miércoles, 29 de noviembre de 2017

Cine: Alma salvaje de Jean-Marc Vallée (2014)

Alma salvaje es una biopic. Ese tipo de película que tanto gusta a los estadounidenses. Un drama de superación, perseverancia y de autoperdón. Por diversas circunstancias, Cheryl Strayed ha perdido su rumbo en la vida. Puede ser que esas circunstancias nos parezcan absolutamente normales (la muerte de su madre, el divorcio) y que la pérdida de rumbo de Cheryl se produce porque, en realidad, ella se lo ha buscado; pero hay que valorar la valentía de esta mujer al describir en su libro su decadencia con todo lujo de detalles y no maquillarla ni ahorrarnos malestares. 

Cheryl, su madre y su hermano pequeño escapan de un padre abusivo y maltratador. Pero la vida no les es fácil. Cuando no se tienen estudios superiores en Estados Unidos, el único recurso que tienen las mujeres para poder trabajar es deslomarse como camareras, limpiadoras o mucho peor, putas. Así que desde que Cheryl es adolescente, ella y su madre trabajan como camareras, al mismo tiempo que ambas terminan también sus estudios. Cheryl adora a su madre y, a pesar, de que ésta parece un poco ida, salen adelante. Cheryl se enamora y se casa con un buen hombre que la quiere. Todo va bien hasta que la madre de Cheryl enferma y muere.


Esta circunstancia que, todos vamos a vivir o ya hemos vivido en un momento de nuestra vida sin que suponga un descalabro, para Cheryl es el borde de un abismo por el que va a precipitarse. Abismo que ya podemos suponer que etapas tiene: alcohol, drogas y dejarse follar por cualquiera en cualquier callejón. Con todo ello también su matrimonio naufraga. Llegada a ese punto, sólo puede ahogarse definitivamente o volver a tomar las riendas de su vida.


Para ello, para tomar las riendas de su vida, decide repentinamente, romper con todo y empezar a caminar. Mochila, botas y todo el equipo de senderismo para iniciar la ruta PCT (Pacific Crest Trail). Será un viaje sentimental de conocimiento y de perdón.


El PCT es un sendero que recorre toda la costa oeste de Estados Unidos, más de 4000 kilómetros. Transcurre por California, Oregon y Washington; desde el nivel del mar hasta los 4000 metros de altitud; por desiertos, llanuras y alta montaña; desde la frontera de México hasta la de Canadá. Desde 1935 a 1938, diversos voluntarios recorrieron los caminos para trazar la senda y proyectar puntos de abastecimiento, pero hasta 1993 esta ruta no se consideró definitivamente terminada.


Así que una mujer joven en un momento crucial de su vida, decide emprender ese camino de redención y superación ella sola. Durante los casi 100 días que estuvo caminando le pasó de todo. Encontró varios compañeros de viaje pero sólo una compañera, aunque siguió siempre su camino sola. Tuvo miedo de los hombres que encontraba. Alguno de ellos le ofreció su ayuda desinteresadamente, otros le miraban descaradamente el culo. Se enfrentó a animales, a la falta de agua y de comida, a la suciedad, a los pies destrozados y a las quemaduras de sol y de la nieve.


En la película todo ello se va intercalando con los flashbacks sobre su vida anterior y sus llamadas telefónicas a su marido y a su hermano más que peticiones de ayuda son peticiones de perdón por su comportamiento. Sin embargo, el perdón que tendrá que ganar con su esfuerzo es el de ella misma.


Reese Witherspoon está espléndida en su papel y también ha sido la productora. Mezcla sin ninguna dificultad su aparente fragilidad con la determinación de poder volver a vivir en paz, con dignidad y respeto por sí misma. El sonido de la naturaleza y su silencio son muy importantes en esta película. Cheryl irá casi todo el camino canturreando de manera íntima y un poco confusa para ahuyentar sus fantasmas, enfrentándose con la rotundidad de una naturaleza áspera pero, en el fondo, amigable y enfrentándose también a su propia estupidez. A lo largo del viaje tendrá que aligerar su mochila, no sólo la que lleva con ella sino también la que lleva dentro de ella, cargada con cientos de cosas inservibles, inútiles y completamente prescindibles. Pero demuestra también ser una mujer inteligente eligiendo como compañero de todo el trayecto un libro. Dream of a common language de Adrienne Rich, ensayista y poetisa feminista estadounidense. Película muy recomendable. 


Director: Jean-Marc Vallée
Guion: Nick Hornby (autobiografía de Cheryl Strayed)
Fotografía: Yves Bélanger
Intérpretes: Reese Witherspoon, Laura Dern, Gaby Hoffmann.


lunes, 27 de noviembre de 2017

Novela: Un lugar pagano de Edna O'brien (1970)

La autora.-
Es, actualmente, una de las escritoras más reconocidas en lengua inglesa. También ha sido guionista de cine. Desarrolla, en sus novelas, el mundo rural irlandés donde pasó su infancia, la falta de oportunidades de las mujeres en una sociedad represiva y agobiante, dominada por hombres, religiosos o no. En el campo del ensayo ha escrito biografías de James Joyce y Lord Byron. Otras obras suyas: Las chicas del campo, La chica de los ojos verdes o Agosto es un mes diabólico. 


Mi opinión.-
Este año me he incorporado a otro club de lectura muy centrado en la literatura que ofrece el punto de vista de las mujeres sobre la vida. No sé si se le puede llamar feminista. Creo que sí. Así que he empezado una nueva serie de lecturas.


Respecto a esta novela, no hay que dejarse engañar por la portada, donde una joven dormita plácidamente en un prado rodeado de flores. Nada hay en la novela que nos recuerde esto. Al contrario, se representa con serenidad y de manera un tanto neutra pero brutal, la vida desgarrada de una niña y adolescente en la Irlanda rural de los años 1940-1950. Para reforzar esa, aparente, serenidad en la narración la autora utiliza una segunda persona, generando de esta manera bastante inquietud en la lectora (o lector). Es un “tú” que no sabemos quién es. No sabemos quién habla; no sabemos cuándo habla; no sabemos a quién habla; no sabemos por qué habla. Tampoco sabemos si es hombre o mujer. Poco a poco se van desvelando incógnitas, aunque no todas y eso contribuye a mantener el pulso de la narración, ya de por sí, bastante atrayente.


En esta novela se ve claramente la falta de oportunidades para las mujeres pobres y la diferencia con sus coetáneos varones. Siempre han existido salidas “airosas” para los hombres pobres, posibilidades para triunfar en la vida, por supuesto, ganando mucho dinero aunque fuese de manera turbia. El hecho de que esas fortunas no fuesen demasiado decentes no impedía que los hombres obtuviesen el reconocimiento que buscaban. Para las mujeres no ha sido así nunca.


Si nacían en un entorno de pobreza su única escapatoria era el matrimonio probablemente con un hombre brutal y abusivo que abusaba del alcohol para sobrellevar sus frustraciones. Otra vía de escapatoria en los países católicos era profesar como monja. No era tampoco un gran triunfo social y a menudo sólo contribuía a crear monjas resentidas y abusivas. La última vía de ascenso social era ser puta. No hace falta que enumere aquí ninguna de las “ventajas” que tenía ser puta. Para los hombres era diferente. Después de escapar de un hogar pobre, podían alcanzar el triunfo como boxeadores, toreros, gánsteres, empresarios, etc. Muchos se quedaban en el camino y los menos llegaban, es cierto, pero para las mujeres no existía ninguna de esas posibilidades.


La narración es muy fluida y muy descriptiva. En la primera parte, abruma y puede parecer una novela irlandesa más. Con sus borrachines y otros personajes no menos folclóricos y ligados al nacional-catolicismo irlandés, vistos por los ojos de una niña, pero enseguida se abre a los matices de todos los personajes y a la profundidad de los recuerdos traumáticos de la misma joven que, ni siquiera, tiene nombre. Representa así a varias generaciones de mujeres irlandesas silenciadas y pero al mismo tiempo, es un punto de inflexión y una ventana abierta a la esperanza.


Paisajes idílicos y la sempiterna influencia de la religión como arma política y como arma de control social contra las mujeres, en una novela autobiográfica y profundamente honesta escrita en 1970. Muy recomendable.


Un lugar pagano 
Edna O'Brien 

Traducción de Regina López Muñoz

Ed Errata Naturae

viernes, 24 de noviembre de 2017

Cine: La librería de Isabel Coixet (2017)

No podía dejar de ver La librería por dos razones principales. Una, me gusta mucho el cine de Isabel Coixet e intento no perderme sus películas y dos, mi sueño inalcanzable es algún día tener una librería. No me ha defraudado. 

La película es la adaptación de la novela del mismo título con tintes autobiográficos de Penelope Fitzgerald, escrita en 1976 y finalista del prestigioso Premio Booker. Coixet se ha esmerado en elaborar el guion a partir de esta novela y resulta, de alguna manera, también autobiográfica para la misma directora.



Florence Green, interpretada por Emily Mortimer, es una mujer viuda, todavía joven y atractiva, que se traslada a vivir a un pequeño pueblo de la costa inglesa, Hardborough. Con todo su esfuerzo y sus pocos ahorros decide abrir una librería en una vieja casa que ha comprado. Todo resulta muy natural, pero para un grupo de vecinos, las fuerzas vivas de la localidad, las cosas no deben de ser tan sencillas para una extraña. Así que empiezan una campaña sutil, viscosa y sibilina para destrozarle su sueño.


Y es aquí donde parece haber una similitud con los últimos meses de la vida de la directora en Cataluña. Parece ser que ha sufrido acoso porque sus ideas políticas no coinciden con las de la minoría independentista catalana. Esa minoría tan pacífica y tan ingeniosamente pasivo-agresiva.


Volviendo a la película, yo creo que se puede decir que es amargamente dulce, brillante dentro de su grisura y esperanzadora a pesar del fracaso de la librera. Todo ello con una fotografía espectacular y con unas interpretaciones muy solventes. Especialmente la interpretación de Bill Nighy, el señor Brundish, un caballero que siente que su vida en sociedad ha terminado y que lleva varios años refugiado en un caserón inhóspito rodeado de la maleza de su jardín y de la calidez de sus libros; pero que como un verdadero caballero inglés andante sigue dispuesto a arriesgar su vida por la dama en apuros.


También es de resaltar la interpretación de Patricia Clarkson. Violet Gamart es  la ricachona manipuladora y especialmente mediocre del pueblo, portadora de unos finos labios pintados de un rojo tan intenso que parecen una puñalada brutal y certera. Ella es la principal instigadora del acoso que sufre Florence. Y lo más incomprensible es que no la acosa por celos o por envidia o por necesidad; es pura maldad o lo que es peor, inercia y aburrimiento. Violet, por supuesto, sabe rodearse de quienes le van a facilitar la tarea y ellos constituyen esa galería de personajes podridos, superfluos y fracasados: el débil señor Gamart, el irónico y repulsivo señor North, su inoperante abogado y el banquero, señor CaraDePatata.



Cada uno pone su granito de arena para hacerle la vida imposible. Pero Florence es una mujer inteligente y, a pesar de su aparente fragilidad, demuestra una fuerza y un coraje que les sorprende. Al final, lo mejor que le podía pasar era dejar ese pueblo de gentuza repodrida, sobre todo porque su “heredera”, Christine, una niña adulta con una inteligencia abrumadora y autorretrato de la novelista, sabrá cómo poner a esa banda de acosadores en su sitio. Una película muy recomendable. 


Dirección y Guion: Isabel Coixet
Música: Alfonso de Vilallonga
Fotografía: Jean-Claude Larrieu
Intérpretes: Emily Mortimer, Patricia Clarkson, Bill Nighy, Honor Kneafsey, James Lance

miércoles, 22 de noviembre de 2017

Museo de Orsay. París, Agosto 2017

Se encuentra a orillas del Sena y frente al Jardín de las Tullerías. Ya he comentado en otro post, Restaurantes de París, que se trata de una antigua estación rehabilitada que, a su vez, se construyó sobre las ruinas del Palacio de Orsay, quemado en 1871, durante la Comuna.


Para la anterior estación se proyectó una fachada inspirada en el Louvre, aunque el edificio se concibió en hierro y cristal, como catedral decimonónica dedicada al culto del progreso y los viajes. Hoy, la bóveda acristalada de la galería principal es la encargada de bañar de luz las principales esculturas del museo. La rehabilitación como museo se debió a la arquitecta Gaetana Aulenti que también intervino en el Museo Nacional de Arte de Cataluña. Trató de compensar el gran volumen central de la estación, acotando espacios a distintas alturas. Durante el tiempo que la estación estuvo cerrada sirvió entre otras cosas como plató para la filmación de la película El proceso, adaptación de la novela de Kafka realizada por Orson Welles en 1962.


El museo alberga obras pertenecientes al periodo de 1848 a 1914, en diferentes formatos: escultura, pintura, arquitectura, artes decorativas y también fotografía. Si yo tuviera que destacar algo elegiría la escultura, porque en ningún otro museo que yo haya visto, las esculturas se muestran tan espectaculares. Y es por la luz tan increíble que hay. En la segunda mitad del siglo XIX, se consideró la escultura puramente ornamental, decorativa y clasicista muy del gusto burgués. Sin embargo, ciertos autores se propusieron romper con este formalismo. Rodin y Carpeaux fueron dos de ellos.

Ugolino. Carpeaux
En el museo contemplamos desde esculturas neoclásicas, con su pureza de líneas y una cierta ingenuidad, a las románticas, mucho más apasionadas y perturbadoras o las esculturas deliberadamente inacabadas de Rodin. El romanticismo en cierta manera también revisita el pasado, pero lo hace para tomar fuerza de él, no para embellecerlo, y conmover al espectador. Como hizo Vaudet en La Marsellesa. En el Museo de Orsay hay un camafeo con la misma escultura.

La Marsellesa. Vaudet. En el Arco de Triunfo

También encontramos en el museo obras de Camille Claudel. La obra de esta escultora ha quedado muy ensombrecida. Primero por haber sido amante de Rodin y después por haber sufrido la violencia de su acomodada familia que terminó por encerrarla (y olvidarse de ella) en un manicomio. De ella, me han llamado mucho la atención dos obras. L’âge mûr y Clotho.

L'âge mûr y detalles



L’âge mûr, se expuso en yeso en 1899 en el Salón de Escultura porque Claudel no tenía dinero para fundirla en bronce. La figura de un hombre anciano se abandona en la de una mujer oculta, mientras que una joven se arrodilla implorando al mismo tiempo que intenta aferrarse al hombre sin llegar a tocarlo. Las dos figuras de pie parecen envueltas en el mismo drapeado, mientras que la joven está desnuda. Se interpreta esta escultura como una imagen de la situación de abandono y humillación que vivió Claudel, después de haber mantenido una larga relación amorosa con Rodin, cuando él decidió volver con su esposa. Fue de las últimas obras de la autora.

Clotho
El torso de Clotho es anterior a L'age mûr, es de 1893. Clotho es la parca que se encarga de cortar el hilo de la vida. Aunque es la más joven de las parcas, la ha representado así como una anciana decrépita, con una expresión burlona en su cara cadavérica, los senos fláccidos y agotados, e incluso, parece tener un agujero donde debió estar el útero. Resulta repulsiva, pero es una obra muy personal, donde ya se intuye el distanciamiento respecto al estilo de Rodin.

El Pensamiento. Rodin
Sin duda, Rodin también sufrió mucho por Camille Claudel pero él no terminó sus días en un manicomio y recibió honores por su trabajo durante toda su vida. En 1880, Francia le encargó la realización de una puerta monumental, que debía representar escenas de la Divina Comedia, para el Museo de Artes Decorativas que no llegó a realizarse. Sin embargo, él siguió trabajando en ella hasta 1917 e, incluso, hay escenas de la puerta que llegaron a adquirir vida y fama propias. El Pensador, que representa a Dante, y El beso, entre ellas. La obra que puede verse en este museo es un altorrelieve en yeso.

La Puerta del Infierno. Rodin
Camille Claudel posó varias veces para Rodin. En El Pensamiento él la representó abstraída y con la mirada perdida, con el rostro perfecta y delicadamente pulido en contraste con la aspereza del mármol sin trabajar. Dejó el bloque de mármol inacabado de modo que aunque la cabeza aparece aprisionada por la materia, el pensamiento puede seguir fluyendo. Es una obra característica de la escultura simbolista, aunque algunos críticos relacionan el aspecto rugoso de las esculturas de Rodin, con la pintura impresionista.

La Puerta del Infierno. Detalle. 
Carpeaux también tiene representación en el museo. Ya lo mencioné en el post sobre la Ópera Garnier, por el escándalo que supuso su grupo escultórico sobre la danza. Garnier le encargó esta escultura en 1863. Una escultura que es movimiento vertiginoso y circular, alegría y goce de vivir. Demasiado explícita para la sociedad puritana del Segundo Imperio. Fue considerada un insulto a la moral pública. Sin embargo, se mantuvo en el emplazamiento original hasta 1964, cuando la contaminación consiguió lo que la moral escrupulosa no pudo. Hoy en la Ópera Garnier hay una copia esculpida por Belmondo. En Orsay se puede ver también su Ugolino.

La danza. Carpeaux
De Degas es otra de las esculturas más conocidas del museo, La pequeña bailarina de catorce años. Fue la única escultura que Degas expuso en vida. Incluyó en ella cabello real, zapatillas y un tutú de gasa. Degas es conocido como pintor impresionista, pero a su muerte se encontraron en su taller un buen número de esculturas. Quería modelar esculturas para impregnarse de las expresiones y poderlas aplicar después a su pintura, para dar a mis pinturas, a mis dibujos más expresión, más ardor, más vida…

Pequeña bailarina de catorce años. Degas
Mediterráneo de Aristide Maillol


La esfera celeste. Carpeaux.

Seguimos con la pintura. Esta vez, no le he prestado tanta atención, así que tendré que volver. Sin embargo, es imposible pasar por alto a la Escuela de Barbizon, Millet y Corot entre ellos. Se alejaron de la pintura paisajista e histórica precedentes y plasmaron la vida sencilla de los campesinos. En realidad, denunciaban el hacinamiento de quienes emigraban hacia las ciudades en plena expansión industrial y, de alguna manera, buscaban un retorno a la vida rural tranquila y feliz, en comunión con la naturaleza.

El ángelus de Millet

Une avenue, foret de l'Isle-Adam. Théodore Rousseau 
Los impresionistas eran partidarios de pintar in situ. Huían de tomar apuntes y hacer bocetos y reinterpretarlos en un estudio cerrado. Querían captar la luz huidiza en su medio natural. Théodore Rousseau fue un maestro reproduciendo los efectos de la luz en los bosques o en las tormentas. También en la pintura de Caillebotte subyacía esta misma intención de captar la vida de gentes sencillas.

Los acuchilladores de parquet. Caillebotte
Eva Gonzalès, fue una pintora impresionista de origen español muy prometedora pero que, lamentablemente, murió de parto. Había sido alumna de Manet. Su obra, junto con la de otras artistas como Berthe Morisot o Mary Cassat, está hoy siendo recuperada. Esperemos que no sea una recuperación temporal.

Une loge aux italiens. Eva Gonzalès
Courbet es conocido por El origen del mundo pero en Orsay hay otros cuadros suyos también. Uno que recibió muy malas críticas cuando se expuso en el Salón de 1850, fue Un entierro en Ornans. Los críticos se asustaron ante la gama cromática tan oscura y asfixiante y ante la fealdad de los modelos, gente corriente, habitantes de Ornans (donde vivía el pintor), que estuvieron deseosos de posar para la posteridad. A mí me recuerda a la pintura de Zuloaga o de José Gutiérrez Solana y me parece excelente porque resalta ese fatalismo católico, que parece que no sea exclusivo de la iglesia española, a través de las distintas expresiones y gestos de los modelos, especialmente de las mujeres enlutadas. Resulta muy simbólica, todas las mujeres están en la parte de derecha del cuadro, mucho más oscura y sólo el perro les lanza una mirada; los hombres a la izquierda donde destaca el color blanco y rojo; como si para las mujeres sólo existiera el dolor y la muerte y para los hombres la vida y la gloria. 

Un entierro en Ornans. Courbet

Courbet consideraba que la pintura debía ser la representación de lo concreto, lo que se puede ver y tocar y no una idealización del pasado. El realismo fue criticado por la vulgaridad de sus temas y la zafiedad de la representación, pero ofreció verdaderas obras maestras. 


Khalil-Bey, diplomático turco, encargó El origen del mundo a Courbet hacia 1860. Este diplomático era un bon vivant que terminó arruinándose pero que antes coleccionó pinturas que, según la página del museo celebran el cuerpo femenino. Para mí habría que sustituir “celebrar” por “utilizar, sobar con la mirada, coleccionar, trocear y almacenar” el cuerpo femenino. Antes de pasar a ser propiedad del museo lo fue del psicoanalista Jacques Lacan. No se la considera una obra pornográfica pero a mí me resulta incómoda. Se me ocurre pensar que la modelo o amante del pintor, estaba descansando, medio dormida y que el pintor, levantó la sábana y de forma abusiva se puso a hurgar en su intimidad sin que ella se diese cuenta. Quién sabe qué pasó.

El origen del mundo. Courbet

Mi pintura favorita de esta visita es La noche estrellada sobre el Ródano de Van Gogh. El reflejo de las luces en el agua y especialmente de noche fue un tema recurrente para el autor. Las figuras humanas tienen escasa relevancia y el paisaje queda reducido a sombras; lo verdaderamente importante son las estrellas y también la luz artificial, reflejadas ambas en el río. Se aprecia en el natural la textura de la pincelada que se ve mejor en la fotografía del detalle. No conocía esta obra y me gustó mucho.

La noche estrellada sobre el Ródano. Van Gogh

En el siglo XIX la pintura se liberó del estudio y salió a pintar directamente el mundo. Los pintores acarreaban sus pinceles y sus maletines por bosques y al borde del mar. Se prescindía de un dibujo muy preciso y se sustituía por pinceladas vigorosas, libres y difuminadas. Se trataba de plasmar la visión del pintor en un día muy soleado, entrecerrando los ojos, para poder percibir las siluetas. Se abandonan los grandes temas literarios e históricos para centrarse en la plasmación de atmósferas, urbanas y rurales. Si los realistas utilizaban gamas de color sombrías, los impresionistas huían del negro. Muestra de ello es el cuadro La lectura de Manet. Es un retrato de su esposa, así que podemos suponer que lo pintó para él mismo, sin ninguna intención de venderlo. Si es así, sería su pintura más libre sin condicionamientos por parte del cliente. El joven que está de pié es el hijo de ambos. Lo más sorprendente de este cuadro es la gama de blancos y grises que crea los pliegues y volúmenes del vestido sin perderse, delineando perfectamente la figura sentada y la transparencia de las cortinas que deja entrever el jardín de la familia. 


Muchos pintores más y muchos estilos más por recorrer. No vi nada de pintura simbolista, ni modernista, ni de artes decorativas. 

Renoir
Poco tiempo me quedó para revisar un poco la fotografía. Fue el primer museo que dispuso de una colección de fotografía que comenzó a crearse en el año 1979. Hay daguerrotipos, calotipos, fotografía pictorialista del siglo XIX. Es lo que se llama período primitivo de la fotografía, de 1839 a 1863. Obras de Gustave Le Gray, Hyppolite Bayard o Edward Steichen. Lo dicho, tengo que volver. Más información: Museo de Orsay

lunes, 20 de noviembre de 2017

Novela gráfica: El perdón y la furia de Altarriba & Keko (2017)

Los autores.-
Altarriba y Keko
Antonio Altarriba es escritor, ensayista, catedrático de literatura francesa, crítico literario, etc, etc, etc. Su vida discurre alrededor de la literatura y la narración. Se define desde muy joven como contador de historias. Nació en Zaragoza. Ha escrito el guion de esta historia.

Keko, José Antonio Godoy, es historietista e ilustrador. Ha sido muy valorada por los críticos de cómic su capacidad para controlar la luz en el dibujo. Ha publicado en Madriz y en Exit Express. Se ha ocupado del dibujo de esta historia.

Mi opinión.-
No soy lectora habitual de cómics pero sí que me interesa mucho la pintura, la fotografía y más recientemente la ilustración. El perdón y la furia pertenece a una colección editada por el Museo Nacional del Prado y que se presenta como complemento de algunas exposiciones o más bien de algunas obras muy significativas y que se muestran como absolutas protagonistas del cómic.


Así en esta novela gráfica, son las cuatro furias de José de Ribera, el Españoleto las protagonistas. Parece que Ribera se formó principalmente en Italia y muestra una fuerte influencia de Caravaggio y el tenebrismo. Se instaló en Nápoles que entonces era virreinato español. Allí recibió este encargo del mismo virrey, puesto que era un pintor muy apreciado. Se trataba de la realización de cuatro cuadros, cada uno dedicado a una de las furias.


Se las llamó furias, aunque representaban a cuatro hombres sometidos a suplicios eternos. Hoy se conservan dos de ellas, Ticio e Ixión expuestas en la Rotonda Alta del Museo del Prado, y se han perdido, no se sabe cuándo ni cómo, Sísifo y Tántalo. Ticio era un personaje lujurioso, castigado eternamente por intentar violar a Leto, una de las amantes de Zeus. Los buitres se comían eternamente su hígado.

Ticio y detalle. El Españoleto


El suplicio de Ixión no era menos doloroso. Había intentado seducir a la propia Hera, esposa de Zeus y por ello fue desterrado al Tártaro, atado por serpientes a una rueda ardiente que no cesaba de girar.

Ixión y Detalle. El Españoleto


Parece que el crimen de Sísifo no fue tan horrendo como el de los anteriores aunque su suplicio también es eterno. Reveló los secretos de los dioses y por ello fue condenado a subir una enorme roca por la pendiente de una montaña para que, invariablemente, la roca cayese poco antes de alcanzar la cima. Y así, vuelta a empezar. Albert Camus escribió un ensayo que terminaba diciendo “Hay que imaginar a Sísifo feliz”.


Tántalo invitó a comer a los dioses pero cuando la comida escaseó en su mesa, decidió matar a su hijo y servirlo. Todos los dioses se percataron de ello y no comieron, excepto Deméter que devoró uno de sus hombros. Zeus le devolvió a la vida pero castigo a Tántalo a sentir eternamente hambre y sed y a estar sumergido en un lago de agua dulce hasta la barbilla, siendo constantemente rozado por las ramas de árboles llenos de fruta, que se apartaban de su boca cuando intentaba saciar su hambre y su sed.


No debemos olvidar que estamos en pleno barroco. En el momento en que la culpa, el tormento, el castigo y la furia divina tienen una plena difusión. Estos cuatro delincuentes se contorsionan por el dolor, sus caras son muecas de absoluto padecimiento y además están colocados formando un círculo para mostrar, sin ningún género de duda que su castigo será eterno.


Con esta base, los autores han creado una novela negra con tintes mágicos. A partir del intento de volver a pintar los cuadros perdidos, el protagonista, un profesor de universidad y pintor, llegará hasta la locura. Intentará reproducir los pigmentos añadiendo su propia sangre y reproducirá con su cuerpo las contorsiones producidas por el dolor eterno.


Nada de eso será suficiente. Y nunca alcanzará el perdón por sus pecados, esos pecados que los lectores no conoceremos jamás.