debemos contrarrestar, que las sociedades patriarcales mantienen todavía contra las mujeres.



No obstante es difícil pensar que a la guapísima Juliette Binoche, o mejor dicho a Claire, el personaje que interpreta en esta película, su marido sea capaz de abandonarla por una veinteañera cuando es una de las cincuentañeras más interesantes que yo he visto nunca. Eso es una prueba irrefutable de que los hombres no buscan a mujeres interesantes sino que prefieren la compañía de otras mujeres más jóvenes y, quizá, más manejables.


En cualquier caso, la película se embarca en el análisis del comportamiento de una mujer culta, económicamente independiente, estimada profesionalmente, con un círculo de amigos sólido, con dos hijos preadolescentes y un amante no muy comunicativo, a quien su marido ha dejado por otra mucho más joven. Después de más de un año y aunque, aparentemente parece haber superado la separación, sin embargo la realidad es que pretende reproducir una relación de dependencia emocional con su esquivo joven amante y para ello no se le ocurre mejor idea que crear un perfil falso en Facebook. A partir de entonces Claire será también Clara, una joven guapísima y soltera de 24 años que enamora al mejor amigo del amante de Claire.


Ese será el punto de partida de un conflicto en el que Claire saldrá claramente perdedora; aunque tampoco deberíamos considerar a Claire una víctima. En ese conflicto, hay también otros daños colaterales pero, nos queda la duda, gracias a la intervención de su amante despechado, de si esos daños son reales o no. El argumento resulta un poco confuso y a veces deriva hacia un psicothriller pero a mí me interesa mucho más que la película bucee en la psique de Claire y en su fragilidad al verse abandonada por su marido. Además, no sólo abandonada, sino abandonada y sustituida por una mujer mucho más joven y mucho menos interesante. Y creo que en la palabra “sustituida” está la clave de todo lo que va a pasar después.


La juventud y la belleza han sido tradicionalmente las únicas “armas” que una mujer ha podido utilizar contra los hombres, las únicas herramientas con las que ejercer su poder (si tenía alguno). Al perder esas armas, una mujer tradicional ya no sabía qué hacer. Pero Claire tiene sus recursos y descubrirá también otra poderosa arma, su voz. Su voz y sus palabras consiguen seducir al joven amigo de su examante.


Así conocemos a Claire asistiendo a la consulta de una psiquiatra, a la que envuelve con sus palabras y su relato, tal y como ha hecho con el amigo de su examante, hasta conseguir que la psiquiatra se involucre por completo en la historia. De esta manera, la película también resulta ser un homenaje a la palabra, escrita y hablada, y a nuestro poder de fabulación, de reinventar historias para escapar del dolor o hundirnos en él. Resulta paradójico que en el siglo XXI, las relaciones establecidas a través de las redes sociales parecen recuperar las relaciones epistolares del siglo XVIII. Los tuits bien podrían ser esos pequeños mensajes que los enamorados se enviaban a escondidas en siglos anteriores.


Lo mejor de la película, sin duda, es la expresividad del rostro de Juliette Binoche. Esos ojos que traspasan emociones y las brindan al espectador con sencillez y generosidad. Han dicho del rostro de Juliette Binoche que es un paisaje y es verdad porque a veces, en esta película, ese paisaje se convierte en un campo de batalla donde Clara y Claire luchan por sobrevivir. Muy recomendable.



Dirección: Safy Nebbou
Guion: Safy Nebbou y Julie Peyr (Novela de Camille Laurens).
Música: Ibrahim Maalouf
Fotografía: Gilles Porte
Intérpretes: Juliette Binoche, Charles Berling, François Civil

lunes, 17 de junio de 2019

Exposición de Fotografía: Zaragoza en_línea_recta. Casa de los Morlanes (2019)


Por casualidad me he encontrado con una exposición de fotografía de la que no tenía referencias. Zaragoza en_línea_recta, en la Casa de los Morlanes. Muy recomendable y estará todavía hasta y 7 de julio.

Laura Calavia

La fotografía estenopeica produce, al menos a mí, una profunda reflexión sobre el ser humano. Es una fotografía fundamentalmente lenta. Por su método de trabajo sólo puede obtenerse una imagen cada vez de cada cámara porque es imposible volver a cargar la cámara a plena luz. Además, como los tiempos de exposición son elevados los objetos y seres en movimiento apenas dejan una estela de luz. Realmente te puedes dar cuenta de que estamos de paso y de que, lo que, de verdad, permanece es la solidez de la ciudad y nosotros, sus ocupantes, dejamos una leve huella. Podríamos decir que se combinan dos dificultades: la larga exposición que una fotografía estenopeica requiere y nuestra dificultad para estar quietos.

Carlos Carreter Oróñez

El procedimiento para tomar fotografías estenopeicas no puede ser más sencillo, ni más libre de artificios. Se trata de agujerear una caja estanca, ponerle un papel fotográfico y dejar pasar el tiempo. Se pueden hacer también retratos pero, sin duda, quedarán difuminados como prueba fehaciente de nuestra provisionalidad. Después se podrá dar el tratamiento que se quiera a la imagen, pero el punto de partida es fundamentalmente artesanal.


La Asociación de Fotógrafos de Zaragoza, a través de Laura Calavia, se propuso “recuperar” los procesos químicos aplicados a la fotografía, como expresión creativa tan válida como la fotografía digital. Y dentro de esta recuperación de fotografía analógica, se organizaron talleres de fotografía estenopeica para jóvenes y también para fotógrafos consolidados en los que se incluía aprender cómo hacer una cámara sin lente. Lo que a mí me ha resultado más sorprendente es que la imagen obtenida sea previsible, sea parecida a la que el fotógrafo haya pensado, que, en cierto sentido, haya un control sobre la imagen única obtenida.
Maite Pérez Pueyo


La característica principal de la fotografía estenopeica es que la única aportación técnica permitida es el cálculo mediante fórmulas establecidas de la distancia focal y el tamaño del estenopo y el cálculo del tiempo de exposición mediante tablas (pequeña aclaración: estenopo significa agujero). A partir de ahí, la creatividad es total e incluso se hace visible lo que por las prisas nos perdemos. Se vuelve a la esencia de la fotografía que era pintar con luz o mejor dicho, permitir que la luz pintase en un papel a través de un minúsculo agujero.

Anu Medina

En esta exposición se juntan varios fotógrafos, cada uno con sus temáticas, procedimientos y objetivos. Mis favoritos: Laura Calavia, Ana Cosculluela o Anu Medina. Todos ellos tienen en común reflejar la realidad presente con la lentitud del pasado. Lugares de la ciudad, tanto del centro como de la periferia; predominantemente en blanco y negro aunque también quede espacio para el color. Algunas, pocas, personas. Objetos invisibles en movimiento, adivinados por la huella de luz impresa en la imagen. El Pilar, la Romareda. Y la sensación de hacerse diminuto para poder entrar en la cámara y espiar por un agujero. 

Laura Calavia

También hay espacio para las solarigrafías que registran las estelas del sol, quedando constancia de las diferentes trayectorias del astro rey durante un tiempo concreto. Invisibles para el ojo humano.

Miguel Ángel Tremps

Aquí se puede descargar la revista de la AFZ sobre fotografía estenopeica. Y también hay un pequeño catálogo a la venta en la exposición, 4 €. 

miércoles, 12 de junio de 2019

Exposición: La Zaragoza Americana. Centro de Historias.


Casi 40 años estuvo en funcionamiento la Base Área Americana de Zaragoza. Fueron años de convivencia más o menos conflictiva. Ahora en el Centro de Historias de Zaragoza, hasta el 7 de julio, hay una exposición que recrea la vida cotidiana y la influencia de Estados Unidos y su cultura en Zaragoza. Como curiosidad hay que decir que los jóvenes zaragozanos fueron de los primeros en llevar cazadoras y gorras de béisbol.


En temporadas bastante largas la base llegó a tener unos 10.000 habitantes, sin contar con los trabajadores españoles. Era una ciudad pequeña con todos los servicios, incluida una emisora de radio que lanzaba música sin parar. Yo todavía recuerdo haberla sintonizado y su fanfarria característica, American Forces Radiooooooo! Sin olvidar tampoco la influencia en la literatura, en las maneras de relacionarnos y en el empeño constante en aprender inglés. 


Otras influencias fueron el deporte, principalmente el baloncesto, los helados y las relaciones que se establecieron entre los jóvenes militares y las chicas de Zaragoza. Yo recuerdo a una compañera de colegio que se casó con apenas 18 años con un militar estadounidense. No sé qué habrá sido de ella. Espero que le haya ido bien.


También tuve una vecina, amiga de la infancia, cuyo padre trabajaba en la base y que me daba lápices y bolígrafos, incluso un sacaminas típico americano de los de manivela. No sé qué pasó con este sacaminas pero sí que todavía conservo un lápiz de hace unos cuarenta años.


La convivencia no fue tan idílica. No hay que olvidar que Zaragoza se convirtió en objetivo para el entonces vigente Pacto de Varsovia. Por eso, cada vez más la población mostró su descontento. Yo estuve en algunas manifestaciones cuyo objetivo era cerrar la base. Al final se produjo este cierre, hace unos 25 años, pero para algunos de los jóvenes estadounidenses que vivieron allí su juventud quedó buen recuerdo. Me alegro por ellos. Aquí van algunas fotos de estos años de convivencia.







Unos se casaban allí y otros hacían cadenas humanas de rechazo.


La hamburguesería Nevada de la Plaza de San Francisco presume de haber sido la primera en servir hamburguesas al estilo americano, con la receta de un militar estadounidense.


jueves, 6 de junio de 2019

Exposición: Joyas de un patrimonio. 2011-2019. Palacio de Sástago


En el Palacio de Sástago, la Diputación Provincial de Zaragoza ha inaugurado la quinta edición de la exposición Joyas de un Patrimonio. Se trata de dar a conocer los trabajos de restauración del patrimonio cultural zaragozano, llevados a cabo mediante la colaboración de varias entidades, durante los años 2011-2019.


Son principalmente obras religiosas, aunque al definir el patrimonio en un sentido amplio, se ofrecen a la vista del visitante también carteles, documentos, libros y, esta vez, incluso una momia; en el caso de los bienes inmuebles, 36 edificios, se ha destinado una sala para albergar fotografías, planos y explicaciones audiovisuales sobre las intervenciones llevadas a cabo. Son bienes que pueden datarse desde el siglo XIII hasta el XX.


Entre los 85 bienes provenientes de 41 localidades de toda la provincia, hay algunos muy interesantes. A mí me ha resultado especialmente curioso el indicador del reloj viejo del Monasterio de Veruela que seguro que Bécquer consultaría cuando vivió allí o es muy posible que no porque durante años la tabla pintada al temple estuvo oculta por una pintura sobre tela. La pintura sobre tabla es de autor desconocido y respecto a la fecha se puede datar entre 1474 y 1479 y el San Antonio Abad, el óleo sobre lienzo de Francisco Espinosa que la cubría, está datada en 1563 (en la última línea del libro que lleva San Antonio puede verse). Supongo que a alguien se le ocurriría aprovechar la tabla como soporte del lienzo, porque las modas cambian y el antiguo reloj no  le gustaría. A mí me parece precioso.





Hay varios retablos góticos y también otros renacentistas. En el banco del retablo de Santiago el Mayor de la parroquia de Santa María de Maluenda, hay una pintura que me ha gustado mucho. Es una piedad y aunque el autor ha colocado la cabeza de Cristo muerto en una posición muy peculiar ha tenido el detalle y la delicadeza de pintarle la boca entreabierta mostrando sus dientes y unas lágrimas impetuosas que surgen de los ojos de la Virgen. En una de las calles hay una escena que no he conseguido identificar. Un personaje lanza libros a un río. Maldito sea. Es un retablo atribuido a Benito Arnaldín, de 1430-1445.




En el retablo de la Virgen de la Corona de la parroquia de Santa María la Mayor de Erla, el detalle simpático está en las cerezas que cuelgan de la oreja del niño regordete y en el puñado que la propia Virgen lleva para darle. También los ángeles músicos y cantores que rodean a la Virgen con sus alas de múltiples colores. Hay que fijarse también en la alfombra sobre la que reposa el sillón de la Virgen. Parece una cenefa de adorno y aunque yo no sabría identificar qué es lo que pone, creo que se trata de árabe, escritura cúfica. Está pintado con tanto detalle que reproduce exactamente la textura de la alfombra. Es de Tomás Giner y Arnault de Castellnou, 1465-1466.






El último de esa misma época es el de Santa María la Mayor, de la parroquia del mismo nombre de Tosos. Perteneciente al taller de Blasco de Grañén y fechado entre 1457-1458. Con las escenas de la vida de la Virgen hasta la dormición, donde vemos claramente cómo el alma se le escapa y vuela hacia su hijo.


También hay obras barrocas de las que me llama mucho la atención los cielos revestidos con nubes tan sólidas que parecen nata batida y que se abren para comunicar la eternidad y la tierra. Como ejemplo este retablo de San Joaquín, San José y el Niño Jesús, de mediados del siglo XVII de la parroquia de San Miguel Arcángel en Fuentes de Ebro.



Otra pieza muy interesante es la Divina Pastora que representa a la Virgen María, sola o con el Niño Jesús, pero siempre acompañada de su rebaño de ovejas. Pertenece a la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Badules y es atribuida a Fray Manuel Bayeu, último cuarto del siglo XVIII. Fue cartujo y un pintor muy importante en su época. Después los Bayeu quedaron oscurecidos por la genialidad de Goya, su cuñado, pero últimamente se están revalorizando de nuevo y con toda la razón. No se ve muy bien en esta pintura pero una de las ovejas que se ha alejado del rebaño y es atacada por una bestia esta balando, Ave María, y acude en su auxilio el arcángel San Miguel. 



También llama la atención este cuadro atribuido a Pedro Urzanqui de 1636 de Santo Domingo de Guzmán con la imagen orante de Luisa de Gurrea y Aragón, duquesa de Villahermosa y condesa de Luna. Y llama la atención por el detalle en la reproducción del atuendo y las joyas de la duquesa. Diamantes negros que contrastan con la palidez de su piel. Actualmente está en la parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles de Pedrola.






Paisaje rocoso con un pastor de Carlos de Haes, 1866, me ha recordado que podría haber sido cualquiera de mis bisabuelos o tatarabuelos de los que no queda memoria. Es triste. Hay muchas otras obras de las que disfrutar. En el Palacio de Sástago, Coso 44, Zaragoza; hasta el 23 de junio de 2019.