miércoles, 24 de abril de 2019

Concierto: Las cuatro estaciones de Vivaldi (2019)

Vivaldi afirmaba que había escrito miles de obras por eso no es de extrañar que hayan llegado a nosotros más de 700. Principalmente conciertos, música sacra u oratorios pero también óperas de enredo con libretos ligeros y graciosos que, lamentablemente, no son muy conocidas. Por lo menos para mí.


En este concierto se han programado las obras más famosas. Por supuesto, Las cuatro estaciones de 1725, el Magnificat RV 610 y el Gloria en Re, RV 589. El Magnificat es la obra que menos me gusta de las tres. Después de haber oído las cuatro estaciones el Magnificat resulta muy denso, grandilocuente y tristón. Sin embargo, en el Gloria se recupera ese ritmo alegre y profundamente esperanzador.


Vivaldi fue virtuoso del violín y compositor de fama internacional. Llegó a ser tan influyente durante la primera mitad del siglo XVIII que, incluso, Bach le tomó como modelo. Hacía constantes giras por Italia y Austria pero el éxito se le subió a la cabeza y terminó en la indigencia. Después los gustos musicales cambiaron y su música no fue rehabilitada hasta principios del siglo XX.


Las cuatro estaciones son los cuatro primeros conciertos de su obra Il cimento dell’armonia e dell’inventione. Están dedicados al conde von Morzin de Bohemia que era también mecenas de Haydn. Es una música muy expresiva. Pueden distinguirse claramente la somnolencia del verano, los pájaros, los perros persiguiendo a una presa, la alegría de la borrachera, el frío o el peligro de resbalar en el hielo durante el invierno. Están orquestados para cuerda y violín solista. Los instrumentos de cuerda habían evolucionado mucho y se habían consolidado como principales.


Las otras dos obras del programa son obras corales y fueron interpretadas por la FEDARCOR, la Federación Aragonesa de Coros, con dos solistas: la soprano Paloma Friedhoff Bello y el contratenor Víctor Jiménez Díaz. El Magnificat es una oración cristiana, basada en el evangelio de San Juan, concretamente en el episodio de La Visitación de la Virgen a su prima Isabel.


Yo prefiero el Gloria, otra de las composiciones más conocidas del autor, por ser más vital y enérgico. Esta música religiosa estuvo compuesta para ser interpretada en un orfanato para niñas en el que Vivaldi desarrolló su trabajo. Formaba parte de una incipiente ruta turística tomada por viajeros franceses o ingleses sorprendidos porque las niñas vivían en una clausura propia de religiosas sin haber profesado.


El concierto estuvo interpretado por la Orquesta Reino de Aragón fundada en el año 2011, dirigida por Ricardo Casero y desde el año 2017 es orquesta residente en el Auditorio de Zaragoza. El violín solista que interpretó Las cuatro estaciones fue Gabor Szabo. Lo peor del concierto parte del público aplaudiendo a destiempo. No sé cómo podría evitarse esto. Todo lo demás muy bien.

Todas las fotografías son del Auditorio de Zaragoza.


















































miércoles, 17 de abril de 2019

Cine: Canino de Yorgos Lanthimos (2009)


Aprovechando que estrenaron La Favorita he querido ver la primera película que Lanthimos promocionó internacionalmente antes, incluso, de Langosta. No sé si Canino es una apuesta de cine formal muy arriesgada o una gran tomadura de pelo.


Desde luego no la considero como una metáfora de los totalitarismos y de la autoridad del padre o del líder supremo. Para mí se acerca más al teatro del absurdo de mediados del siglo XX en Francia que cuestiona al individuo y a la misma sociedad y que vacía de contenido el lenguaje normativo para asignarle nuevos significados. Sin embargo, todas estas estrategias no sirven para ofrecerle al ser humano una salida airosa.


En Canino nos encontramos a una familia de clase media alta. Viven en un amplio y confortable chalet con piscina y una gran zona ajardinada. Una valla muy alta, disimulada tras un seto, rodea toda la finca. El padre sale a trabajar todos los días en su coche, procurando no pisar la calle con sus pies. La madre es la creadora del nuevo lenguaje y se queda en casa a cargo de los tres hijos del matrimonio. Un chico y dos chicas, en su adolescencia y primera juventud.


La única visita que reciben en su casa es la de una vigilante de seguridad que trabaja en la misma fábrica que el padre. Una vez a la semana la vigilante se sube al coche del padre, el padre le pone una venda en los ojos y la lleva a su casa. Allí es la encargada de aleccionar sexualmente al hijo, aunque también mantendrá relaciones con la mayor de las hijas. Terminadas las lecciones la vigilante recibe dinero por parte del padre y es devuelta a la civilización que ninguno de los hijos conocerá jamás.


Existen rivalidades entre los tres hermanos y estas rivalidades se manifiestan en brotes espontáneos de violencia y rabia. Pero, generalmente, se llevan bien. Compiten por la atención de los padres, nadan, bailan en un espectáculo casero para distraer a sus padres, escuchan música y aprenden nuevos significados para palabras viejas: coño es una lámpara grande y zombi es una pequeña flor amarilla que crece en el jardín. Pero los hijos también empiezan a sentir curiosidad.


Ya no es suficiente con las visitas de la vigilante de seguridad. Y la hermana mayor pregunta cuándo podrán salir de casa y correr el riesgo de vivir. El padre le contesta que cuando se les caigan los caninos, los colmillos. Para apaciguar esa curiosidad el padre y la madre deciden contarles que la madre está embarazada de gemelos y de un perro, pero la hija mayor ya ha decidido acelerar el proceso de la pérdida de los caninos con graves consecuencias.


La película no ofrece conclusiones claras pero podemos intuir que, una vez desaparecida la hermana mayor, los dos hijos restantes sustituirán en su momento a los padres y mediante sus relaciones incestuosas darán lugar a una nueva generación. Quizá sea esta la metáfora que quiere exponer el director, que estamos condenados a repetir nuestras familias de origen aunque nos empeñemos en crear nuevos tipos de relaciones. A mí me ha parecido que, bajo la cobertura de cine formalmente clásico, se pueden manifestar relatos que no tengan ni pies ni cabeza, pero que atrapan la curiosidad del espectador de principio a fin. Sorprendente.



Dirección: Yorgos Lanthimos
Guion: Efthymis Filippou, Yorgos Lanthimos
Fotografía: Thimios Bakatatakis
Intérpretes: Christos Stergioglou, Michelle Valley, Angeliki Papoulia, Mary Tsoni, Hristos Passalis.

miércoles, 10 de abril de 2019

Palencia. Su catedral y otras cosillas (2018)


Poco tiempo me quedó para visitar las ciudades de Palencia y Burgos, durante el puente del último noviembre. Apenas un paseíto para ver las catedrales y poco más.

La puerta de los novios

La Catedral de Palencia, bajo la advocación de San Antolín, tiene como sobrenombre la “bella desconocida”. Estando tan cerca de otras catedrales monumentales como la de Burgos o León, incluso Zamora, no extraña que haya pasado desapercibida aunque tiene motivos también para destacar y cambiar su sobrenombre por el de "la bella reconocida".

Portada de los reyes
Esta bella desconocida reconocida tiene una cripta muy especial de época visigoda del siglo VII. Se la considera la iglesia del rey Wamba y fue abandonada durante la invasión musulmana. Después con la Reconquista se construyó un nuevo templo románico, a continuación de esta cripta, del que quedan algunos restos y más adelante, la actual catedral gótica, encima de ambas construcciones.

La cripta visigoda




La iglesia románica y el pozo de San Antolín
La cripta visigoda se redescubrió durante unos trabajos de rehabilitación. La parte más antigua termina en un testero con arcos de herradura cuyas columnas tienen capiteles con decoración floral muy esquemática. A continuación de esta construcción se edificó una ampliación románica en el siglo XII en la que se sigue manteniendo el pozo de San Antolín, con propiedades curativas en determinadas fechas del año, especialmente el 2 de septiembre. El brocal de este pozo y el acceso a la cripta mediante escalera son del siglo XVI. Tiene bóveda de cañón con arcos que arrancan desde el suelo.

Interior de la nave central

El templo gótico actual se levantó entre los siglos XIV y XVI, comenzando por la capilla de la Virgen blanca. Así conviven desde el gótico flamígero hasta los estilos plateresco y renacentista. Tiene aspecto de fortaleza y, aunque no se considera que ninguna de sus fachadas sea la principal, sus cinco puertas de acceso tienen nombres, destacando la Puerta de los Novios porque en 1388 entraron por ella el príncipe Enrique y su futura esposa. Es una puerta sencilla, como el resto del exterior de la catedral y hoy sirve de entrada ordinaria al templo.



En su interior se pueden distinguir claramente los tres niveles de construcción del gótico más clásico: arcos formeros, triforio y claristorio. Son estos dos últimos los que aportan luminosidad al templo. En la página web de la catedral se puede visitar virtualmente el triforio, catedraldepalencia.org

Anamorfosis de Carlos V y su vista menos distorsionada

El ábside es la parte más antigua de la catedral y conserva las características del gótico más primitivo y sencillo. Tiene planta poligonal dispuesta en siete capillas y está decorada por pináculos y gárgolas. Aquí es donde se sirve la polémica. Una de las gárgolas es un esqueleto y otra representa a José Sanabria, un fotógrafo armado con su cámara de fuelle y que era amigo del arquitecto Jerónimo Arroyo, que dirigió la restauración entre 1908 y 1910.

El fotógrafo

El esqueleto

En el interior, sobre la estructura gótica, las capillas tienen decoraciones diversas: renacentistas, góticas, platerescas. Yo me quedo, sin dudarlo, con el monumental retablo del altar mayor, obra muy significativa del renacimiento castellano. El mueble plateresco fue obra de Pedro de Guadalupe, las esculturas de la época pertenecen a Felipe Vigarny y las once pinturas fueron encargadas a Juan de Flandes, dos de las cuales, Oración en el huerto y Noli me tangere se han visto en la exposición Mons Dei.

El retablo del Altar Mayor
Posteriormente se incluyeron también obras de Alejo de Vahía y del barroco Gregorio Fernández. Respecto a las pinturas de Juan de Flandes, en 1509 se firmó el contrato del encargo que, siguiendo la vida de Jesús, especificaba claramente cuáles serían los temas a tratar. Pero alguna de las obras de Juan de Flandes, como la Crucifixión, no terminaban de encajar en el retablo definitivo y fueron alojadas en otras capillas de la catedral hasta que en 1944 se vendieron. Hoy, afortunadamente, se exhibe en el Museo del Prado.

La crucifixión de Juan de Flandes

La Sala Capitular se utiliza actualmente como museo y allí se puede contemplar el San Sebastián de El Greco que se prestó para la exposición de Las Edades del Hombre, Mons Dei y también una curiosa anamorfosis que representa a Carlos V. Otra curiosidad es el sepulcro de doña Inés de Ossorio, mecenas de la catedral fallecida en 1492, con su estatua yacente; en sus pies se ha esculpido también a una doncella peinada con una hermosa trenza. La leyenda decía que las jóvenes casaderas venían a tirar de la trenza para casarse rápidamente, pero como las necesidades van cambiando ahora son las jóvenes estudiantes las que vienen a tirar de la trenza cuando se acercan los exámenes. Yo, por si acaso, también tiré de la trenza. Se puede encontrar más información sobre esta catedral aquí, Guía de la Catedral de Palencia

La trenza

Vimos otras iglesias pero de pasada y no me quedó tiempo para mucho más. La iglesia de la Compñía de Jesús o de Nuestra Señora de la Calle y la Iglesia de San Miguel, donde la tradición dice que se casaron el Cid y doña Jimena. Esta última en su momento estuvo en el límite de la ciudad y por eso tiene aspecto de fortaleza. Palencia era una ciudad que sufría frecuentes saqueos.

Iglesia de San Miguel
El casco histórico de Palencia no es muy atractivo. La calle Mayor conserva algunos edificios antiguos y en los porches todavía pueden observarse las antiguas mirillas para controlar el acceso de extraños. En la calle, me llamaron la atención dos esculturas. Una de ellas dedicada a la Mujer palentina por Indalecio López en 1998. Y es que la mujer palentina ha sido famosa por su valentía desde 1387, cuando el duque de Lancaster intentó conquistar el reino de Castilla, pero las palentinas le pararon los pies. La otra es un homenaje realizado a Victorio Macho por Luis Alonso y en ella se representa al autor dando forma a su famoso Cristo del Otero que no pude visitar. Bastantes cosas me quedaron por ver en Palencia, será cuestión de volver.

La mujer palentina de Indalecio López, la llaman La Gorda

Victorio Macho de Luis Alonso

La mirilla



jueves, 4 de abril de 2019

Cine: Capitana Marvel de Anna Boden y Ryan Fleck (2019)


Ya he comentado por aquí que no se demasiado fan de los cómics, pero me apetece ver sus adaptaciones al cine por diversos motivos. Concretamente me decidí a ver Capitana Marvel porque los trolls machistas-misóginos-cavernícolas estaban boicoteándola y eso es algo que en el año 2019 no podemos permitir. No hace falta ser superfeminista para defender que cualquiera pueda interpretar cualquier papel en el cine y que cualquier personaje pueda ser adaptado a la pantalla grande.


Pero sorprendentemente no sólo ha sido criticada por mostrarse excesivamente feminista (puede ser que la actriz protagonista sea muy feminista pero la película en ningún momento lo es) sino también por mostrar una cierta tendencia a la justicia social que va contra el hombre blanco ¿¿¿??? Ojiplática me quedé cuando leí eso.


Dicho esto, tampoco fui al cine engañada. La película es entretenida pero no pasa de ahí. Es una sucesión de mamporros a diestra y siniestra con algunos toques de humor y pinceladas de sentimentalismo de bisutería. Buena fotografía, buena coreografía, buena música y poco guion.


La acción se sitúa en los años 1990. Vers forma parte de la Fuerza Interestelar del Imperio Kree, casi en permanente guerra contra los Skrulls. Pero Vers tiene sueños recurrentes sobre otra vida o quizá sean recuerdos. En estos sueños se ve a sí misma, en diferentes edades, superando fracasos. Es capturada por los skrulls y consigue huir en una nave pero se estrella en mitad de los Estados Unidos, en el planeta tierra. Un planeta mucho más atrasado que el imperio kree. Evidentemente, lo que consigue con esto es trasladar parte de la guerra a la tierra.


En la tierra recibe la ayuda de un policía cínico pero de buen corazón que, a pesar de vivir en los años 1990, no se asusta de que haya imperios intergalácticos mucho más avanzados y que además estén en guerra. Furia se llama el caballero y ejercerá como un verdadero caballero andante al lado de la dama guerrera.


El descenso de las estrellas a la tierra supondrá para Vers un viaje hacia el descubrimiento de su propia identidad y también de quiénes son los verdaderos amigos y enemigos. En medio de toda esta vorágine de identidades hay alta tecnología aplicada al mundo militar, una fuente de energía inagotable y los superpoderes de la capitana Marvel. Y también un gato muy muy raro que come y escupe cosas muy muy raras.


Para pasar el rato. Por lo menos, no se me hizo tan larga y lenta como Wonder Woman, aunque no tenga el humor de Doctor Strange. Y sí, aunque no sea ortodoxamente feminista por lo menos muestra en pequeñas cantidades amistad, sororidad y compañerismo entre mujeres y una heroína que no se asusta ante nada.



Dirección: Anna Boden, Ryan Fleck
Guion: Anna Boden, Ryan Fleck, Geneva Robertson-Dworet.
Música: Pinar Toprak
Fotografía: Ben Davis.
Intérpretes: Brie Larson, Samuel L. Jackson, Jude Law, Annette Bening, Ben Mendelsshon

lunes, 1 de abril de 2019

Cuento: The Progress of Love de Alice Munro (1986)


La autora.-
Alice Munro se crió en una pequeña granja en Wingham (Canadá) y empezó a escribir muy joven. Superó la muerte de una de sus tres hijas escribiendo relatos. Creo que fue ella quien dijo que le resultaba más fácil abordar un cuento que una novela porque necesitaba dedicar tiempo a sus hijas, como todas las madres. También regentó una librería de pueblo y fue profesora de universidad. Fue Premio Nobel en 2013 y ganó tres veces el premio Governor General’s Award. Otras obras suyas: La vista desde Castle Rock, Demasiada felicidad y Mi vida querida. 

Mi opinión.-
No me gustan los libros de cuentos. Prefiero leer los cuentos uno a uno, como obras completas que no pertenecen a una antología por temática o por cualquier otra razón. Si por mí fuera pediría a las editoriales que los publicasen individualmente, en formato libro y con unas buenas ilustraciones y un buen estudio. Así, tomados individualmente, se pueden rumiar durante días.


Eso es lo que he estado haciendo con The Progress of Love. Rumiarlo pacientemente para sacarle todo el jugo. Lo he leído en castellano y también en inglés con audio. La interpretación cambia completamente si lo escuchas o si lo lees por tu cuenta. Hay matices que ni siquiera habías imaginado. Al menos a mí me resulta muy diferente.


En The Progress of Love la autora se enfrenta a la fragilidad de la memoria y a cómo tomamos decisiones que después tenemos que asumir, basándonos en impresiones, recuerdos e, incluso, en hechos inventados que, no obstante, juraríamos que fueron reales. Pequeñas traiciones de nuestro cerebro o más bien serían trampas o bromas que nos gastamos a nosotros mismos y acabamos pagándolas caras. O quizá no, simplemente son decisiones que nos llevan por un sitio o por otro pero que, en cualquier caso, hacia el mismo lugar, un destino inevitable marcado, no se sabe por quién, incluso antes del nacimiento.


Los cuatro personajes importantes de este libro son mujeres y siguiendo su vida se cierra un círculo. Empieza con una Euphemia, la madre de Marietta y Beryl, y termina con otra Euphemia, la hija de Marietta y sobrina de Beryl. En ese círculo quedan inscritas las diferencias entre las relaciones amorosas de los años 1930, 1950 o 1970. Del matrimonio para toda la vida a la posibilidad del divorcio, de las relaciones consideradas como inquebrantables a las relaciones emocionales que hay que cuidar para que no se rompan. También se ponen de manifiesto las diferencias de las relaciones entre padres e hijos. En definitiva también la evolución de la vida: de la pobreza y la religiosidad de los años 1930 hasta el bienestar y la libertad de pensamiento de los 1970.


Hay un hecho fundamental en la vida de la primera Euphemia que sus hijas, Marietta y Beryl, recuerdan de manera diferente. Este hecho supuso que las hermanas no se criasen juntas después de la muerte de la madre cuando eran niñas. Y este hecho también influyó de una manera determinante en la vida de la segunda Euphemia. Aunque al final, los lectores tampoco llegamos a saber cuál de las dos versiones fue la real, lo que queda claro es que ambas versiones tuvieron sus consecuencias y la primera de ellas fue la separación involuntaria de las dos hermanas.


Eso me recuerda al Teorema de Thomas, un principio fundamental en sociología. Dice que Si alguien define una situación ficticia como real, ésta terminará siendo real en sus consecuencias. Es decir que, algo inventado tendrá consecuencias reales y no sólo consecuencias ligeras sino de las que cambian la vida de las personas, para bien o para mal.

Su estilo es muy claro e intimista. Describe la pobreza en la que viven los personajes con pinceladas muy sutiles pero contundentes. Lo cotidiano se llena de significado y es el marco psicológico idóneo para que los personajes desarrollen sus dudas, miedos y frustraciones. Muy recomendable.


Alice Munro
The Progress of Love

Ed. Pons