Julio Verne es bien conocido por sus obras que están a medio
camino entre la ciencia ficción y las novelas de aventuras del último cuarto
del siglo XIX, pero también es un escritor moralista. Estudio derecho en París
a partir de 1847, aunque siempre tuvo clara su vocación literaria. Se le
considera un visionario por anticiparse a hechos históricos y también a
inventos cruciales para el siglo XX. Aunque se casó con Honorine, una viuda con
dos hijas, se había declarado misógino abiertamente y pertenecía a un club de
amigos que se llamaba “Once sin mujer”. Otras obras suyas: Cinco Semanas en globo, La isla misteriosa, Viaje maldito por
Inglaterra y Escocia.
Mi opinión.-
Este cuento fantástico fue publicado durante su juventud en
1854, aunque en realidad pudiera parecer posterior. Se sabe que Verne no tuvo
una vida muy feliz. Odiaba a su esposa, con su hijo tampoco se llevaba bien y
su sobrino le disparó varias veces y terminó internado en un manicomio. Además
sufrió todas las convulsiones del siglo XIX francés, nació en 1826 y murió ya
en 1905; incluida la derrota en la guerra franco-prusiana que, para la sociedad
de la época fue un trauma y a él le terminó de amargar el carácter.
Ginebra sería muy diferente en tiempos de Zacharius, pero el Ródano no.
El maestro Zacharius ha sido siempre un hombre de conducta
irreprochable. Vive en Ginebra con su devota hija y un par de sirvientes. Es un
maestro relojero que debe vigilar su reputación bien pertrechada durante los
años de ejercicio de su profesión. Pero un día, las cosas empiezan a ir mal.
Mejor dicho, los relojes empiezan a ir mal. Y eso es algo que sus clientes no
van a poder perdonar.
A esta ermita llegan todos los personajes, pero Zacharius continúa instalado en su soberbia
A partir de entonces el maestro Zacharius sufre una
transformación. No come, no duerme, no presta atención a su querida hija. Se
dedica día y noche a desmontar y volver a montar todos sus relojes para, en un
vano intento, hacerlos funcionar otra vez. Se produce una total identificación
entre el maestro y sus relojes y de ahí surge el terror, puesto que si los
relojes dejan de funcionar su corazón también dejará de latir.
En el castillo Zacharius perderá y encontrará su alma.
Zacharius desarrolla una nueva personalidad. Adusta, engreída
y violenta. Se cree dios y señor del tiempo. Nada ni nadie le importan, excepto
él mismo y el último de sus relojes que todavía funciona. Se consagrará al
funcionamiento de este reloj porque allí está su alma. Tendrá que hacer un
pacto con un ser diabólico para que el reloj no deje de latir. Al final y a
pesar de haber desafiado a Dios, Zacharius morirá en paz.
Ilustración de Théophile Schuler
Todo el texto está impregnado de una gran religiosidad y de la proximidad del castigo por haber desafiado a Dios. Sin embargo, Gerande, la hija, será la encargada de redimir los desvaríos de su padre. He leído una versión en
francés con audio y no recuerdo, nunca en mi vida, haber escuchado a alguien
que leyese tan deprisa. A pesar de tener el texto en francés delante de mis
narices, la velocidad era tal que me perdía sin remedio. Recomendable para
amantes de Julio Verne y para aquéllos que quieran conocer las que no son
novelas de aventuras.
Siempre me ha interesado la historia o el mito del grial. Hace mucho tiempo me leí algunas de las novelas artúricas. Dejando aparte su significado religioso pueden leerse también como novelas de aventuras o simplemente como novelas de crecimiento. Además, el auténtico grial estuvo hasta 1437 en el monasterio de San Juan de la Peña, en Huesca y quizá queden, por allí, caballeros encargados de custodiarlo. El grial es símbolo de redención por haber recogido la sangre de Cristo en la cruz.
El cáliz que se conserva en la Catedral de Valencia
También Wagner estuvo interesado por las leyendas del rey Arturo y sus caballeros. Entre sus obras, Parsifal destaca claramente por su carga simbólica y no solamente
referida a la religión. En esta ópera, el rey Amfortas, que acarrea su culpa
como una herida incurable, sólo puede ser redimido por la inocencia salvaje de
Parsifal. Es un hombre viejo y enfermo que será sustituido por otro más joven y
fuerte. El tercero en discordia, es Klingsor que fue rechazado por los caballeros
del grial por ser impuro a pesar de que él mismo decidió castrarse. De alguna
manera, todos los personajes viven su masculinidad de manera perturbadora. Están
desgarrados entre sus deseos y el servicio a una causa más noble y pura, como
es la custodia del grial.
Parsifal
El único personaje femenino es Kundry, también maldita, condenada
a vagar eternamente por el mundo por haberse reído de Cristo, camino del
Calvario. Kundry es la mujer fatal, instrumento pasivo utilizado por unos
contra otras. De la misma manera que ejerce el mal podría hacer el bien, pero
siempre sin tener dominio sobre sus propias acciones. Es otro personaje que vive
constantemente en la encrucijada, en la frontera entre el bien y el mal,
despreciada por todos.
La lanza
Klingsor, vengándose por haber sido rechazado por los
caballeros del grial, consigue robar la lanza a Amfortas mientras éste era seducido
por Kundry. Además Klingsor le hiere con ella, originando la desgracia del rey.
La lanza que Amfortas custodiaba era la que atravesó el costado de Cristo, pero
también es un signo de la virilidad de Klingsor imponiéndose a la virilidad de
Amfortas. Sólo alguien puro e inocente, Parsifal, podrá revertir esta situación
y convertirse en el nuevo rey y custodio del grial.
La tentación en forma de cabaret
Esta producción del Teatro Real de Madrid ha sido grabada en
tecnología 4K, con una mayor resolución de imagen que mejora la percepción del
color y con un sonido más limpio. Sin embargo, yo creo que el cine donde la vi
no estaba preparado para esta tecnología porque no aprecié ninguna diferencia. La
calidad de la imagen me pareció buena, pero como siempre. No sé si será
problema mío o no. Además, a diferencia de otras óperas retransmitidas por la Royal Opera House, en esta ocasión en los intermedios no había entrevistas ni ningún vídeo explicativo que, en otras ocasiones me han resultado muy interesantes.
Amfortas moribundo y la sombra del grial
Por otra parte, en esta obra el castillo de Monsalvat, donde
los caballeros custodian el grial ha sido sustituido por un sanatorio, donde
excombatientes de la Primera Guerra Mundial procuran restablecerse de sus
heridas físicas y mentales. Entre ellos está el rey Amfortas. El escenario gira
y da paso a los tres ambientes diferentes donde se suceden las escenas: el
sanatorio, el bosque y el castillo de Klingsor. Pasando de uno a otro, Parsifal
emprende su búsqueda personal, hasta llegar a ser digno de poder custodiar el grial. Tendrá
que superar la seducción de Kundry y enfrentarse a Klingsor para conseguir la
lanza robada.
No me molesta que las óperas se adapten a escenarios y
tiempos para las que no fueron escritas. Pero no veo en este Parsifal una búsqueda de perfección
personal y espiritual. Al final Parsifal regresa al sanatorio donde enfermos y
moribundos se han quedado casi eternamente suspendidos; regresa como un hombre
sabio pero yo no hubiese elegido un uniforme militar para representarle como un
ser espiritualmente perfecto.
Kundry y Parsifal
Estas escenografías resultan, sin duda, impactantes pero a
mí (que no soy una gran entendida), me suelen distraer de lo que más me
interesa que, en este caso, es la música. De todas maneras, las
interpretaciones atrapan al espectador durante las más de cuatro horas de
representación.
He leído en alguna crítica que el cine de Agustí Villaronga
es cine de almas ennegrecidas. Y está
muy bien definido así. Porque no es que el director se regodee en las miserias
humanas ni que postule sobre la maldad intrínseca del ser humano sino que sitúa a
sus personajes en situaciones miserables y aprovecha para que observemos sus
comportamientos y si queremos les entendamos o no.
Así lo hacía también en Pan
negro, donde elegía como situación miserable la Posguerra Civil, pero sin
tratarla como una historia política o de soldados perdedores y de represión
sino una historia más cercana a una miseria moral más antigua y permanente que,
en condiciones normales no se ve pero que se sigue desarrollando, como una corriente
subterránea e imperceptible que, en situaciones miserables, sale a la luz con
toda su potencia y vigor.
Las películas, como cualquier otra obra de creación, tienen
distintos niveles de lectura e interpretación. En Incierta gloria, ambientada en la retaguardia del Frente de Aragón
casi al final de la Guerra Civil, el hilo conductor de todos los niveles
simbólicos es el de la decrepitud. El director ha retratado esta decrepitud de
una forma muy poética y macabra: en un edificio en ruinas se reúnen para tomar
el té, el café o el chocolate, los cadáveres tal y como fueron enterrados,
vestidos con sus mejores galas. Eso sí, cadáveres de la gente importante, al
resto lo llevan a las buitreras.
También hay decrepitud en las relaciones entre los tres
personajes jóvenes. Son relaciones de amistad y amor marcadas por el fin, pero
ninguno de los protagonistas se atreve a decirlo claro. Es un triángulo amoroso
que se mantiene porque los intervinientes no quieren reconocerse a sí mismos
que todo ha terminado. El ideal del amor, el ideal de la amistad y el ideal de
una revolución política, todo está a punto de convertirse en cenizas, como
las imágenes de santos quemadas por los anarquistas en las
plazas. Estos tres jóvenes, dos hombres y una mujer, que se conocen
desde niños, que han estudiado juntos y que deseaban hacer la revolución
juntos, no podían imaginar su fracaso vital absoluto.
Lluis y Trini decidieron tener un hijo y no casarse, pero
Lluis hace tiempo que ya no siente nada por Trini. Se esconde en la guerra y
así no tiene que enfrentarse a decírselo a ella. Juli, amigo de la infancia y
compañero de estudios de Lluis, ama a Trini desde siempre, pero su amor hacia
Lluis le impide confesárselo. Los tres viven sus disimulos y mentiras. En el
fondo, aunque se crean unos revolucionarios, son personajes limitados por su
mentalidad pequeñoburguesa, sus frustraciones y su vida antes de la guerra,
relativamente cómoda. Juli es el personaje más excesivo y pasional, nihilista y
por eso mismo antipático y egoísta, que parece que ha llegado ya a su límite. Es capaz de besar
un cadáver pero incapaz de suicidarse. Por el contrario, Lluis se muestra más pasivo y va
donde le dicen que tiene que ir y hace lo que le dicen que tiene que hacer.
Trini es un personaje más convencional; a pesar de su matiz
revolucionario actúa como una esposa y madre abnegada que, incluso, ha decidido
bautizarse. Quizá porque como mujer, es secundaria en la vida de los dos
hombres que, de alguna manera, se la disputan o quizá porque sus problemas de
pequeñoburguesa desaparecen al enfrentarse a los problemas y abusos sufridos
por las mujeres pobres. En la película queda ensombrecida por dos personajes
femeninos mucho más radicales y potentes y que nunca se comportan con ella como si
fueran sus rivales: Olegaria y la Carlana.
Luisa Gavasa interpreta a Olegaria. La mujer del pueblo,
acostumbrada a sufrir y a rezar; la sabiduría de quien sabe que las cosas no
cambian nunca porque quienes son incapaces de cambiar son los seres humanos. Es
el pensamiento mágico y la costumbre por encima de la lógica y el cambio. Es la
personificación del pueblo a quien iba destinada una revolución pensada por
burgueses en las ciudades. Ofrece refugio a quien lo pide, sin preguntar nada.
Pero el personaje estrella de la película es la Carlana,
interpretada por Núria Prims. Desde mi punto de vista, es un personaje
fascinante y no bien entendido por parte de los hombres. Por las críticas que
he leído, la comparan siempre con una inmensa araña negra devorahombres, una gran diosa oscura que corta los hilos de la vida según su conveniencia y así se ve representada también visualmente en la
película. Algunos críticos, amablemente, disculpan su actitud y su
comportamiento de araña porque están inspirados por su lucha por la supervivencia.
Olivella, la Carlana, es la mujer pobre apaleada, explotada
y violada desde niña. Primero por el borracho de su padre y después por el
señorito del pueblo que le hace dos bastardos y que termina asesinado por los
anarquistas. La Carlana no tiene ninguna intención de atraer a los hombres a la perdición. Son
los hombres, también los pequeñorevolucionarios con sus pequeños problemas de
conciencia, los que se acercan para seguir aprovechándose de ella o para morir
en el intento. Aunque, esta vez, la turbulencia de la guerra será beneficiosa
para ella y para sus hijos y la Carlana jugará inteligentemente sus cartas: de
ser la querida del cacique pasará a ser la señora del castillo. Por esto yo no veo a
la Carlana como una voraz y vengativa mantis religiosa sino como un animal más noble y
luchador. Una leona que defiende a sus cachorros.
Esta película es adaptación de la novela de Joan Sales del
mismo nombre, considerada un clásico en la literatura catalana. Es una novela
muy extensa que me leeré el próximo verano y recomiendo la película sin dudarlo,
además por los secundarios de lujo: Terele Pávez, Fernando Esteso y Juan Diego.
Dirección: Agustín Villaronga
Guion: Agustí Villaronga y Corral Cruz (Novela de Joan Sales)
Esta película dirigida por Joseph L. Mankiewicz en 1953 ha
quedado como una de las mejores adaptaciones de la obra de teatro de Shakespeare.
No sólo por ser un ejemplo claro de manipulación de las masas, un retrato del
poder y de la ambición política sino también por su depurado clasicismo visual.
Es un discurso sobre la ambigüedad del discurso político, sobre los motivos espurios que fundamentan
decisiones, que serán convenientes o no para el conjunto de la sociedad, pero que se
saben revestir de responsabilidad por la cosa común y de espíritu de sacrificio.
Julio César perteneció a una familia patricia y desempeñó
distintos cargos políticos en Roma, en un momento bastante convulso. Era temido
por su ambición y sus éxitos políticos y militares no hacían más que acrecentar
este temor, al mismo tiempo que disminuían el poder del senado romano. Sin embargo, parece ser que
el pueblo le adoraba y sus soldados también.
Julio César, Calpurnia y Marco Antonio
En este punto, comienza la película de Mankiewicz. La inquietud
de algunos senadores empieza a tomar forma de conspiración para acabar con el
César que ha ido acumulando demasiados poderes y que empieza a permitirse
extravagancias propias de quien se cree un dios. Estos senadores, desde
distintos puntos de vista, son los que se encargan de presentar al personaje de
César que, apenas, aparece en la película. Debemos de creer a estos senadores
que, al mismo tiempo, también exponen sus dudas sobre la conveniencia del
magnicidio. A la certeza sobre la conveniencia del asesinato, representada por
Casio (John Gielgud) se contrapone la vacilación de Bruto interpretado por
James Mason.
El asesinato
Pero, sin duda, lo que yo destacaría de esta peli son los
dos discursos de los protagonistas. Sobre todo el discurso de Marco Antonio,
interpretado por Marlon Brando, queda como una obra maestra de la manipulación
de masas. El pueblo romano, después del discurso de Bruto, había aceptado la
muerte de Julio César por ser un político demasiado ambicioso y casi traidor a
la patria romana. Bruto les había convencido de que sus motivos para el
asesinato no eran el odio hacia Julio César sino el amor profundo hacia Roma y
sus instituciones, pero Marco Antonio pide permiso para hablar, se presenta
con el cadáver ensangrentado de Julio César y desmonta todas las justificaciones de Bruto.
Julio César y Bruto
Su actitud es de engañosa humildad y de disculpa por no ser
más que un simple ciudadano. No ataca directamente a los asesinos sino que les considera
hombres honorables, ciudadanos ejemplares de Roma. No sé cómo, en un momento
determinado, consigue sembrar la duda entre los romanos sobre la inexistente ambición
de César. De una manera altiva y sibilina desmenuza todos los argumentos que
antes había dado Bruto y consigue enardecer al pueblo romano que clama por la
muerte de los asesinos a los que antes comprendía y disculpaba. Una capacidad
de manipulación magistral.
Bruto ofreciendo su vida por Roma
La puesta en escena resulta muy teatral y a mí me gusta
mucho por eso mismo. Nada desvía nuestra atención del texto de Shakespeare y de
la intensidad con la que los actores lo dicen. No hay movimientos bruscos de
cámara pero sí encuadres que resaltan la altivez y lejanía de los políticos y
la supeditación de la muchedumbre tan manejable. Un clásico de cine para volver a ver periódicamente.
Marco Antonio ofrece el cadáver de César al pueblo de Roma
Los dos discursos magistrales me hacen pensar en lo que los políticos
de hoy en día llaman transparencia. Presumen de actuaciones transparentes pero
para la mayoría de la población daría lo mismo que fuesen unas actuaciones más
opacas. Realmente, pocos tenemos la capacidad de discernir en los discursos políticos
actuales qué decisiones se toman por el bien común y cuáles responden a intereses
partidistas o personales o a la mera oportunidad política. En Colombia, después
de más de 50 años de guerra, se convoca un referéndum sobre el proceso de paz y gana la opción “a mí que me
importa”. Alrededor de un 60% de la población se ha abstenido de dar su opinión
sobre el proceso de paz. Vistos estos resultados, ¿quién podría fiarse del
criterio de la mayoría desinformada y manipulada? En Estados Unidos, ha ganado las últimas elecciones un candidato que miente y vive de realidades alternativas, de posverdades, en definitiva de mentiras. Estas realidades paralelas están hechas para convencer, son para-lelos. Pero no conviene reírse de ellas porque dan soporte a actuaciones políticas que son muy peligrosas y poco respetuosas para la dignidad humana.
El discurso de Bruto (no he podido encontrarlo en VO)
El discurso de Marco Antonio
Director: Joseph L. Mankiewicz
Guión: Joseph L. Mankiewicz (sobre la obra teatral de William Shakespeare)
Música: Miklós Rózsa
Fotografía: Joseph Ruttenberg
Intérpretes: Marlon Brando, Louis Calhern, James Mason, Greer Garson, Deborah Kerr, John Gielgud
Muchos críticos han dicho que Concha Velasco está inmensa en
Reina Juana pero se quedan cortos. Concha
Velasco representa a la reina Juana que tiene 76 años como ella y está a punto
de morir. Pero no es sólo esa Juana. Es también la niña que visita a su abuela
loca; es la adolescente temerosa de emprender un viaje por mar que cambiará su
vida; es la joven recién casada, apasionada y con prisas para consumar su
matrimonio con el Hermoso; y la anciana descreída humillada y abandonada por todos.
Pasan los años (minutos en la representación) y es la mujer
traicionada y amargada; es la reina a quien su propio marido adúltero le quita la
dignidad y el trono; y es la viuda inconsolable que sospecha que su marido ha
sido envenenado por Fernando el Católico y que vaga por toda Castilla buscando a
quien la quiera escuchar. También es madre de varios hijos a los que apenas ve.
Y abuela del rey, de Felipe II que amenaza con enviarla ante el Tribunal de la
Inquisición temiendo que se haya convertido al luteranismo. Concha Velasco ha sido capaz de condensar toda esa experiencia vital y exponerla sin pudor en el teatro, ante el público que actúa de confesor de una moribunda más lúcida que nunca.
La reina Juana murió el 12 de abril de
1555. En esa noche se sitúa la acción de la obra, la confesión de la reina ante el padre Francisco de
Borja.
Las palabras de su confesión tienen vida. Las palabras hacen que los personajes
más determinantes en la vida de Juana aparezcan en esa última noche. Madre,
padre, hijos, emperador, rey, reina, los comuneros. Todos ellos acuden a su
llamada para seguir importunándola. Al final Juana, que había vivido la mayor
parte de su vida sola y recluida, únicamente acompañada por su última hija, muere
rodeada de todos aquellos que no la entendieron, que la utilizaron para sus
propios fines.
Juana fue la tercera hija de los Reyes Católicos y no estaba
destinada a reinar. Se concertó su matrimonio con Felipe el Hermoso y tras la muerte de sus hermanos mayores fue declarada
heredera. Isabel la Católica murió en
1504 y Felipe el Hermoso, el marido intruso, era lo suficientemente intrigante para quedarse con la corona y con el apoyo de la nobleza castellana conseguir que Fernando se retirase a su
reino de Aragón. No le sirvió de mucho porque apenas unos meses después de ser
proclamado rey, Felipe murió de fiebres. Juana creyó fervientemente que su
padre le había envenenado.
Juana I de Castilla
A partir de ahí todo fueron conspiraciones e intrigas
políticas para evitar que Juana reinase hasta que en 1509 Fernando el Católico
dispuso que la encerrasen en Tordesillas hasta su muerte, por miedo a que los
comuneros, contrarios al reinado de Carlos I y de toda su corte de funcionarios
extranjeros, la reclamasen como legítima reina de Castilla. Si no estaba loca
cuando la encerraron después de 46 años allí no extraña que sí lo estuviera.
Un juego de trileros, donde todos se sienten muy listos y
donde todos engañan a todos, varias veces. Paesa sabía manejar ese juego con
maestría, otros no tanto.
La película está narrada por Jesús Camoes, interpretado por
José Coronado de manera impecable. Un personaje ficticio, combinación de unos
cuantos amigos/conocidos/parejas de juego de Paesa. Este narrador conoce parte
de la trama y de los engaños de Paesa, pero no todos. Es un colaborador pero
también víctima. En cualquier caso no puede evitar sentir fascinación por Paesa.
Desde la admiración y una cierta ingenuidad cuenta lo poco que sabe de él,
hasta dejarnos casi con más incógnitas que las que teníamos al entrar al cine.
Tengo que decir que la película me ha sabido a poco porque
esperaba una orientación más biográfica, pero el director ha comentado que
debía ceñirse a una historia y decidió elegir el caso Roldán.
Recuerdo en los años 1990 haber seguido las informaciones
sobre Paesa hasta su supuesta muerte en Sierra Leona sin poder creer lo que
decían. Salíamos de la dictadura de Franco y votamos al PSOE con mucha ilusión por
un verdadero cambio para España. Pocos años después nos dimos cuenta que
algunos miserables se habían apoderado del partido y lo habían utilizado en su
propio beneficio. Entre ellos Roldán y Paesa.
Francisco Paesa era un individuo con cierto atractivo (poco,
la verdad), con unas gafotas enormes y tristes y el cigarrillo en la comisura
de los labios. Un espía, un conseguidor, un trilero. Nada parecido a Bond,
James Bond, pero había intervenido en casos que requerían alguna habilidad
especial y posiblemente turbia: la detención de la cúpula de ETA, la operación
Sokoa, el GAL y Luis Roldán, sobre todo Luis Roldán.
Lo más chocante entonces fue lo que empezamos a conocer de
ese mal que parece endémico en España: la corrupción y los corruptos (que por
lo que se ve han creado una floreciente escuela que sigue entre nosotros). Ninguno
de nosotros piensa que durante la dictadura no hubo corrupción, pero en la
España del PSOE eso no debería haber pasado.
De la noche a la mañana, Luis Roldán el exdirector de la
Guardia Civil, militante del Partido Socialista Obrero Español, de toda la vida (es decir, desde 1976 y estamos en 1993 y que antes de la muerte de Franco se había distinguido por delatar a sus
compañeros de trabajo más rojos), un personaje que mentía en su currículum y se
hacía pasar por ingeniero industrial y que tenía una cierta afición a dejarse fotografía en calzoncillos en las fiestas, se fugó antes de que los
jueces ordenasen su detención por varios delitos relacionados con dinero
público. Luis Roldán, al que primero llamaron Pelopincho porque era calvo y después el bebé porque no hacía más que llorar, no es que se simplemente se fugase,
sino que se llevó 1500 millones de pesetas.
El incauto de Roldán, con talento y predisposición para
robar pero no lo suficientemente inteligente para saber gestionar su botín en
Suiza, había amasado esa fortuna a través de comisiones ilegales (lo mismo que ha
hecho Francisco Correa, otro emprendedor, el que está siendo juzgado por la
Gürtel, años después). Así que, una vez que tomó la decisión de huir, o tenía
que recurrir a alguien para que le solucionase el problema o llevarse el dinero
en maletines con lo incómodo que debe ser acarrear tanto peso en papel moneda (otros, como los hijos de Jordi Pujol, parece que han hecho músculo acarreando
bolsas de ese tipo, pero era en Andorra que está un poco más cerca que Suiza).
A esta primera generación de corruptos todavía le faltaba
algo de picardía y Francisco Paesa estaba allí para suplirla (el que
roba a un ladrón…). Roldán terminó entregándose a la justicia española, cumplió
15 años de cárcel y una pequeña parte del dinero se recuperó. Se cree que
Francisco Paesa le estafó y se quedó con el resto.
Trileros
La película cuenta esta historia, a ritmo de thriller de
timadores, con sus engaños e imposturas. con sus mentiras dichas con la rotundidad de verdades
fundamentales y verdades tan extrañas que nadie se las podría creer. Llega un
momento que sólo puedes preguntarte, cuándo
el mentiroso dice que miente, ¿miente o dice la verdad? Paesa hacía pasar a
delincuentes de poca monta como mafiosos internacionales, pero Roldán amenazaba
con tirar de la manta con unos documentos de un maletín vacío. Timadores.
A Roldán le llegamos a conocer bastante bien. Sin embargo,
Paesa sigue siendo un gran desconocido y todavía con capacidad para
sorprendernos. Cuando se estrenó la película, para sorpresa de todos, Paesa
concedió una entrevista a Vanity Fair.
No contó nada nuevo, quizá porque no haya nada más que contar. Ahora vive en París, como
un señor.
En la película, adaptación de una investigación periodística
del mismo título, queda bastante claro que Paesa era un vendedor de humo un
poco chapucero pero con mucha suerte, especialmente para rodearse de timadores
un poco más tontos que él. A pesar de esto el director piensa que algo más
tenía que haber (quizá su conocimiento real de las cloacas del estado), puesto
que le favorecían demasiadas casualidades.
Todos los actores están fantásticos, especialmente, Carlos
Santos que interpreta a Roldán. Al principio, combina su arrogancia con una
profunda estupidez; se cree capaz de manejar la situación y es un pececillo en un mar de tiburones. Pero, a medida que
pasa el tiempo y sobre todo en cuanto su mujer le deja, sólo tiene recursos
para mostrar su fragilidad. Marta Etura interpreta a la mujer de Roldán. Un
personaje que aporta toda la fortaleza e inteligencia que Roldán no tiene. Y
por último, Eduard Fernández, está brillante embarcado en un personaje resbaladizo y oscuro, al
que ha dotado con una picardía que no sabemos si tiene.
En esta película la ambientación y la fotografía, el frío y la lluvia en París y, especialmente, la
banda sonora aportan el misterio y suspense necesarios para los que ya nos conocemos la historia. Muy recomendable.
Paesa en Vanity Fair
Algo nuevo he aprendido: a Juan Alberto Belloch, ministro de Justicia e Interior en ese momento y después alcalde de Zaragoza, le llamaban el cochero de Drácula. Luis Roldán cumplió su condena y creo que sigue viviendo en Zaragoza discretamente. Durante su estancia en la cárcel estudió y se licenció en Ciencias Políticas y Sociología por la UNED.
Director: Alberto Rodríguez
Guion: Alberto Rodríguez y Rafael Cobos sobre el libro de Manuel Cerdán
Música: Julio de la Rosa
Fotografía: Alex Catalán
Intérpretes: Eduard Fernández, José Coronado, Carlos Santos, Marta Etura, Emilio Gutiérrez Caba.
Leonardo Padura, ensayista y escritor de ficción. También
periodista. Hispano-cubano. Ha recibido muchos premios de novela negra y
también el Premio Internacional de Novela Histórica Ciudad de Zaragoza en 2014
y el Princesa de Asturias de las Letras en 2015. Otras novelas suyas son: La
novela de mi vida, El hombre que amaba a los perros. De la serie de Mario
Conde: Herejes, Adiós Hemingway y la tetralogía de las Cuatro Estaciones.
Mi opinión.-
Es el segundo libro que leo de Leonardo Padura; los dos son novelas negras protagonizadas por Mario Conde. Aunque las tramas de las dos
novelas están separadas por varios años, Conde, en La cola de la serpiente, ya es un hombre melancólico que recuerda
sus primeros años en la universidad y sus primeros amores. También se siente
frustrado por la corrupción y el arribismo que campan a sus anchas por Cuba, pero en ningún momento se le pasa por la cabeza abandonar; herido
de muerte por las mujeres que no le quieren y por la literatura. Todavía no ha
dejado la policía (en La neblina del ayer,
el primer libro que leí de la serie, ya trabajaba de detective privado y era un
bibliófilo letraherido), pero creo que le falta poco para hacerlo. En fin, que
la melancolía que parecía cosa de la edad, en realidad le viene de serie.
Mario Conde es un héroe trágico que ve lo que va a suceder
un poco antes de que suceda pero que nunca puede adelantarse y curarse en
salud. Padura le obliga aceptar su destino.
Esta es una novela donde el protagonista principal es el
desarraigo y la aparente inserción de los inmigrantes en una nueva sociedad. La emigración china
de principios del siglo XX a Cuba ya sufría abusos y tropelías por parte de los
traficantes (aunque entonces no se llamaban así), era explotada también ocupando los
peores trabajos y también rechazada por la población de acogida. Al final todos
terminaban en el barrio chino y aunque había incluso matrimonios mixtos, la
integración no era total. En el desarraigo se mezclaban los ritos y las
costumbres chinas con los de las religiones atávicas africanas y
se fortalecían los lazos personales, tanto para el delito como para la
supervivencia. En esta novela, el muerto es un chino, Pedro Cuang, y eso le sirve a Padura para
introducirnos en el Barrio Chino de La Habana y en toda la nostalgia y
melancolía de una generación de inmigrantes como Juan Chion y Francisco Chiú, que
va desapareciendo.
Tengo que reconocer que esos héroes trágicos me atraen, por su rebelión ante la vida que les toca y por su esperanza en que las cosas cambien, aunque claramente se vea que no es así. Sin
embargo, poniéndome las gafas violeta, tengo que decir que, estos héroes mantienen actitudes hacia las mujeres intolerables. Mario Conde tiene una verdadera obsesión por los traseros de las
mulatas; y además, está deseando templarse (follarse) a una mulata chino-africana. Y mira
tú por donde que tiene la oportunidad de hacerlo, porque tiene compañera policía que casualmente es chino-africana y tiene un trasero muy competente. Y además es hija de
Chion y ahijada de Chiú y le pide que investigue el asesinato de Pedro Cuang.
Todos pensaréis que Mario Conde, al final, va a cumplir su sueño de templarse a
la chino-africana; pero no será así, porque es Patricia, la chino-africana, la que se templa a Mario
Conde. La novela no pasa el Test de Bechdel.
Algo más que anima a leer esta novela corta son las múltiples
referencias a otras novelas de Mario Conde, con lo cual la puedes utilizarla para
seguir las andanzas del policía detective bibliófilo y su obsesión por los
culos caribeños. Recomendable, aunque La
neblina del ayer es mucho mejor.